Nuestra Señora de la Cinta realiza un traslado único a la Parroquia Mayor de San Pedro
EL AGUAÓ - La Cinta
La feligresía de la Iglesia del Barrio Alto recibe con los brazos abiertos a la patrona de la ciudad
Imágenes del traslado de Nuestra Señora de la Cinta a la Parroquia Mayor de San Pedro
Queda por finalizado un 8 de septiembre frenético y extraordinario para todos los onubenses. La Virgen de la Cinta, la Patrona, volvía a las calles de su pueblo a primeras horas del día. Sin protagonismos, y de manera puntual, hacía su llegada a la Santa Iglesia Catedral de Huelva. Pero por poco tiempo, porque entre todas las novedades de este Año Santo Jubilar, está destacando la estancia de Nuestra Señora de la Cinta en la Parroquia Mayor de San Pedro.
Por la tarde, a las 19:00 en la Iglesia de la Merced, el Obispo de la Diócesis de Huelva, Santiago Gómez Sierra, presidió la Solemne Función Principal de la hermandad. Gómez Sierra no se olvidó del año tan importante en el que está viviendo la Iglesia, en este 2025.
En la homilía recordó, “su presencia a lo largo de la historia ha sido signo de protección y esperanza, sobre todo, en los momentos más difíciles, que a todos y en todos los tiempos se presentan”. Hizo de esta frase una pequeña reflexión para los hermanos allí presentes.
Tampoco dejó de lado, el lema de Huelva Ciudad Mariana. Para ello expuso, “entonces nuestra devoción mariana constituye un verdadero patrimonio espiritual de la ciudad de Huelva, que se encarna en valores morales, gestos cotidianos y costumbres que se expresan”.
A su finalización, en el interior de la Santa Iglesia, el cortejo empezaba a formarse de manera ordenada y correcta. Una voz en la megafonía y la colaboración de los hermanos hacían posible la preparación de todos los presentes. Mientras tanto, desde fuera, retumbaban unos tambores que para la ocasión, sonaban de manera diferentes. Eran los músicos de la Agrupación Musical de la Santa Cruz de Huelva, que con un repertorio totalmente adaptado consiguieron darle a la procesión el estilo que merecía.
Con el cortejo totalmente formado, la cruz parroquial ponía un pie en la calle. Tras ella seguía toda una estela de hermandades y representaciones de la ciudad: desde 'simpecaos', 'bacalaos', varas, representaciones municipales, Junta de Gobierno y cuerpo de acólitos.
A medida que se echaban a la calle, la noche comenzaba. Las farolas iban ganando protagonismo, mientras Nuestra Señora de La Cinta se acercaba al dintel con una Plaza de la Merced totalmente abarrotada desde horas antes. Todo un momento histórico para la ciudad, poder ver salir a la patrona de la ciudad en tal entorno.
Y de esa forma, la Virgen de la Cinta arrancaba su breve pero intenso traslado hasta la Parroquia Mayor de San Pedro. La música de la Santa Cruz era un sin parar durante todo el recorrido. Sabían el momento que estaban viviendo y dieron el máximo de sus capacidades.
La Plaza de San Pedro esperaba abarrotada la llegada de su patrona. Para la ocasión estaba decorada con flores, colgaduras y una lona de gran tamaño en el centro. No cabía duda de que era el momento más esperado del traslado y estuvo a la altura. El mismo ambiente de la Plaza de la Merced se conseguió transmitir hasta este lugar, que con tanta paciencia supo recibir a 'La más chiquita'.
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