El rincón de Manuel Gómez ‘Carnicerito’: una vida de capataz en la Semana Santa de Huelva
EL AGUAÓ
Un lugar donde guarda cada uno de sus mejores recuerdos, junto a amigos y siempre delante de los pasos
Huelva se prepara para un lunes cargado de fe con la bajada de la Virgen de la Cinta
Manolo, como le llaman sus amigos, es un capataz en mayúsculas de la Semana Santa de Huelva. Un hombre con mucha experiencia y que se hace respetar por quienes tiene a su lado. Uno de los más antiguos y que combina una forma de llevar los pasos que pocos pueden igualar. Hablar de Carnicerito es poner en tu boca a un referente en lo suyo y de un ejemplo al martillo.
Dicen que en este mundo no hay mejores ni peores. A unos les caerá mejor y a otros no tanto, pero en el momento en que Manuel coge el martillo, ese paso sale a la calle y de qué manera. Trabajo asegurado, tanto dentro como fuera del paso y eso se refleja con solo ver cómo andan algunas de sus cofradías.
En su trayectoria ha tenido el inmenso honor de coger el martillo de varios pasos de la ciudad, pero en la actualidad Manuel lleva a la calle a la Hermandad de la Borriquita, al Cristo de la Sangre de la Hermandad de los Estudiantes, a la Hermandad de la Santa Cruz y a la Hermandad de la Oración en el Huerto. A todo ello se suma la Virgen del Carmen de la Parroquia de la Concepción y el hecho de ser capataz de San Sebastián, Patrón de Huelva. Un currículum que no deja indiferente a cualquiera.
En su casa esconde “un rincón”, como a él le gusta llamarlo. Allí guarda todos sus recuerdos como capataz y cofrade de la Semana Santa de Huelva. Para Manuel, tener este espacio “es recoger toda mi historia, desde pequeño hasta la actualidad”.
Es fácil poder hablar de su padre, ya que en este lugar guarda muy buenos objetos o momentos suyos. Para él es llenar su memoria de recuerdos y sentimientos. “Fue una persona muy importante en mi vida, ya que es el que me inculcó esta vida cofrade que tengo”, cuenta Manuel. Gracias a él considera tener todo lo que tiene, y a día de hoy le dejó el legado ser un amante de la Semana Santa.
En este rincón, destaca un azulejo de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada. El mismo lo guarda con especial cariño, pues “pertenecía a mi padre y él siempre fue de la Esperanza; ahí están también mis inicios”, cuenta Manuel. Este azulejo es una muestra de agradecimiento que recibió su padre en 1982, en reconocimiento a toda su colaboración en un Festival Taurino celebrado en Higuera de la Sierra.
También son muchas las fotografías que están colgadas entre las varias paredes de este lugar. “Aquí están todos mis amigos y costaleros”, contaba Manuel mientras las miraba con especial cariño. En ellas se recogen distintos momentos que ha vivido frente a los pasos, desde más pequeño hasta la actualidad. Para él, “son momentos, anécdotas y bonitos recuerdos los que se me vienen a la cabeza mientras las miro”.
Justo en la pared de al lado, hay una alineación de pequeños cuadros con la fotografía de primer plano de todo y cada uno de los titulares que ha sacado a la calle en su historia. Cuenta que su intención es que a medida que pasen los años es ir completando esa pared con más, aunque hay alguno que en la actualidad por falta de tiempo, le falta por colgar.
Además, guarda con mucho cariño los tantos reconocimientos que le han hecho entrega en cada una de las tertulias, platós o actos que ha visitado. Entre ellas se encuentra una que guarda con especial recuerdo realizada junto a los ‘Hermanos Villanueva’. “Forma también parte de mis recuerdos, porque son varios los momentos vividos en estos ratitos entre amigos charlando de cofradías”, contaba Manuel.
Este es un lugar que pocos conocen, un rincón íntimo que Manuel ha querido abrir para compartir su trayectoria y su caminar como capataz y cofrade de la Semana Santa de Huelva. Un espacio que habla por si solo de su vida, de sus recuerdos y de la huella que ha dejado bajo los pasos.
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