Un reguero de promesas

La cofradía de La Hispanidad llegó al corazón de la ciudad arrastrando a buena parte de sus vecinos

El paso del Cristo Cautivo, entre los nazarenos y el numeroso público congregado en la avenida Santa Marta. / Reportaje Gráfico: Alberto Domínguez
Manuel J. Cartes

27 de marzo 2018 - 07:26

La primera del Lunes Santo. Cinco minutos antes de las 15:30, la hora indicada en el reloj cofradiero de la jornada, la Hermandad del Cautivo sacaba su cruz de guía a la plaza de la Misericordia ante la presencia de los vecinos de la barriada de La Hispanidad, que volvieron a asistir a un nuevo desfile procesional de esta apreciada cofradía. Esos minutos antes de la hora pactada hicieron que ayer fuera la primera hermandad en salir por las calles de Huelva, un privilegio que suele compartir en los últimos años con la Hermandad de El Perdón, que también sale a las 15:30, desde el cercano barrio de La Orden.

Tiene la salida del Cautivo, a esa hora tan temprana debido a su lejanía del casco histórico de la capital, ese gusto a lo sencillo, lo popular y lo querido. Lo muy amado. Así lo demostraron las personas de promesas, la mayoría tras el Señor, que acompañaron a esta imagen por las calles de Huelva. No se apartaron de él en todo el extenso recorrido de la hermandad, ni siquiera durante su transitar por la Carrera Oficial. Toda una imagen que no deja de llamar la atención, por la devoción que sienten los vecinos hacia su Cristo Cautivo.

Como todos los años, el cortejo de la cofradía se formó en el interior de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, anexa a su capilla, donde se encontraban los dos pasos de esta hermandad, el de Cristo Cautivo y el palio de María Santísima de la Misericordia.

Tras el transitar de la imagen del Señor, la marcha Ave María anunciaba la salida de la Virgen de la Misericordia, cuyo palio tuvo un ligero problema en uno de sus varales maestros, finalmente solucionado.

Una emotiva parada próxima a su templo, que constituye una de las estampas devocionales más importantes de la ciudad, es la visita al asilo de ancianos Santa Teresa Jornet, donde una vez más el Señor fue el centro de atención de todas aquellas personas que piden e imploran. Porque verdaderamente hay miradas que dicen más que unas palabras.

En la línea de estrenos de la hermandad en los últimos tiempos, si bien este año no hay nada destacable de tipo material, El Cautivo presenta un nuevo escudo corporativo y una nueva medalla, donde quedan reflejados sus vínculos con la Orden de los Trinitarios y la Orden de los Mercedarios. Y también un nuevo hábito de nazarenos, de sarga y manteniendo los colores anteriores, si bien esta modificación podrá verse íntegra en todo el cortejo en los próximos años.

Pasada la medianoche, la cofradía llegó finalmente a La Hispanidad. Nuevamente fue recibida por los vecinos que permanecieron allí, expectantes ante el paso del Cristo Cautivo y la Virgen de la Misericordia.

La estación de penitencia transcurrió por las últimas calles y las puertas de la capilla del Cautivo se cerraron. Las personas que fueron de promesa, con esa satisfacción de haber cumplido una importante meta, tornaron a sus casas después de casi diez horas de recorrido procesional. El esfuerzo seguramente les valió la pena. Así las cosas, la espera para un nuevo Lunes Santo comienza.

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