Semana Santa

Una parroquia con nombre propio

  • Puntadas sin hilo de Lupe Gallardo

Lupe Gallardo.

Lupe Gallardo. / M. G.

Hemos sido testigos de cómo se colocaba la primera piedra allá por diciembre del 2020 por parte de D. Santiago recién llegado a nuestra diócesis. Día a día hemos sido seguidores de sus avances, es más, cuando veíamos la obra algo parada nos preocupábamos. Era corriente que alguien te informara cuando se cerró la parcela, cuando construyeron el edificio, cuando lo cerraron y se intuía que trabajaban por dentro. De la incertidumbre de si estaría terminada para Navidad, que si para principio de año, que si para Semana Santa. Fuimos testigos de cuando colocaron la puerta definitiva, cuando colocaron el azulejo de la Virgen de la Cinta, como no podía ser de otra manera desde mi humilde opinión, cuando desaparecieron los andamios y pudimos ver su Crismón…

Hemos sido espectadores, participantes, colaboradores…, no había nadie en Huelva que no supiera que en nuestra bendita tierra se estaba construyendo un nuevo templo. Desde mis primeros recuerdos de niña siempre he visto ese terraplén baldío, a lo sumo con unas porterías o como aparcamiento para los vecinos del lugar; aun así se notaba que estaba vacío, que estaba reservado para un fin mejor, y qué mejor fin que para albergar la que será la nueva casa de Dios en Huelva.

El nuevo templo se convirtió del proyecto de unos pocos en la ilusión de muchos. Seguramente a los que dieron el primer paso los tomaron por locos, por ilusos, pero con su trabajo y ejemplo fueron capaces de, poco a poco, revertir la situación y dejar que todo aquel que se acercaba a colaborar pudiera hacerlo sintiéndose partícipe del proyecto.

Este reconocimiento va para todas las personas que, cada una dentro de sus posibilidades, han hecho posible esta realidad. Para una Hermandad que recogió la necesidad de un barrio, la hizo suya y trabajó, codo con codo, con un sacerdote que entendió que la hermandades somos la punta de lanza de todo un mecanismo de acción que cuando nos dejan trabajar, y son más las facilidades que las trabas, llegamos donde nadie ha sido capaz de imaginar ni conseguir. Algunos nos llaman “jartibles” otros nos llaman “cansinos”, pero a nadie le coge por sorpresa cuando una hermandad está inmersa en cualquier ámbito de nuestra vida, y así lo entendió la Hermandad de  la Redención, volviendo a sus orígenes, dejando atrás su larga travesía y haciéndose necesaria e imprescindible en la vida de su barrio, de ese del que nunca debió salir y del que, desde su regreso, estará para siempre. Supongo que la vuelta a casa no debió ser fácil, ni el camino ni el retorno. Tengo claro que no tener casa a la que regresar y en la que refugiarte en los malos momentos tuvo que ser difícil, soy consciente de que sentirte un extraño en la que supuestamente es tu casa de manera momentánea no debió ser fácil. Jesús nació en un pequeño pesebre porque José y María no encontraban donde refugiarse, Redención lo tuvo que hacer desde una carpa, pero como el Señor, fue un gesto de valentía, de amor propio a uno mismo para darse a los demás, porque siempre supieron que su trabajo algún día transformaría las dudas en realidades.

Me considero una privilegiada porque, además de en mi barrio, mi casa, he vivido cómo otra hermandad es capaz de dinamizar toda una feligresía en torno a un proyecto común. He sido consciente, hemos sido conscientes, porque todo el mundo que ha querido hacerlo ha podido vivirlo en primera persona, de cómo Redención se sentía “más viva que nunca” y transmitía esa vida, esas ganas de vivir, de hacer, de transformar, de construir Hermandad y hacerse cofradía en torno a su gente, a su barrio, a sus orígenes.

¡Será bonita por fuera, pero más bonita será por dentro!, y cuando me refiero dentro es por todos y cada uno de los feligreses que convivirán allí, por los grupos parroquiales, por la labor que realizan y seguirán realizando. Para mí, esa parroquia tiene nombre propio, pero son dos y han sabido ir de la mano. Enhorabuena Rafa, enhorabuena Don Andrés.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios