Semana Santa

La lluvia malogra un prometedor Martes Santo

  • Los dos pasos de Estudiantes se cobijaron en La Concepción para resguardarse del chaparrón.

QUÉ duda cabe que la leve aparición de la lluvia la jornada anterior, había calado en el ánimo de los cofrades que no dejaban de mirar hacia arriba oteando la posibilidad de que el chaparrón pudiera hacer acto de presencia. Por desgracia, tampoco este año hay tregua para el pueblo cofrade onubense que, junto a las lógicas preocupaciones de los preparativos, tienen que añadir la de la consulta exhaustiva y casi obsesiva de los distintos partes meteorológicos. Las llamadas a Ayamonte o Cartaya, intentan dar luz, servir de apoyo a la siempre difícil decisión de suspender o dar luz verde a la salida.

Ya por la mañana, el centro neurálgico de la devoción a los Dolores en esta capital, era también el punto de encuentro del tradicional acto de hermanamiento de las tres cofradías de Martes Santo. Éste es ya norma habitual de este día pasionista, en donde sólo se cambia el lugar de celebración, para lo que se alternan las tres sedes canónicas de las respectivas hermandades. Aparte de ello, tanto la parroquia de Los Dolores, como San Sebastián y San Pedro recibirían la visita de diferentes representantes políticos y eclesiásticos, así como de otros estamentos vinculados que las respectivas cofradías.

Sin embargo, el clima volvería a tomar las riendas de la situación, alcanzando un protagonismo que nadie desea pero que resulta a la postre, inevitable. Los nubarrones de la mañana, que sorprendieron a muchos, dados los pronósticos que había, dieron paso a las primeras gotas a partir de las 16 horas. Parecía que no había pasado un año y las mismas pinceladas que dejara el Martes Santo de 2007, se repetían también ahora.

Esas pequeñas gotas se volvían a repetir a las 17 horas, es decir, 40 minutos antes de la salida. Ya para entonces, los ánimos estaban más que inquietos en el interior de la parroquia de Los Dolores y se comenzó a temer que Las Colonias tendría que conformarse este añocon la salida del Viernes de Dolores. Casi a esa misma hora, la misma preocupación comenzaba a surgir en San Sebastián. Todo era un ir y venir y los móviles casi echaban humo, todo encaminado a encontrar luz para tomar la decisión correcta. En Las Colonias, la junta de gobierno solicitaba al Consejo de Hermandades y Cofradías, una moratoria de una hora para conocer con más certeza, cuál sería la evolución del tiempo.

Mientras que la Lanzada debatía, Estudiantes adoptaba una actitud semejante, pero en este caso, la demora era de 20 minutos. A estas alturas de la tarde, ya más de uno temía un efecto dominó si la Lanzada decidía no realizar su desfile. Pronto se saldría de dudas. La demora de Estudiantes, que haría pública su hermano mayor, Luis García, se cumpliría tal cual y haría que esta cofradía, iniciara su desfile a las 18.20 horas.

Un poco antes, desde Las Colonias venía la noticia de que el hermano mayor de esta cofradía, José Cano, hacía pública la decisión de la junta de gobierno, de anular la salida. Ya para este momento, y ante la incertidumbre de cómo sería el orden de entrada de las cofradías en la carrera oficial, desde el Consejo se señalaba que la Lanzada seguiría siendo la primera en llegar a la Placeta. En su argumentación, Cano señalaba a la distancia con el centro, como uno de los obstáculos más tenidos en cuenta a la hora de tomar tan dolorosa decisión.

Si para un hermano mayor, el comunicar la anulación de una salida procesional es quizá uno de los momentos más difíciles que tiene que pasar, el dolor es mayor cuando en el caso de Cano, se trataba de la última salida de su mandato. Seguro que en las retinas de todos los cofrades de Las Colonias estaban aún frescos los duros momentos que vivieron el pasado año, cuando la cofradía sufrió y mucho, por culpa de la lluvia.

Los momentos más felices de este gris Martes Santo, se vivirían en San Sebastián ya que, como se comentará más adelante, Pasión también decidió no realizar su desfile procesional.

No se puede negar que Estudiantes es una hermandad valiente ante los riesgos de la lluvia. Sus dos magníficos pasos salían ante la expectación que rodeaba a la parroquia. La belleza que supone la salida al porche y el descenso por la empinada rampa, se vieron un año más, un alguna medida deslucida, por esa especie de atentado al buen gusto como es el edificio del antiguo hospital Manuel Lois, en estado de semirruina que supone todo un caso de contaminación estética. El impresionante Señor de la Sangre alcanzó el porche, mientras volvía a tomar altura, una vez cruzado el dintel de la puerta del templo.

El paso de palio de la Virgen del Valle lucía de manera espectacular. Un detalle sobrecogedor: la primera fila de velas en el candelero llevaba el nombre de Mari Luz, en obvio recuerdo a la pequeña Mari Luz Cortés, que el cariño de los cofrades de Huelva está haciendo tristemente, protagonista de esta Semana Santa.

Cuando la Virgen del Valle tocaba Federico Mayo, sólo quedaba por saber qué pasaría en San Pedro. En el Martes Santo hay un recorrido oficioso, pero que se cumple cada año: de la salida de San Sebastián, la gente se desplaza hasta la céntrica plaza para ver la siempre hermosa salida de Pasión.

El tiempo no acababa de asentarse y cuando la tarde ya caía, la lluvia volvía a aparecer, cuando Estudiantes estaba cerca de la Casa Colón. Esto hizo que la junta de gobierno de Pasión pidiera al Consejo, una moratoria de una hora para su salida, a la espera del parte meteorológico de las 20.30 horas. Ysería justo a esa hora cuando el hermano mayor, Manuel Palacios, anunció la suspensión del desfile. Atrás quedaba la ilusión de la cofradía y ese Cristo de Pasión que lucía su túnica blanca, reservada para ocasiones especiales.

Sin embargo la noche tenía guardados más episodios tristes. En esta ocasión afectarían a Estudiantes. Antes de las 22 horas, en un momento en que la lluvia comenzaba a caer con contundencia, la cofradía decidía encontrar refugio en La Concepción donde se introdujeron los dos pasos. Una vez más y un Martes Santo más, la céntrica parroquia era el socorro más inmediato para las cofradías castigadas por el mal tiempo. Cerca de media hora estuvo la cofradía en el interior, cuando las puertas volvieron a abrirse y Estudiantes decidió coger el camino más corto. Esto significaba no acabar la carrera oficial y cubrir el siguiente itinerario:Plaza de la Inmaculada, Quintero Báez, Monrocal y finalmente, su templo.

En otro orden de cosas, ayer se celebró la misa crismal en la catedral, que fue presidida por el obispo de la Diócesis, José Vilaplana. En su homilía, el obispo felicitó a los sacerdotes diocesanos que cumplen 50 años de ministerio sacerdotal, en este caso:Juan Mairena, Manuel Mateos y Antonio Martín.

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