La llama de la Semana Santa

La cerería El Nazareno manipula 60 toneladas de cera para su transformación en velas y cirios

Últimos retoques en la confección de una vela rizada en Cerería El nazareno. / H. Información
Carlos López

11 de abril 2017 - 02:03

Han transformado y expedido para esta Semana Santa más de 60 toneladas de cera. Una cifra que, por sí sola, da cuenta de la dimensión empresarial de Cerería El Nazareno, que durante los meses de abril y marzo han dado salida al 90% de la producción de cirios procesionales. Su fábrica, asentada en el municipio de La Palma del Condado, es en estos días una autentica vorágine de trabajo en la que quince personas se afanan por cumplir con un cliente que lleva todo un año esperando celebrar esta festividad mariana.

La empresa mantiene aún el proceso artesanal, perpetuando el modelo de producción de 1950, cuando Antonio García fundó el negocio. Hoy su nieto Antonio sigue esos mismos dictados, fiel a los patrones de calidad de una técnica milenaria como la "inmersión", consistente en sumergir la vela en parafina fundida en un recipiente; tras su extracción se solidifica por la diferencia de temperatura. Y el proceso se repite hasta alcanzar el diámetro deseado. Sin embargo, el secreto de El Nazareno radica en haber mejorado la mecanización.

La empresa mantiene al proceso artesanal, perpetuando el modelo de producción de 1950

El negocio de las velas no se ha resentido ni tan siquiera durante la crisis económica. En este sentido, detalla que aunque su producto no es un artículo de primera necesidad, sí que es un elemento consustancial a la semana santa. Y eso tiene su peso. El presupuesto destinado a este elemento ornamental es pecata minuta dentro del montante económico de esta expresión religiosa. En efecto, los pasos pueden prescindir de la renovación de los candelabros, del bordado de un manto o de una nueva talla, pero las velas que alumbran el paso o las que portan los nazarenos es algo irrenunciable para cualquier cofrade. El empresario reconoce que, por desgracia, existen compañeros de otros gremios como la orfebrería, la imaginería o la sastrería que han pasado una verdadera travesía por el desierto. Las hermandades no han tenido más remedio que postergar estos encargos por falta de recursos. Pero en el oficio de la cerería la situación es otra. Al símil nos alumbra el empresario: "nuestra empresa es como la panadería; el consumo se mantiene en cierto modo estable", ajeno a los vaivenes de la economía.

Pero el éxito de la entidad palmerina no sólo se ha labrado en una vela de calidad o un diseño más o menos recio. La alquimia en este negocio no existe como tal. Todos han mejorado en los mismos elementos. Por ejemplo: antes la mecha era fabricada de pabilo de algodón retorcido, mientras que hoy en día es trenzado, consiguiendo así que en la combustión no se deshilache. Para ello tras el algodón recibe un tratamiento de inmersión en una solución de fosfato de amonio, cloruro de amonio, nitrato de potasio y bórax. Gracias a ello se mejora la llama y se destruyen las cenizas. Otras mejoras son la cera macrocristalina, que otorga una superficie dura a la vela. Por lo demás, el secreto es una buena materia prima. En el proceso artesanal no puedes aplicar planes de investigación, desarrollo e innovación. "Aquí todo está inventado, cada uno tiene su propio librillo y todos se afanan en mejorar en la mecanización", apostilla García.

El servicio es, por tanto, el elemento diferenciador y donde más mimo invierten. "Hoy me han llamado de Montoro, un pueblo de Córdoba donde me indican la necesidad de tenerlo todo montado para el sábado. He hablado con la empresa de transporte y me dice que es imposible entregar el pedido antes de esa fecha". Frente a este contratiempo, mañana, "en mi coche particular, montaremos las siete cajas de velas y nos presentaremos allí". Evidentemente, este tipo de medidas excepcionales no se pueden llevar a cabo con el medio centenar de clientes que tiene en cartera la sociedad. No obstante, frente a cualquier contratiempo García subraya que "siempre trato de darle una vía de solución a mis clientes"; y aquí radica el valor diferenciado de un negocio artesanal que ha sabido mantenerse imperturbable desde hace más de sesenta años.

Hoy en día la empresa vende a todos los rincones de la península Ibérica y las Islas Canarias, ganándose una importante fama dentro del sector y situándose como una de las firmas de referencia.

El periodo de Semana Santa concentra el mayor volumen de producción de Cerería El Nazareno. Sin embargo, la llama no se apaga tras el Domingo de Resurrección. Las procesiones en los municipios españoles siguen presidiendo gran parte del calendario, lo que permite a la empresa mantener la producción todo el año, aunque a un nivel mucho más austero. El gerente, Antonio García, indica que el resto del año dan más protagonismo a las velas de decoración y los productos al por mayor, una estrategia que permite sostener la facturación y mantener un buen ritmo de producción durante todo el año.

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