El impulso de la Semana Santa en los fastos del 92

El Calvario, que deja las Colonias, y la Esperanza estrenan templos

Los Dolores acompaña al Perdón

La Virgen de la Esperanza sale de la capilla de las Hermanas de la Cruz, el 19 de marzo de 1992, para ser trasladada a su nuevo templo en Padre Andivia. / R. Pereira
Eduardo J. Sugrañes

09 de abril 2017 - 02:07

Con el temblor de los cirios encendidos/ y el aroma de azahar junto a la cera,/ Huelva es ya un poema en primavera/ junto al clavo de la Cruz asido". Este es el primer verso del pregón con el que José María Segovia anunciaba hace ahora 25 años la Semana Santa de los fastos del Quinto Centenario del Descubrimiento de América en Huelva. El Domingo de Ramos comenzó una semana mas tarde que este año, era entonces 12 de abril. También el tiempo era al principio algo incierto al menos hasta el Martes Santo, cuando al final salieron todas las cofradías. Lo mismo que se espera que este año puedan hacer sus estaciones de penitencia todas las cofradías. La nómina de la entonces Unión de Cofradías, que presidía Juan José Redondo, era de 22 hermandades. En la actualidad son 26 incluyendo al Resucitado, a la que hay que sumar la Redención, La Salud y Santa Cruz.

Aquella fue una Semana Santa que tuvo una especial antesala. Una Cuaresma muy intensa de grandes acontecimientos, como resultó ser la salida extraordinaria de Nuestra Señora de los Dolores de la Merced, siendo hermano mayor Eduardo García Fernández. Todo era luz en su rostro y una sinfonía de claridades en la plaza mercedaria, tan diferente la tarde con la del Jueves Santo como hermosa en la jornada del sábado 14 de marzo. Llegaba hasta la parroquia mayor de San Pedro, recordando otros tiempos vividos en estos doscientos años de historia. Un recibimiento sentido y esperado, una estancia bastante gratificante para la hermandad, luego bajó hacia la iglesia conventual de las Agustinas y retornó por Mora Claros.

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La festividad de San José fue especialmente vivida por la Hermandad de la Esperanza, cuando se bendice el nuevo templo, se ampliaba la ilusión de aquella iglesia estrecha que se levantó en la calle Padre Andivia. Las imágenes durante las obras habían estado al cuidado de las hermanas de la Cruz en su iglesia y en su casa. Llegaron a su nuevo templo rodeadas por la emoción para ser bendecido por la tarde por el obispo de Huelva, Rafael González Moralejo. Juan Manuel Gil, hermano mayor de la cofradía de San Francisco, que celebraba su centenario, dijo que esperaba que el templo fuera "cenáculo para nuestras intenciones apostólicas y evangelizadoras".

Un nuevo acontecimiento cofrade tendrá lugar el viernes 27 de marzo, cuando la Hermandad del Calvario deja su sede de la parroquia de los Dolores para llegar a su nueva casa en la calle Periodista Luca de Tena. La salida se realiza con la pena por los años de ilusión y sacrificio vividos en Las Colonias, pero con la alegría de estrenar su propia iglesia. El párroco Manuel López Vega, que siempre estuvo cerca de la cofradía dándole cobijo, destacó que tras "una larga etapa de consolidación y madurez, la hermandad desea ahora ampliar su proyecto de vida espiritual y apostolado". El templo lo bendijo el obispo de Huelva, Rafael González Moralejo, a la jornada siguiente. El hermano mayor, Antonio Navarro, dijo que se iniciaba "una nueva etapa de mayor responsabilidad y compromiso con el Señor del Calvario y la Virgen del Rocío y Esperanza".

En la tarde del 4 de abril la parroquia de los Dolores se vestía de gozo con repiques de campana para anunciar la bendición de las imágenes de María Santísima del Patrocinio, San Juan Evangelista y la Magdalena, que completan el misterio de la Sagrada Lanzada. Las bendijo el párroco Manuel López Vega, quien destacó la belleza de las imágenes y la espiritualidad que le ofreció el escultor Joaquín Moreno Daza.

Aquella fue una gran semana que trajo interesantes novedades, la que se presentaba la Virgen de la Paz restaurada por Álvarez Durante, con un nuevo resplandor en su belleza. La Virgen de la Misericordia también aparecía restaurada el Lunes Santo por su propio escultor, Enrique Pérez Saavedra.

Detalles también singulares para la Virgen del Rosario que estrena una nueva corona de Juan Borrero, que le impuso el sacerdote Bernardo Pascal. También en El Polvorín, María Santísima del Amor estrena corona de la orfebrería de Juan Fernández, ofrecida por el Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva, y que bendijo el sacerdote José Antonio Díaz Roca.

Los grandes esfuerzos se vieron recompensados en la Hermandad del Calvario con la salida por vez primera desde su templo de la cofradía el 13 de abril. Hubo saetas y claveles para Jesús del Calvario cuando aún el sol de la tarde esperaba que corriese el telón negro que le acompañaría durante todo el recorrido.

En el paso de las Tres Caídas se estrenaba como capataz Fabián Tello, que todavía sigue al frente, siendo en la actualidad también hermano mayor.

Una semana para otro gran estrenos como fue la presentación del paso de misterio completo en la barriada de Las Colonias. La Sagrada Lanzada se adentraba así con la presencia ya inseparable de Nuestra Madre del Patrocinio.

En la parroquia del Patrón de Huelva, dentro de la sobriedad, rigor y silencio que le caracteriza a la Cofradía de los Estudiantes, sin hacer ruidos se alzaba el Cristo de la Sangre en un soberbio paso. Una magnífica talla que habrá de marcar la impronta de los nuevos trabajos contemporáneos de la Semana Santa, lo hacía en el paso realizado por el taller de Manuel Guzmán Bejarano.

Una de las salidas especialmente esperadas fue la del Prendimiento, no tenían aún templo con capacidad para que albergara un paso, pero eso no frenó las ilusiones de todos y la cofradía salió del colegio Príncipe de España con el fondo de los cabezos dando color y formando parte de la escena única del Prendimiento de Huelva, para incorporarse así al Miércoles Santo. Al frente de la cofradía estaba como hermano mayor Manuel Barroso.

En la Esperanza se vivía un Miércoles Santo muy especial porque era la primera salida de la Virgen del templo que lleva su nombre, el de Santa María de la Esperanza, una casa que habían levantado ladrillo a ladrillo los hermanos de San Francisco

En la Madrugada vimos por vez primera al Cristo del Perdón y la Virgen de los Dolores juntos en el paso. Un Calvario que llegaba en el antiguo paso de la Virgen de la Consolación desde la barriada de la Orden. En aquella Madrugada la Misericordia continuaba saliendo desde la Merced.

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