“Huelva no sería la misma ciudad si no existieran las hermandades”

Tertulia Cofrade 'El Aguaó'

El pregonero de este 2019, Manuel Jesús Rodríguez, defiende el peso del movimiento cofrade en la vida de la ciudad

Los participantes de la primera tertulia de esta Cuaresma.
Los participantes de la primera tertulia de esta Cuaresma. / Josué Correa
Enrique Morán

Huelva, 10 de marzo 2019 - 08:56

Huelva sería otra ciudad si no hubiera hermandades de penitencia. Así de categórico se expresó el pregonero de la Semana Santa onubense de 2019, Manuel Jesús Rodríguez Redondo en su participaicón en la primera de las tertulias cofrades El Aguaó que organiza Huelva Información. En este primer encuentro de la actual Cuaresma también estuvieron presentes los ex hermanos mayores Diego Morón, José Rodríguez, de la Oración y la Borriquita respectivamente, y la cofrade Cinta Ortega.

Cada vez que este periódico arranca su temporada de tertulias intenta que sea el pregonero de ese año, quien sea el encargado de abrir el nuevo ciclo. Con ello se reconoce la extraordinaria importancia que tiene esta figura en el desarrollo de la Semana Santa en cada ocasión. Esta vez tampoco ha sido una excepción.

Manuel Jesús Rodríguez entiende que “las hermandades son el colectivo que más importancia tiene en Huelva y que aporta más vida a la ciudad”. Prueba de todo ello por ejemplo, es el extraordinario poder de movilización que muestra año tras año y que no solo se hace palpable en los días procesionales, sino en otros eventos de la capital como pueden ser las Fiestas Colombinas o de La Cinta.

La primera Tertulia El Aguaó de la Cuaresma de 2019, que fue coordinada por el jefe de sección de este periódico, Eduardo Sugrañes, permitió además, echar un vistazo al mundo cofrade de décadas atrás y realizar inevitables comparativas sobre lo que se pudo perder en el camino y lo que se ha ganado con el paso del tiempo y los perfiles que presenta en la sociedad actual.

Aun así, se destacó la presencia del pregonero que quiso anticipar algunas de las características de la intervención que protagonizará el 7 de abril en el Gran Teatro donde tendrá la oportunidad de dirigirse de alguna manera, a toda la ciudadanía.

Para Manuel Jesús Rodríguez, “será un pregón literario” con lo que quiere hacer un cierto homenaje a una de sus grandes aficiones: la literatura. Aparte, “confío en imprimirle personalidad propia y que esté dotado de un lenguaje identificable”. Igualmente adelantó que presentará una estructura distinta a la que tradicionalmente mantienen los oradores de este pregón pues “lo que se hace es un recorrido por todos los titulares de las diferentes hermandades de la capital, lo que hace que el pregón sea largo ya que en Huelva somos ya muchas cofradías”.

De este modo, el pregonero se centrará en las grandes devociones de esta ciudad “porque pretendo que sea el pregón de Huelva”.

A un nivel más personal, Manuel Jesús Rodríguez dijo que aún no tenía el texto concluido aunque le está proporcionando “momentos muy bonitos”. Reconoció que no “es el mejor año para que yo preparara un pregón, por motivos laborales y familiares”, pero confesó que “siempre estoy en manos de la Providencia”.

Lo que sin embargo, le impulsó a aceptar la propuesta que le presentó el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio González, fue la ilusión que “me mostraron mis padres de verme dar el pregón de manera que no me podía negar”. De hecho, “mi madre me dio el impulso definitivo porque un día me llegó a decir que no quería morirse sin haberme visto dar el pregón en el Gran Teatro. Esa es la gran ilusión que nos queda a tu padre y a mí, me dijo”.

Aunque lucha contra el tiempo en tener el texto preparado, reconoció que la preparación del pregón le está proporcionando momentos bellísimos ya que “no eres consciente del cariño que la gente te tiene y cómo se vuelcan contigo. Ya he recibido las felicitaciones de hermandades de La Cinta, la Borriquita o el Gran Poder y ese día será muy bonito para mis padres”. Incluso, mencionó como anécdota, que le han regalado unos calcetines con el escudo de una hermandad para que los lleve en ese día tan señalado.

Persona aún joven, Manuel Jesús Rodríguez recuerda que proviene de una familia cofrade ya que es hijo de José Rodríguez Infante, quien fuera hermano mayor de la Borriquita. Eso le ha permitido tener pese a su edad, una perspectiva prolongada acerca de la evolución que ha tenido la Semana Santa onubense y del mundo cofrade en general: “Me acuerdo –indicó– de los tiempos en los que solo había en esta ciudad dieciséis cofradías de modo que había solo dos procesiones al día y hoy ya alcanzamos cuatro”.

Su vocación cofrade viene por lo tanto, de transmisión paterna y su formación se configuró “mirando lo que hacían los mayores, a fuego lento y no a microondas como parece que aprende a gente ahora”. “A mí –prosiguió– me ayudaron a ser cofrade y persona”.

José Rodríguez entrega a su hijo el jarrillo de la tertulia.
José Rodríguez entrega a su hijo el jarrillo de la tertulia.

Los contertulios subrayan que los nuevos cofrades deben respetar lo que ya está hecho

Uno de los aspectos más interesantes de esta primera Tertulia El Aguaó de la Cuaresma de 2019 fueron las impresiones sobre las diferencias , para bien y para mal, entre el panorama del mundo cofrade actual y el que se vivió hasta aproximadamente, el inicio de la década de los 90.

Diego Morón recordó aquellos tiempos en los que “antes teníamos nuestras diferencias en ver las cosas pero nunca pretendíamos nada contra nadie. Lo que hoy sucede es que alguien llega a una hermandad y viene con la idea de cambiarlo todo”.

El pregonero opinó que “cada vez parece más difícil que las hermandades mantengan su personalidad. Cada vez que llega una nueva junta de gobierno, pega un golpe de timón y a veces cuesta que esa hermandad se mantenga en la línea que marca su personalidad”.

Cinta Ortega ratificó las palabras de Manuel Jesús Rodríguez al indicar que “yo también aprendí en las hermandades viendo lo que hacían los mayores”. Hubo en consenso generalizado en apuntar el hecho de que a día de hoy, las nuevas generaciones llegan como si supieran todo sobre qué consiste una hermandad; se mueven con el ánimo de cambiarlo todo y no aprecian el trabajo que hay detrás de tantos años de vida cofrade.

Diego Morón lamentó que no se quiera contar con la presencia y el consejo de los mayores. Ortega por su parte, ratificó este aspecto lamentando la pérdida de respeto que se ve en muchas ocasiones: “Hay algunos jóvenes que creen que saben mucho de hermandades porque tienen internet o wikipedia pero les falta las vivencias”. No obstante volvió a haber consenso en apuntar a que el cambio que se ha vivido en las hermandades es tan solo un reflejo de una sociedad que asimismo, ha evolucionado enormemente en estas últimas décadas. Lo que falla –añadió Morón– es que antes entrábamos en una hermandad con respeto y ahora llegan arrasando”.

José Rodríguez recordó los difíciles años que tuvo que vivir el mundo cofrade en las décadas de los 50 y 60. Fueron tiempos en los que el revulsivo vino de la mano de los costaleros que trajeron aires de cambio.

Respecto a la presencia de la mujer en las hermandades, José Rodríguez apuntó a hermanas que hace ya varias décadas, tuvieron una importante labor por ejemplo, en los años 70 y reconoció haberse encontrado a mujeres “provistas de grandes valores y tremendas trabajadoras. Ellas han aportado mucho”. Para el pregonero, la incorporación de la mujer es “el reflejo de la evolución de la sociedad y hoy se puede decir que no hay diferencias en las hermandades”.

Otro punto polémico que sobre todo estos últimos años se mantiene, es el de los cuerpos de nazarenos. Hubo en este punto, también consenso en señalar la poca tradición que hay en Huelva en mantener la túnica, lo que a Diego Morón le llevó a declarar que la túnica no gusta en Huelva. Con ello se refería a todos aquellos cofrades que el día de la estación de penitencia ven a su cofradía desde el palco, con el traje y la medalla en el cuello.

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