El empuje de la juventud

Dejad paso que vienen con fuerza, dejad paso a esta juventud que viene empujando con su frescura, es el momento de darles el relevo. Sí, hablamos de los jóvenes de nuestras cofradías, esos que en los últimos años parece que han aflorado de no sabemos donde, pero ahí están.

De siempre, en el mundo de la Semana Santa y sus cofradías ha sido muy importante el pasar la tradición de padres a hijos, y saber inculcar a las nuevas generaciones todas nuestras vivencias, sentimientos y sabidurías, para así poder garantizar la continuidad de la tradición.

Siempre hablamos y recordamos las malas épocas por las que ha pasado nuestra Semana Santa, y si nos fijamos bien siempre ha sido un impulso de juventud el que ha marcado la senda de la recuperación. Recordemos la última época de decadencia más profunda que han tenido nuestra cofradías, decadencia que fue salvada por el revulsivo que supuso la creación de las cuadrillas de costaleros y la fundación de la hermandad del Calvario, en el primer caso fueron los jóvenes los que tuvieron que tomar las riendas del asunto y decidieron que cada uno desde dentro de su cofradía había que levantar esto y llevarlo a lo más alto. Y que decir de aquel grupo de chavales que, con la que estaba cayendo, decidieron, como si fuera cualquier cosa, fundar una hermandad de penitencia, lo que hoy conocemos como la Hermandad del Calvario fue fruto de la locura de unos jóvenes, bendita locura, a los que doy por seguro que nadie les apoyaría en un principio.

Hoy en día vivimos una gran época en nuestra Semana Santa, una época dorada, más que dorada, la Semana Santa de Huelva goza una buenísima salud, vive en perfecta sintonía con la ciudad y ambas se entienden. Si analizamos bien la historia reciente de nuestras cofradías, esta situación es fruto de haber dejado paso en aquella época a esos jóvenes que soñaban cada día con algo mejor para su semana mayor.

Hoy gracias a Dios, tenemos nuestra casa de hermandad llenas de jóvenes, nuestras bandas, nuestras cuadrillas de costaleros, nuestros cuerpos de acólitos e incluso nuestras juntas de gobierno. Pero además debemos de tener en cuenta que la juventud del siglo XXI es la juventud mejor preparada de toda la historia y ello se ve reflejado en la juventud cofrade.

Debemos de estar orgulloso de ver como viene empujando esta juventud a la que se le debe de abrir paso, una juventud formada y que como ya diría el beato Juan Pablo II en su encuentro en 2003 en el Aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid, "vosotros sois la esperanza de la Iglesia y del mundo".

No debemos caer el típico "niño quita que tu no sabes de esto", porque quizás en la mayor parte de los casos ese "niño" ha conseguido aprender mucho de esto en pocos años, por lo que hay que saber acogerlos en nuestras hermandades y seguir formándolo con la experiencia, que siempre es un grado, para que esta época dorada se alargue siempre en el tiempo.

Tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, mimarlos y, eso si, corregirlos en lo que estén equivocados, pero sobre todo lo que debemos de hacer es no "usarlos" solo para tener la plata limpia, sino formarlos y enseñarle de nuestra cofradías, su historia, quien fue quien dentro de ella, y el por qué de las cosas.

Yo se lo que es que te abran las puertas cuando los demás solo te ven como un grupo de niños locos que quieren jugar a fundar una cofradía, pero una reflexión, si esa puerta nunca se hubiera abierto y también hubiera pensado como los demás, hoy no existiría la realidad que es la Hermandad de la Purísima Concepción.

Dejad paso a esta juventud, que viene empujando fuerte.