Los judíos

De corazón servita y carácter mercedario

  • El palio de la Virgen de los Dolores gana en altura con la ampliación de los varales y muestra una elegante y sublime imagen

Cuando uno se encuentra en la plaza de la Merced de Huelva, con vistas a la iglesia y al edificio de la Universidad, antiguo convento mercedario, podría estar también en Lima, Oaxaca o Quito. Este escenario onubense, modelo del barroco colonial que se exportó a ciudades de Hispanoamérica, fue testigo un año más de la estación de penitencia de la Hermandad de Los Judíos. Un auténtico primor para los sentidos.

En dirección a la iglesia de la Merced se dirigían cientos de onubenses y visitantes, en una hora en la que están ya las restantes hermandades de la jornada en la calle.

Con las imágenes más antiguas de la Semana Mayor de la capital, el cortejo de la cofradía servita, con más de 350 nazarenos, recorría el porche mercedario con sus hábitos crema y corintio. En los tramos, algunas de las insignias más meritorias de las hermandades de la ciudad. Y es que Los Judíos tiene un gran patrimonio artístico, como puede verse cada tarde noche de Jueves Santo.

El primer paso de la cofradía, Nuestro Padre Jesús de las Cadenas recorrió la Carrera Oficial con los sones de la Banda de CC. y TT. Santísimo Cristo de la Victoria, de León. Un misterio que gana cada año y que merece ser contemplado desde la lejanía. Tras él, el Cristo de Jerusalén y Buen Viaje, una de las primitivas devociones de Huelva, procesionando en el paso más antiguo de la ciudad, de 1913.

Finalmente, elegante y soberbia, el palio de la Virgen de los Dolores, bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en las primeras décadas del siglo XX, salía por el dintel del templo mercedario, con mucho esfuerzo de los costaleros este año al haber aumentado el tamaño de los varales. La candelería totalmente encendida, colocada en diversas alturas, dejaba ver uno de los rostros más bellos de las dolorosas de Huelva. Antes de ella, ocho ciriales recuerdan que esta imagen barroca obró un milagro hace ya muchos años.

La historia, el mejor testigo de esta hermandad servita y mercedaria, tiene aún muchas páginas en blanco para que Los Judíos la sigan escribiendo.

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