Semana Santa

Los carteles que no anuncian nada

  • La cantonera de Pedro Cintado García

Pedro Cintado García.

Pedro Cintado García. / H. I. (Huelva)

Hace unos días decíamos que la llegada de la Cuaresma no necesitaba ningún cartel que la anunciara y que dicha noticia llegaba a todos los hogares, a pesar de las restricciones que algunos medios de comunicación imponen, favoreciendo a otras tendencias religiosas/sociales minoritarias.

En Semana Santa tradicionalmente se imprime un cartel que pretende anunciar nuestra peculiar forma de celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. ¿Pero realmente los últimos carteles están cumpliendo esa función en tiempo, lugar y forma? Por lo pronto, pienso que el adelanto de la fecha de su presentación es un tremendo error. La excusa esgrimida de poderlo exponer en la conocida feria de turismo madrileña es un argumento vacuo por muchos motivos.

Fundamentalmente porque no creo que sea una misión adecuada de una agrupación de hermandades religiosas, el tener que fomentar un tiempo litúrgico concreto en una feria de turismo internacional. Entiendo que allí A solo cabe una promoción turística y esa es una labor más propia del Ayuntamiento de la ciudad o del Patronato de Turismo, antes que del Consejo. Estoy seguro que los profesionales turísticos preferirían mejores opciones de promoción turística de nuestra Semana Santa antes que la actual pasarela de autoridades locales, que a mi entender, es en lo que se ha convertido la presentación de nuestro cartel en Madrid. Y poco más. Me niego a pensar que a alguien se le haya pasado por la cabeza promocionar en Fitur nuestra tradicional Romería del Rocío con un cartel de ese tipo. Y mucho menos que se adelantara su tradicional presentación para llevarlo a la muestra turística. No, mire usted, la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte presenta su cartel en su época, el Domingo de Resurrección y no entra en esa extraña dinámica. Creo que nuestros carteles de Semana Santa se están desvirtuando para alcanzar unos objetivos actuales que no le corresponden. Por desgracia, lo hemos enviado a Madrid y lo hemos dejado huérfano de su público natural, los que verdaderamente nos sentimos nerviosos cuando llega el Miércoles de Ceniza y esperamos el primer anuncio de nuestra Semana de Pasión: la presentación de nuestro cartel. Actualmente echo de menos un cartel para todos nosotros, los cofrades onubenses. Un cartel realizado por alguien que se haya pateado nuestras calles viendo sus cofradías una y otra vez y que verdaderamente sepa plasmar lo nuestro, como actualmente está demostrando el artista Jesús García Osorno en cada obra que presenta.

Las formas artísticas también han cambiado. Hemos pasado de utilizar la técnica de la fotografía, para adentrarnos en la pintura y ahora aterrizar en la escultura. Sin darnos cuenta que un cartel, según la R.A.E., no deja de ser “una lámina de papel que se exhibe con fines publicitarios o informativos”. Y todo esto ocurre porque al editar un cartel lo que verdaderamente se busca, es una excusa para obtener una pinacoteca de afamados artistas y poder mostrar la colección a las personas que visitan las instalaciones cofrades.

Para ello no creo que sea necesario tener que encargar cada año un cartel y esperar a que la suerte nos dote de una buena obra de arte u ocurra algo inesperado. Desde nuestra ciudad se escuchan las airadas críticas sobre el último cartel que ¿anuncia? la feria taurina de Sevilla. Y créanme, más pronto que tarde, veremos algo parecido por aquí, porque alguno se va a pasar dos pueblos con esa manida norma del “grito en la pared”.

Para terminar me atrevería a dar dos breves consejos: No busquen un cartel en la tómbola de los listos de siempre, porque os puede tocar la Ruperta y, en este caso, apuesta por el comercio local, no lo compres en los chinos. ¡Y menos si es de toros!

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