El Viernes de Dolores en Huelva suena a marcha de palio

La Virgen de los Dolores vuelve a las calles de Las Colonias.
La Virgen de los Dolores vuelve a las calles de Las Colonias. / Alberto Domínguez

Ahora sí, ¡a esta es!. La Semana Santa de Huelva ha entrado por la puerta grande, por los barrios onubenses. El gentío abarrotaba cada rincón y las marchas ya resonaban en las calles. La piel se eriza con el sonido del martillo y la primera levantá eleva al cielo la fe de los onubenses. ¡Ya está aquí!

La primera en salir ha sido la Virgen el Prado, en el barrio del Higueral, en su tercer año como hermandad y el cuerpo de nazarenos se formó en las puertas de la carpa habilitada en la plaza de Fuentepiña. La marcha real sonaba y los cofrades aplaudían, la Virgen se encaminaba en su pasear acompañada por la Banda Sinfónica del Liceo de Moguer. La ilusión se veía en las caras de todos los espectadores donde la emoción bailaba al compás de la música cofrade. La Virgen, ataviada con claveles blancos, comenzó su danzar con un sol esperanzador que acompañará el resto de la Semana Santa.

Entrando en la calle Costa Rica cayó la primera saeta, desde el balcón el saetero rompió en un quejío rezando el nombre de Prado. Esta se enlazó con una segunda y la levantá del capataz, Fernando Melgar, se alzó con un cuerpo de costaleros donde jóvenes y veteranos unían los hombros para que le barrio disfrutara. El Higueral engrandece poco a poco con una hermandad que va creciendo cada día, todo va tomando forma y la cantera de monaguillos da fe del futuro de la cofradía. Ya por la calle El Granado tres tímidas petaladas acompañaron a la Virgen que se encaminaba a la parroquia de San Pablo. Mientras caía la noche, los cirios se fueron encendiendo y continuó su camino hasta la avenida de las Fuerzas Armadas. Ya de vuelta con los ojos cansados de los más pequeños, la Virgen del Prado se recogerá arropada por su barrio, uno que no parará de soñar hasta verla con su palio.

La Virgen del Prado en su paso por la calle El Granado
La Virgen del Prado en su paso por la calle El Granado / FRAN ÁLVAREZ

Media hora después, a las 19:00 la reina de Las Colonias se asomaba por la parroquia de los Dolores, dejando atrás a su misterio que aguarda impaciente el Martes Santo. El paso restaurado ha realizado una procesión donde la emoción de su barrio estaba latente, solo había que mirar a los lados, los lágrimas brotaban de las caras de muchos mientras la Virgen se encaminaba a la plaza de los Dolores. La salida estaba abarrotada y los hermanos que la acompañaban comenzaban su estación de penitencia por la calle Manuel López Vega. Una salida soñada que se volverá a repetir en apenas unos días cuando la hermandad se prepare para su llegada a la Carrera Oficial.

En la plaza de los Dolores no cabía ni un alfiler y cuando la Virgen entró la afluencia era aún mayor. El paso de palio se posó frente a su azulejo, mirándose frente a frente. El Simpecado de la hermandad del Rocío de Emigrantes no podía faltar y el cante se hizo eco en la plaza. Estrenando uno de los sitios emblemáticos de su procesión, la cofradía estalló de felicidad mientras la Banda de Música Municipal de la localidad sevillana de Aznalcóllar tocaba para ella. El palio, con su bambalina trasera finalizada, bailaba cada marcha en un danzar en el que a los ángeles les hubiese gustado estar.

Al caer la noche la emoción perduraba, el cansancio se dejó a un lado, y la virgen llegaba a las hermanitas de la Cruz. Allí le rezaban, la Huelva cofrade estaba presente y representantes del Ayuntamiento y la Iglesia no quisieron perderse ningún detalle. En su caminar histórico por las calles de las Colonias la imagen de 1966 superó todas las expectativas y encaminando su vuelta por la calle Benito Pérez Galdós dejará claro que Las Colonias se entrega cada Viernes de Dolores para que la ciudad disfrute la Semana Grande comenzando con el listón muy alto.

Dos barrios, dos emociones, pero todas enmarcadas dentro de la misma fe y devoción. Así se hacen las cosas en Huelva, así se vuelcan los onubenses en cada salida, en cada ensayo y en cada recogida. Cuando las puertas del templo se cierren la Virgen de los Dolores no dice adiós, espera con entusiasmo el Martes Santo donde Las Colonias la seguirá hasta las calles del centro. En cambio, el Prado ya sueña con el próximo Viernes de Dolores en el que Fuentepiña la vuelva a recibir con los brazos abiertos.

El tiempo acompaña y los onubenses ya están preparándose para el Sábado de Pasión, donde la Legión será la encargada de portar al Cristo de la Vera+Cruz por las calles del centro. Las puertas de la Concepción se abrirán a las 18:30 y la expectación no defraudará. Además, el Cristo de la Bendición, saldrá de la parroquia de San Rafael Arcángel donde el barrio de Fuentepiña volverá a vivir su Semana Santa. Esto solo ha hecho empezar, ¡y cómo ha empezado!.

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