Semana Santa

La Victoria rebasa todos los límites

  • La cofradía del Polvorín es acompañada hasta el centro por innumerables fieles.

Hay algo especial en el ambiente el Miércoles Santo en el Polvorín. María Santísima de la Victoria tiene un encuentro con sus fieles y eso marca inexorablemente lo que pasa allí, así como en el Barrio Obrero y El Matadero. Pero la Victoria ya trasciende sus feudos habituales y rebasa los límites tradicionales para extenderse por cualquier lugar de Huelva. Es, por encima de todo, una devoción pero adquiere unas dimensiones que la acerca a ser objeto de un estudio como fenómeno sociológico.

Afortunadamente, la climatología no representaba ningún problema y solo quedaba espacio para el disfrute, lo que se evidenció ya tanto dentro como fuera del Sagrado Corazón. En el interior del templo, los siempre emotivos momentos de las primeras levantás fueron protagonizados por Feliciano Fernández, nuevo sacerdote del Sagrado Corazón, en el caso del misterio de la Humildad y el cantaor Jeromo Segura, en el palio de la Victoria. 

 

La calle Presbítero Pablo Rodríguez esperaba la comitiva con gran expectación. En esta ocasión, tras la rampa, se habilitó un camino abierto por vallas, para que los pasos pudieran ganarse acceso sin dificultades hasta Federico Molina. Antes de que el palio saliera del templo, la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno interpretó Humildad, en honor de la víctimas de los atentados de Bruselas del pasado martes. Ambos titulares serían recibidos, aún en Presbítero Pablo Rodríguez, por sendas saetas.

 

Cualquier cofrade onubense sabe lo que supone el paso de la comitiva por el Barrio Obrero y el espectacular paso de los titulares por el arco de la Reina Victoria. Allí la belleza del enclave y el trazado del recorrido son ingredientes más que suficientes para que se dé cita mucho público. 

 

Junto a todo ello, tanto la Plaza de España como la propia Alameda Sundheim se han convertido en un auténtico termómetro de la pujanza de la devoción de esta advocación mariana. No solo la importante arteria onubense estaba llena de gente a la espera y al paso de la comitiva procesional, sino que una vez que la Virgen de la Victoria Coronada cruzó el arco y se adentró en la alameda buscando el centro, un interminable reguero de personas daba continuidad a la comitiva sumándose a ella. A partir de ese momento, quedaba por delante un guión conocido por todos pero que se espera con el mismo anhelo año tras año. 

 

Ya en el propio centro, la Victoria fue objeto de sendas petaladas, circunstancia ésta que se repetiría en las espectaculares recogidas que se viven cada Miércoles Santo, a su paso por el Matadero y Puebla de Guzmán y que se han convertido en una de las imágenes más destacadas de la Semana Santa de la ciudad.

La hermandad vivió ayer un momento histórico. El misterio de la Humildad despidió su tradicional paso de orfebrería de plata, ya que la Victoria ha optado por la madera y el oro.

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