Semana Santa

Trienio sin procesiones de Semana Santa en Huelva

  • De 1932 a 1934 no salieron las procesiones por los conflictos políticos y sociales del tiempo de la Segunda República

  • Su vuelta a las calles fue posible gracias a la creación en 1935 de la Agrupación de Cofradías Onubenses

Antigua imagen del Nazareno quemada en el asalto a la parroquia d ela Concepción en 1936.

Antigua imagen del Nazareno quemada en el asalto a la parroquia d ela Concepción en 1936. / Foto: Calle

La situación que se da este año sin procesiones durante la Semana Santa, debido al confinamiento por el estado de Alarma a causa del coronavirus, lleva a vivir de una manera muy especial una conmemoración anual tan arraigada en nuestra ciudad. Ello permite entender ahora lo que vivieron los onubenses en el trienio de 1932 a 1934 en el que no salieron las procesiones, momentos de la historia conocidos por lo que dejaron escritos los periodistas en los diarios de La Provincia y Diario de Huelva que traducían lo que sucedía, y de lo que tomamos referencia del Fondo Diego Díaz Hierro, en el Archivo Municipal de Huelva. Ahora sí se podrá entender esos sentimientos de los cofrades y de la ciudad, lo que supuso entonces el resignarse a no tener pasos en las calles.

Es importante destacar que las situaciones que provocaron la no salida de las procesiones en aquellos años son bien distintas a las circunstancias actuales. Aquellas motivadas por el contexto social y político vivido en la segunda República. No vamos a entrar en el análisis de esas cuestiones, sino en el hecho de que la ciudad se quedó sin procesiones y lo que supuso entonces, lo que permite entender en el plano emocional el hecho de que este año la ciudad se quede sin esas salidas tradicionales. Lo que supuso desde el punto de vista tradicional, religioso y en lo que conllevó para el comercio de aquellos años, lo mismo que van a sentir durante estos días la ciudadanía onubense.

Sí, es de destacar que aunque en las calles hubo un silencio absoluto, pero en las iglesias resonaron con más fuerzas aquellas celebraciones de cultos de puertas hacia adentro, conllevando una gran participación de fieles, lo que sorprendió a todos. Durante esta Semana Santa de 2020 no se podrán visitar las iglesias pues permanecen cerradas, atendiendo al estado de confinamiento pero se podrán seguir los cultos, rezos y vía crucis a través de las retransmisiones televisadas.

SEMANA SANTA 1932

Lo vivido interiormente en aquellas Semana Santa sirven para trasmitirlo a la que ahora se nos presenta.Aquella también era una Semana Mayor de gran esplendor en sus procesiones, que había alcanzado una gran belleza en sus pasos desde los años veinte, con la aportación de relevantes artistas. En lo interior se abría el Domingo de Ramos con los oficios propios y palmas.

En la parroquia de la Concepción tenía lugar el tradicional acto del besapiés a Nuestro Padre Jesús Nazareno, que al finalizar recorría en procesión las naves del templo, mientras se cantaba el Miserere a gran orquesta.

En la mayor de San Pedro se celebraban los cultos a Jesús de la Pasión, acompañados por selecta capilla musical.

Así arrancaba la Semana Santa de 1932, la primera de las que no saldrían las imágenes a la calle.En San Pedro los cultos de Pasión y en San Francisco también vividos interiormente sustituyendo la salida procesional de la Expiración con ejercicio religioso y canto del Miserere y besamanos a la Virgen del Mayor Dolor.

La reseña publicada por La Provincia el Jueves Santo de ese año es muy descriptiva de cómo se vivía esta situación: “Nos hallamos en plena Semana Santa siendo este año la Semana Santa del silencio por la quietud de sus pasos que, respondiendo a un acuerdo municipal, han quedado sin salir.- La procesión, la manifestación religiosa tradicional, ha quedado suprimida; y en su lugar, celébranse los cultos, puertas adentro, siendo el templo único lugar en que las hermandades se están desenvolviendo”.

Decía que esa forma de vivirla “tiene su pro y su contra”. De un lado, “hay en ella más unción de fe, más recogimiento”, pero de otra parte están los comerciantes e industriales que “ven una pérdida no despreciable ni mucho menos”.

El Viernes Santo en la parroquia de San Pedro se continuó con la celebración del Descendimiento del Cristo de la cruz, acto piadoso de la Hermandad del Santo Entierro, que contó con una concurrencia de fieles “extraordinaria”. Así hubo procesión claustral, cantándose seguidamente el Miserere y se realizó el ejercicio del vía crucis.

Mientras, en la Concepción la procesión del Nazareno se sustituyó por el ejercicio de la Pasión, recorriendo la sagrada imagen las naves del templo en parihuelas.

El Jueves Santo numerosos onubenses cumplieron con la visita a los monumentos en las diferentes iglesias, sin embargo se refleja que no hubo mucha animación, “escaseando hasta la clásica mantilla, airoso marco que tanto hace resaltar la belleza envidiable de las mujeres de Huelva”.

SEMANA SANTA 1933

La Semana Santa de 1933 se presenta igualmente sin procesiones, lo que se había vivido el año anterior y que de alguna forma no cogía a nadie de improvisto. Se va a realizar con mejor organización e incluso mayor participación en los actos internos que, por otra parte, resultaron todo un éxito. Se comienza a oír la necesidad de que las cofradías vuelvan a la calle y uno de los argumentos más sólidos es lo que aporta a la vida comercial de la ciudad, como recoge la prensa local.

En la Semana de Pasión se celebró el septenario a la Virgen de los Dolores en la Concepción.La mañana del Domingo de Ramos se abrió en San Pedro con la bendición de palmas y procesión claustral a las 9 de la mañana, a la que le siguió función de la Hermandad de Pasión cantada por el párroco Julio Guzmán, mientras que por la tarde se inició el triduo a Jesús de la Pasión.

En la parroquia de la Inmaculada Concepción tuvo lugar el besapiés a Nuestro Padre Jesús Nazareno y se cantó el Miserere de Eslava.

Nuestra Señora del Mayor Dolor, destruida en el asalto a la iglesia de San Francisco en 1936. Nuestra Señora del Mayor Dolor, destruida en el asalto a la iglesia de San Francisco en 1936.

Nuestra Señora del Mayor Dolor, destruida en el asalto a la iglesia de San Francisco en 1936. / Foto: Calle

En San Francisco se celebra el Miércoles Santo a las nueve de la noche, a la hora de la salida de la cofradía, una solemne función religiosa en la que tendrá un detalle especial y es el hecho de que el Miserere se cantará a gran orquesta, integrando la capilla musical el tenor onubense señor Castañón y otros músicos venidos exprofeso desde Sevilla, y besamanos  la Virgen del Mayor Dolor.

El Viernes Santo resultó, igualmente, más solemne en el interior de la parroquia de la Concepción. Se rezó la corona dolorosa y el piadoso ejercicio del vía crucis cantado con una iglesia llena de fieles que participaron del procesionar interior de las imágenes del Nazareno y la Virgen de la Amargura, de alguna forma sustituía a la procesión de la calle.

Lo hizo especialmente distinto el hecho de que la Hermandad del Nazareno ofreció por la mañana, desde las nueve y media a la una de la tarde, una comida a los pobres en el Restaurant Municipal que regentaban las Hijas de la Caridad y que sirvieron los propios miembros de la junta de gobierno y hermanos de la cofradía de la Madrugada.

La singularidad de esta jornada estriba en el hecho de que es 14 de abril, aniversario de la proclamación de la II República, cuyos actos celebrativos se trasladan al fin de semana, ya que la jornada es laboral, al menos para los talleres de la población y los bancos, porque el comercio, guardando la tradición cerró sus puertas durante todo el día. En esta jornada la prensa cumplía con la tradición de no publicar el periódico el Viernes Santo.

La realidad es que aun cuando las procesiones no están en la calle, hay más seguimiento de las celebraciones en las iglesias, así lo refiere la prensa al señalar que “en todos los templos se han celebrado con extraordinaria concurrencia de fieles los autos propios de la pasión”.

SEMANA SANTA 1934

La Semana Santa de 1934 sin procesiones en la calle no se hace muy fácil, se vuelve a insistir en lo que supone como gran fiesta de la ciudad y la normalidad en la convivencia en las calles dentro del nuevo régimen republicano que, por otra parte, no había sido en ningún momento beligerante con las celebraciones religiosas.

Todo irá cambiando, pero ese año las cofradías se quedan de nuevo en sus templos. Lo que no es óbice para que la participación de fieles en ellos resulte masiva, aunque el silencio se apodera de las calles.

Mientras, se anuncia la salida de trenes a Sevilla para ver las procesiones que vuelven a la calle. Se ofrecen “billetes baratos” que dicen va a dejar a nuestra capital sin nadie. Esto es una de las cosas que no va a gustar mucho y servirá de revulsivo para la recuperación de las cofradías en la calle, pero eso será para 1935 y con la ayuda de la creación de la Agrupación de Cofradías Onubenses, primer eslabón del actual Consejo de Cofradías de Semana Santa de Huelva. En la provincia se anuncian las salidas de algunas procesiones, como en Valverde del Camino o la de Padre Jesús en Ayamonte.

El esquema de los cultos y participación de las hermandades en ellos es el mismo de años anteriores e igual solemnidad. La novedad la introduce la Hermandad de la Vera Cruz, que bendice en la Concepción la nueva imagen del Cristo de Limpias que luego daría más de un dolor de cabeza.

El besapiés al Nazareno tiene un nuevo atractivo y es una mayor solemnidad del acto para el Miserere, que contara con la Masa Coral de Huelva.

En San Pedro hay que destacar que en la jornada del Martes Santo, tras concluir los cultos a Jesús de la Pasión, se introduce el traslado procesional de la sagrada imagen desde el altar mayor a su capilla.

La prensa sorprende el Jueves Santo con la publicación en las páginas de La Provincia de una serie de dibujos de José Caballero, que se suman a su colección de dibujos iniciales en su gran trayectoria artística y que ofreció en 1928.

Dibujos de José Caballeros para la Semana Santa de 1934 Dibujos de José Caballeros para la Semana Santa de 1934

Dibujos de José Caballeros para la Semana Santa de 1934 / Archivo Municipal Huelva. Fondo D. Díaz Hierro

La única vida externa de la Semana Santa fue la participación mucho mayor que otros años de las visitas a los monumentos en las iglesias, con las mujeres luciendo la clásica mantilla.

Todo finaliza con el clamor popular de la vuelta de las procesiones a la calle en 1935.

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