Sobriedad cofrade entre ministriles
La cofradía vuelve a salir de la iglesia de la Concepción y lo hace 15 minutos más tarde por el retraso de la jornada
UN año más, la Hermandad de la Redención volvió a salir de la parroquia de la Inmaculada Concepción. Lo primero que hay que destacar en esta crónica es, una vez más, la generosidad de su párroco Diego Capado, que hace posible esta acogida. Luego, la vuelta a la iglesia de las Madres Agustinas, donde quedarán las imágenes al culto, también de manera provisional. Eso es lo que tiene la situación de interinidad que está viviendo la cofradía al carecer su templo, la parroquia de Cristo Sacerdote, de las condiciones necesarias para que pueda salir la cofradía. Generosidad que luego la cofradía devolvió al demorar su salida quince minutos por la lluvia padecida por la Borriquita y Sagrada Cena.
Mientras, la ciudad sigue disfrutando de la plasticidad de este misterio en la calle, envuelto en el sabor de cofradía romántica que los hermanos de los Desamparados le han querido imprimir a la cofradía. Un discurrir con sobriedad, con muchas insignias y elementos cofrades en los que poder recrearse al presenciar el discurrir de la cofradía por las calles de la ciudad.
Este año hay que mencionar el cambio de responsable de la cuadrilla de costaleros. Al frente se estrenó Alberto Parejo, que como siempre realizó un trabajo serio y bueno.
La salida de ayer también habla de posibles cambios ante las elecciones a junta de gobierno anunciada para después de la Semana Santa, ya que cumple su mandato Agustín Cruzado.
La cofradía ofreció un aspecto bastante armonioso, con un número de nazarenos acorde con el sello de una cofradía de silencio como esta, no faltan tampoco detalles simpáticos, como los muchos niños que se acercaban hasta el fiscal de hora y a las dos niñas pajes que iban ofreciendo fotografías del titular.
Luego la mística que en tono de música ponían los Ministriles Hispalensis, con ese servidor que abre el 'cartapacio' con las partituras a interpretar.
Uno de los detalles de esta cofradía desde que sube por la calle Puerto hacia la carrera oficial es el encuentro de este misterio con el monumento a la Inmaculada Concepción, cuando entre ellas aparece la imagen de la Purísima, obras todas de Elías Rodríguez Picón.
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