Sentir cofrade en El Polvorín
tres caídas
Las Hermanas de la Cruz cantan a los titulares de la hermandad a su paso por la capilla

El Polvorín volvió a mostrar ayer su sentir cofrade con la Hermandad de las Tres Caídas. Una multitud de personas se congregó en la calle Presbítero Pablo Rodríguez, donde se encuentra la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, para ver salir del templo a los titulares de la cofradía.
Bajo un sol de justicia en una tarde totalmente primaveral, los asistentes aguardaron pacientemente para disfrutar de la hermandad en la calle. El pasado año ésta no pudo realizar su salida procesional debido a las inclemencias meteorológicas. Desde ventanas y balcones también siguieron atentamente los vecinos del barrio el transcurrir del cortejo, camino del centro de la ciudad.
Previamente, en el interior del templo se sucedieron las ofrendas florales al Cristo de las Tres Caídas y a la Virgen del Amor por parte de los hermanos, que fueron depositando los ramos de flores en un recipiente colocado en un lateral del templo para este fin.
La primera levantá del paso de misterio la llevó a cabo Carlos Martín, de 85 años de edad, uno de los hermanos más veteranos de la cofradía, en reconocimiento a su entrega a la hermandad. El capataz del paso de misterio, Fabián Jesús Tello, lo definió como "un enamorado de su hermandad. Hay que aprender de él, es un ejemplo a seguir". Martín, al que entregaron una fotografía enmarcada de Nuestro Padre Jesús de las Penas, le dio la gracias a la junta de gobierno por el momento vivido ante el Cristo de las Tres Caídas.
A las cinco de la tarde salió el paso de misterio, exornado con claveles y rosas rojas, por la puerta del Sagrado Corazón de Jesús. El titular de la hermandad fue recibido entre aplausos por la gente congregada en torno a la parroquia. Con la marcha Tres Caídas, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huelva, el paso del misterio inició su recorrido por las calles de la capital onubense.
La primera levantá del paso de palio se le dedicó a José Joaquín Prieto. "El año pasado no pudo ser y se tenía guardada a un hermano nuestro, que lleva veinticinco años acompañando a la Virgen del Amor, veinticinco y un año más, un hombre de la Virgen del Amor. Esta levantá va por ti Quini", dijo el capataz, José Ramírez.
Poco a poco se fue vaciando el templo, los penitentes fueron ocupando sus tramos, y sólo quedó el paso de palio, con la Virgen del Amor, que sus costaleros sacaron de rodillas con costero a tierra por la puerta del Sagrado Corazón de Jesús.
En la Plaza Niña, los titulares de la hermandad se encontraron con las Hermanas de la Cruz, que les cantaron cuando se pararon delante de su capilla. Los pasos se volvieron hacia ellas, que entonaron Difícil es la senda ante el paso del misterio y una súplica, Deja Madre, ante el palio.
Otro de los momentos destacados antes del regreso a su barrio se vivió en la cuesta Cristo de las Tres Caídas.
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