Diálogos cofrades
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SEMANA SANTA | EL AGUAÓ
Un lunes especial, el segundo de Cuaresma y que como llama la tradición, el Vía Crucis del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva se ha celebrado en un acto piadoso, en el que los onubenses se han fundido en una tarde de fe en el Parque Alonso Sánchez, escenario de este acto por primera vez en la historia.
Se abrieron las puertas de la iglesia de San Sebastián en una tarde fría y ventosa de febrero en la que el Señor de la Victoria lucía espectacular sobre su parihuela sencilla y elegante, realizada en el año 2007 cuando el titular de la Hermandad de los Mutilados presidió este acto por última vez. La estampa se repetía, pero esta vez en un escenario diferente que ya estrenó el pasado año en su estación de penitencia.
A las puertas de la iglesia se encontraban los devotos, mientras que en el interior se respiraba un ambiente solemne, en el que todos, con los ropajes oscuros, buscaban su lugar en el cortejo. Mientras, el Señor de la Victoria aguardaba la salida frente su madre, la Virgen de la Paz, vestida de hebrea presidiendo el altar, una imagen especial para los hermanos de Los Mutilados que quedará grabada en su retina para la eternidad.
Cuando cruzó el dintel del templo, Huelva saludó de nuevo a su Padre, el titular de una cofradía característica del Domingo de Ramos, que lucía un exorno floral compuesto por un friso corrido de iris morados, junto a dos bouquets sobre las jarras cedidas por la Hermandad de las Tres Caídas. El Señor portaba una túnica de terciopelo morado, a juego con las flores, un color que representa este momento de Cuaresma; una corona de espinas y potencias. Entre los estrenos, la Cofradía ha destacado el broche que lleva la imagen en su pecho y que ha sido realizado por el joyero onubense, José María Carrasco, junto a unos gemelos de flor de lis en plata.
Pasadas las 19:20 el cortejo ya estaba en la calle y los toques de martillo del capataz retumbaban en los aledaños de la feligresía. Los vecinos de San Sebastián y cofrades de Huelva le acompañaron durante su camino hasta el parque, amenizado por el trío de capilla que también acompaña a la Virgen de Rocío y Esperanza de la Hermandad del Calvario durante su recorrido. Unos cánticos que dotaron al acto de la seriedad y la emoción que requiere.
El cortejo estaba formado por la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda y miembros de la corporación municipal; el obispo de Huelva, Santiago Gómez, el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio González; el hermano mayor de Los Mutilados, Jesús Medel, los miembros de las juntas de gobierno de las hermandades de Huelva, y representantes del Consejo de Hermandades. Cuando comenzaba a caer la noche se encendieron los cirios que alumbraban el cielo junto a la luna llena, que dejó imágenes para la historia de la Semana Santa onubense.
La talla de León Ortega dejó una pincelada de lo que se va a volver a vivir este Domingo de Ramos cuando entraba en el parque Alonso Sánchez, siendo por primera vez un espacio de rezo característico de la cofradía que la pasada Semana Santa fue la primera que modificaron su itinerario para atravesar este lugar. Cuando ya caía la noche comenzó el Vía Crucis en la plaza principal en la que se encontraban dispuestas las diferentes estaciones representadas por las pinturas de Aramburu, propiedad del Consejo, situadas en doseles alumbrados por farolillos.
El rezo comenzó y un Padre Nuestro brotó de la boca de todos los presentes y estación a estación se realizó un recorrido por los momentos de la pasión de Cristo donde el Hijo de Dios muere y resucita al tercer día. Entre cada rezo piadoso la coral de la Merced ponía sus notas desde el escenario aportando más recogimiento y solemnidad, al acto celebrado.
Aunque el frío marcó la jornada, fueron más de un centenar los cofrades que quisieron acompañar a la Hermandad en este momento especial que se vivió 17 años después. Para culminar el rezo, el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, agradeció a todas las hermandades su participación en este Vía Crucis, “que abre este tiempo intenso en la iglesia celebrando la Cuaresma”. “El Vía crucis no acaba en la última estación, sino que la vamos protagonizando nosotros en nuestra vida cotidiana” señaló el obispo e invitó a todos los cristianos a “cambiar su vida, buscando el bien del otro y abriendo la puerta a la esperanza que nos da el Señor ofreciéndonos el perdón y la misericordia”.
Un Vía Crucis organizado con mucho cariño por la Hermandad de los Mutilados que ha tratado de aportar solemnidad, seriedad y fe, con un acto piadoso en el que el rezo ha sido el protagonista.
Ya a su vuelta el Señor seguía arropado por sus devotos, que en la tarde de un día laborable, se han echado a la calle para formar parte del Vía Crucis oficial del Consejo de Hermandades, que desde 1980, se viene realizando año tras año como antesala de la Semana Santa de Huelva.
Las puertas de San Sebastián se cerraron una última vez antes del esperado Domingo de Ramos y con el último golpe de martillo los portadores posaron al Señor en el suelo, que se ha reencontrado con la Virgen de la Paz que le aguardaba impaciente en el templo. Una Cofradía que ha disfrutado de una jornada que llevaban meses preparando.
Ahora toca seguir soñando y esperando al próximo 17 de marzo, en el que tendrá lugar el pregón de la Semana Santa de Huelva a cargo de David Martín, el último acto antes de que las calles de la ciudad se inunden por completo del olor a incienso.
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