A pesar de portar una cantidad ingente de kilos sobre sus hombros, aún no se han prescritos lesiones graves relacionadas con este gran esfuerzo que realizan los costaleros y costaleras durante la Semana Santa. No obstante, aunque su devoción les ha llevado a impulsar a sus imágenes desde las propias entrañas de las mismas, este titánico trabajo puede dejar secuelas físicas si no se realiza con el cuidado que requiere. Por este motivo, el fisioterapeuta Francisco Manuel Rodríguez Asuero ha elaborado un libro que, con el acertado título 'Bajo la trabajadera' pretende ayudar a los costaleros a "minimizar el riesgo" de esa 'pesada' labor.

En primer lugar, aconseja este fisioterapeuta del Recreativo de Huelva en este manual -editado por la Fundación Cajasol y que va por la segunda edición-, que "es necesario que los cargadores se hayan preparado físicamente para poder afrontar la empresa que les espera. La musculatura de espalda, abdominales, cervicales, lumbares, piernas... debe estar bien desarrollada antes de los ensayos".

Esta preparación previa, que puede durar unas ocho semanas, "es un trabajo de gimnasio, de refuerzo, de potenciación, pero también un trabajo aeróbico en el que los costaleros incrementan su capacidad de resistencia", apunta Asuero, más conocido como Curro, quien añade que este paso "es esencial, ya que es la musculatura corporal la que preserva la parte ósea articular de nuestro cuerpo, ósea, los huesos, y la que va a evitar que el costalero sufra posible roturas indeseadas".

Posteriormente vienen los ensayos, en los que se dan consejos prácticos sobre las posturas que deben adoptar, cuál es la posición más adecuada para la espalda en relación al palo, es decir, se matiza la parte técnica, se enseña al costalero a protegerse, a ponerse la ropa.... En este sentido, "el eje del peso debe coincidir con el centro de gravedad, el cuerpo tendrá que estar lo más derecho posible y todo do el trabajo ha de girar en torno a las piernas. La espalda se colocará lo más perpendicular posible al palo y los brazos descansarán sobre la trabajadera que tienen delante para que se contraiga la musculatura cervical, evitando así que el peso recaiga sobre los huesos", señala.

Asimismo, los costaleros también han de vigilar su descanso y alimentación los días previos a sus salidas. "Lo ideal es que tomen hidratos de carbono en grandes cantidades, como arroz pasta... para que los músculos reserven azúcares que se irán liberando conforme los vayan necesitando en el transcurso del trabajo". El día que salgan habrán de comer ligero y dos horas y media antes de realizar cualquier esfuerzo, para no entorpecer el proceso digestivo. Obviamente, incide este profesional sanitario en la abstención de tomar alcohol, aunque la cerveza sí les está permitida al ser una fuente de hidratos de carbono. A lo largo del camino bajo el paso, Curro aconseja a los porteadores tomar bebidas isotónicas y sustancias con azúcares de absorción rápida como barritas energéticas, galletas, y otros alimentos similares. Por otra parte, Se desaconseja ingerir refrescos muy dulces y fumar, "ya que este hábito disminuye la capacidad pulmonar, y por tanto la cantidad de oxígeno en nuestros pulmones". Las piernas necesitan estirarse antes y después de la actividad. Debajo del paso 'entre chicotá y chicotá' se hará lo propio con los músculos del tronco y los brazos.

Una vez en casa, para aliviar sus espaldas, "es conveniente aplicarse compresas frías e incluso bolsas de hielo, pero sólo entre cinco y ocho minutos", remarca Asuero.

Al día siguiente de la salida, recomienda un buen baño caliente templado para renovar la circulación, y realizar algún tipo de ejercicio físico como la marcha atlética, caminar e incluso, quien esté acostumbrado, salir corriendo.