El Perdón

La Orden muestra su sentido cofrade

  • La Agrupación Juvenil de la Santa Cruz acompaña la cruz de guía Las saetas despiden al cortejo en el interior del templo.

LA Orden tiene alma cofrade y eso lo demostró una vez más ayer. La consolidación de esta hermandad es más que una realidad y el objetivo de que el barrio la hiciera propia está conseguido. A primera hora de la tarde de ayer, La Orden era un hervidero de nazarenos que se dirigían hacia el templo de Santa Teresa de Jesús. Lo primero que se percibía al llegar a las inmediaciones de la iglesia era una inmensa alegría.

La Hermandad del Perdón sabe como pocas qué es afrontar la incertidumbre de las condiciones meteorológicas. Las largas horas que tienen que estar en la calle en su recorrido para realizar la estación de penitencia hacen que estos cofrades tengan que ver muy seguros los pronósticos a la hora de echarse a la calle. Y esas circunstancias sí se cumplieron en este Lunes Santo. La certeza de que el buen tiempo, y el calor, iban a estar presentes en las más de 10 horas de recorrido, hizo que los cofrades de La Orden se sintieran más despreocupados y pudieran abandonarse al disfrute de su hermandad y a la estación de penitencia que iban a realizar.

Una de las cosas que llamó la atención fue el incremento en el número de penitentes que en esta ocasión, superó el número de 300 con la incorporación de unos 40. A ello hay que añadir la juventud de buena parte de estos cofrades lo que habla del sentir de cantera que también tiene el Perdón.

El bello paso era objeto de sendas ofrendas florales antes de que las puertas del templo se abrieran. Una de ellas estuvo a cargo de la Hermandad de la Peña, cuya filial onubense tiene también su sede canónica en Santa Teresa. El paso fue acompañado además por miembros de la Policía adscrita a la Junta de Andalucía.

El hermano mayor Carlos Castañeda se dirigió a todos los presentes invocando en esos momentos previos a la salida, un recuerdo a los cristianos perseguidos y e compromiso del Perdón con la donación de órganos. De hecho, el guión sacramental llevó durante toda la procesión, el emblema Luz de vida.

Como es habitual en esta cofradía, las saetas inundaron el amplio templo. En esta ocasión fueron interpretadas por las cartayeras Alba Botillo y Elena Gallego. En el exterior esperaba a la comitiva, la agrupación juvenil de la Santa Cruz que es hermana honoraria y que acompaña de tiempo, al Señor del Perdón.

El paso procesional fue recibido en la calle, a los sones del Himno de Andalucía, tal y como sucediera ya el año pasado. Una vez en la Plaza del Señor del Perdón, la cofradía enfiló hacia la siempre vistosa Cuesta de la Cinta y desde allí encaminarse hacia el centro.

El empuje y el buen espíritu cofrade de la hermandad de La Orden hizo que alrededor de las 18:00 ya hubiera alcanzado la Plaza de la Merced y llegara con cierta anticipación a la Placeta.

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