Semana Santa

Nacida de entre las cenizas

La de 1937 fue una Semana Santa muy distinta, marcada por la Guerra Civil; la del año anterior todo se vivió en el interior de los templos, las incertidumbres políticas y sociales no eran la más apropiados para la exteriorización en la calle de los sentimientos cristianos del pueblo de Huelva; el atosigamiento permanente no daba tregua. La situación más triste se padeció con la destrucción de las imágenes y el patrimonio de las hermandades en julio de 1936. Nadie hasta ahora ha pedido perdón a las cofradías por aquel ultraje y por la pérdida de su patrimonio ni tampoco nadie le ha compensado económicamente el patrimonio perdido.

A pesar de la pérdida de imágenes las hermandades realizan un gran esfuerzo y consiguen montar una Semana Santa muy especial es la que inicia el camino hasta el día de hoy, de recuperación, de trabajo, de penurias, de altos y bajos. Este año se cumple el 75 aniversario de aquellas salidas y del inicio de una nueva Semana Santa. Esta es la memoria incompleta que recuperamos de las crónicas de la época.

No era fácil, marcada por el dolor, los escasos recursos, pero envuelta en la ilusión. Se adquieren nuevas imágenes. Otras se restauran provisionalmente e incluso se suplen las tallas perdidas por fotografías. Las cofradías daban a entender que estaban vivas.

El primer gran acontecimiento de esta nueva Semana Santa es la bendición de la imagen del Señor de la Oración en el Huerto. Es la más importante incorporación, bendecida por el arcipreste Julio Guzmán en la iglesia de la Merced el Viernes de Dolores, que coincidió en el día de San José. Un acto solmene con besapiés y actuación de capilla musical.

Hay otra incorporación de imagen a esta Semana Santa, se trata de Nuestra Señora de la Consolación, que recupera una talla del siglo XIX, restaurada con bastante acierto por el escultor de la provincia señor Castilla; reemplazada por la actual de Gómez del Castillo, de 1941

La Hermandad de Pasión, después de muchos esfuerzos no consigue restaurar la imagen del Señor de la que sí se salva su cabeza, ni disponer de paso adecuado para su salida.

La Virgen del Mayor, también destruida será sustituida en esta salida por una fotografía de Alloza Hermandad de San Francisco. Se preparó sobre un nuevo paso, la Virgen recortada en la silueta de su rostro para poder adaptarle el manto y la corona. Un paso de nueva construcción, cuajado de flores con candelería, "ofreciendo un aspecto verdaderamente emocionante". De este testimonio cofrade se conserva aquella fotografía en la capilla de la Hermandad de la Esperanza.

Se incorpora el llamado paso de la Magdalena, que aun cuando esta salía con la destruida imagen del Cristo de la Expiración, ahora lo hace sola en un paso realizado por los presos para salir en la tarde del Viernes Santo, personas que también se encargaron de paso del Mayor Dolor.

La ausencia de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno se cubre con un cuadro con su fotografía, propiedad de una familia.

Del Santo Entierro se conserva la cabeza del Cristo Yacente y puede salir en esta Semana Santa reconstruida de manera urgente. Se habla e la presencia de una imagen de la Virgen de la Soledad, pero no sabe de que talla se está hablando, pues la actual es de León ortega, de 1944.

Hay una nueva incorporación, que es la imagen de la Virgen de la Soledad, que acompaña al Nazareno en su salida de la Madrugá y en la noche del Viernes Santo recordando la procesión de los Dolores de la Vera Cruz.

La única cofradía que puede salir sin problema es la de los Judíos, al no haber sido destruida su iglesia por estar colindante con el hospital provincial.

La apertura de aquella Semana Santa se hace como hasta entonces el Domingo de Ramos con el acto del Nazareno, no fue posible el besapiés pues su imagen fue pasto de las llamas. Aunque se dio a besar, en La Milagrosa, un relicario y una capilla musical interpretó el Miserere de Eslava. Se contó con mucha gente, como fue la tónica general de esta Semana Santa.

La primera cofradía en salir esla Oración en el Huerto, con su nueva imagen, lo hace desde La Merced a donde retorno después de abandonarla para ir a la Concepción en 1936. Hubo de esperar una hora por las inclemencias del tiempo que le dejó salir a las nueve de la noche, pero fue implacable a su paso por la calle Puerto donde les calló un fuerte aguacero. "Tanto los nazarenos como cuantos figuraban en la religiosa comitiva, aguantaron impávidos, sin moverse nadie de su sitio".

La Buena Muerte cambia de iglesia, deja las Agustinas para salir el Lunes Santo desde San Pedro, que a pesar de estar aun con los efectos del asalto sufrido en 21 de julio de 1936 acoge a la cofradía. La nueva imagen de la Virgen, miran do la cruz vacía con el sudario. "Una inmensa muchedumbre llenaba la plaza de San Pedro y el paseo de Santa Fe". A su llegada al Gobierno Civil, desde los micrófonos de Radio Huelva, el poeta Francisco Rodríguez Pérez tiene unas palabras de súplicas; quizás el primer pregón pero en la calle.

La salida del Mayor Dolor fue muy espectacular por la iluminación de la puerta, a la que colocaron dos potentes focos "que aumentó el esplendor del momento". La imagen de la fotografía iba bajo el palio, varales, caídas y candelerías que se consiguió salvar. Lo mismo que en las anteriores salidas hubo "una gran salva de aplausos y vítores muy expresivos". La ciudad tenía no sólo ganas de cofradías, sino de testimoniar la presencia de Cristo en la calle después del daño sufrido, más allá de lo material.

Una Semana Santa que mantiene sus tradiciones, con celebración de los oficios, los de la Concepción trasladados a la Milagrosa y los de San Pedro a la capilla del Colegio Santo Ángel. La alcaldía, por su parte, anuncia que a partir de las 12 de la mañana del Jueves Santo está prohibida la circulación de carruajes por una lista de calles vienen a coincidir con el centro de la ciudad.

En la calle se espera el Jueves Santo la única cofradía que quedó intacta, la de Los Judíos. Este año, además de ofrecer su esplendor de siempre, incorpora la imagen del Cristo del Buen Viaje, "de tanta raigambre religiosa en la barriada de al Merced".

En la Madrugá se vivirá un momento especial, pues la cofradía saldrá del templo de la Concepción, del que sólo se sostienen sus muros. Se testimonia la fe y el dolor. Hasta aquí vuelve la imagen del cuadro del Nazareno, aunque la Virgen se queda en la iglesia de la Milagrosa para la salida de la tarde.

En esta Semana Santa de estrecheces también hay opción a nuevas incorporaciones, aunque son iniciativas que no tienen luego continuidad. Es el caso de la procesión con la imagen de María Magdalena al pie de la cruz. Salió a las dos y media de la tarde de San Francisco. El paso, realizado por presos que habían trabajado en las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús y en la iglesia de San Francisco. Una procesión en la que asistieron numerosas vecinas de la barriada de San Francisco y de otros puntos de Huelva. El paso lo llevaban presos ya liberados que trabajaron en la construcción de las escuelas. De recogida el paso llegó hasta las puertas de la cárcel vieja, donde las reclusas le cantaron saetas.

La parroquia de San Pedro volvió a abrir sus puertas, en esta ocasión el Viernes Santo para la salida de al Hermandad del Santo Entierro. Se contaba con la imagen del Cristo, del que se conserva en la actualidad su cabeza en un nuevo cuerpo realizado por León Ortega, en una nueva urna de cerrajería, y se anuncia que en el segundo "va la nueva imagen de la Virgen de la Soledad".

Mientras que la Virgen de la Soledad incorporada al Nazareno, vuelve a salir por segunda vez. Lo hace cerrando todas las procesiones en la noche del Viernes Santo y anunciada la salida como la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, recordando que era la conocida por el Silencio. Con el tiempo la imagen ocupará este sitio, aunque la Vera Cruz se reorganizará fusionada con la Oración.

Nos quedamos con el deseo de aquella Huelva, que visto los esfuerzos auguraban que "a poco que se interesen y preocupen, como es de esperar, dado el alto espíritu religioso y su nunca desmentido entusiasmo de los directivos de las mismas, recobraran en años sucesivos el esplendor que siempre han tenido y aun mayor, seguramente".

Aquel impulso, cargado de euforia, se verá plasmado en las reorganizaciones de las distintas hermandades, pues esta fue una salida testimonial para manifestra que seguían vivas, pero su patrimonio había sido destruido, sin olvidar el drama personal de una guerra civil. La última en reorganizarse es la del Santo Entierro, en 1944, aunque su patrimonio seguirá mermado. Se incorpra la Soledad como cofradía independiente en 1944. Aparecen nuevas hermandad, la de la Victoria, en 1939. En 1943 nace la de Mutilados. El periodo floreciente lleva a la creación de Las Tres Caídas, en 1944. La Hermandad de los Judíos aprueba la incorporación del Buen Viaje en su cortejo, en 1944, y del que ahora hemos visto que también salió en 1937. En 1945 el elemento estudiantil y el profesorador ponen en marcha la cofradía de la Borriquita. En 1948 es la Sagrada Cena, por los funcionarios de arbitrios municipales. En 1949 se constituye la Cofradía de los Estudiantes, promovida por el elmento juvenil; y en 1951 el Descendimiento, desde el Ayuntamiento. Esa es la raíz de la Semana Santa actual. El esfuerzo que decían en 1937 mereció la pena.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios