El Miércoles Santo en Huelva, una lluvia de pétalos para su madre
Prendimiento, Victoria, Santa Cruz y Esperanza realizaron su estación de penitencia en un día señalado para los onubenses
Las imágenes de Prendimiento en la Semana Santa de Huelva 2023
La Hermandad de la Santa Cruz en la Semana Santa de Huelva 2023, en imágenes
La Hermandad de la Esperanza en la Semana Santa de Huelva 2023, en imágenesç
La tarde en Huelva sonó a marcha de palio, Victoria y Esperanza salieron de sus templos para que la madre del Señor fuese la protagonista en una jornada donde volvió a salir el sol. Ambas, acompañando a sus hijos desde la humildad hasta que expiró, lloraron su muerte en la cruz y la ciudad les rindió homenaje con lluvias de pétalos y una forma especial de mirarlas. Jesús, prendido en el monte los olivos, llegó al centro desde la barriada del Carmen arropado por los devotos de su barrio. Las puertas de la parroquia de la Concepción se abrieron por primera vez esta Semana Santa para que la hermandad de Santa Cruz recorriese las calles de Huelva.
La Carrera Oficial esperaba a las cofradías impaciente, los palcos aguardaron con ansias para verlas pasar. La ciudad se resumía en una levantá y un baile de bambalinas, mientras el Señor era prendido, juzgado y crucificado. El fervor que causa el Miércoles Santo es inigualable, donde la primavera se entrelaza con el olor a incienso, que desde el Viernes de Dolores se respira en Huelva. Los onubenses volvieron a estar a la altura, dejando un camino de fe en el que brota el sentimiento cofrade entre pequeños y mayores.
La hermandad de la Victoria inauguró la jornada. Desde por la mañana el barrio del Polvorín estuvo lleno de vida en el momento de los últimos preparativos. Los nervios se palparon en el ambiente, los nazarenos comenzaron a llegar con las papeletas de sitio en la mano y los costaleros, con la Virgen en la mente, ya soñaban con la primera levantá. La salida fue multitudinaria y cuando la cruz de guía se posó en la rampa, la hermandad comenzó su estación de penitencia tan deseada. El Cristo de la Humildad, con su imponente misterio restaurado por completo en el año 2017 y cargado de detalles, salió del templo bajo la atenta mirada de todos los presentes. Tras él, su madre, la Virgen de la Victoria embelesando a todo el barrio con su rostro, mientras ella lloraba el Calvario de su hijo. La Sociedad Filarmónica de Pilas interpretó la marcha Reina del Polvorín, tras ella, una saeta que brotó de lo más profundo y dejó enmudecido al público.
El misterio, representando a Jesús despreciado por Herodes, se encaminó al Barrio Obrero para que la Virgen cruzara por su arco. Una vez allí todos querían capturar ese espectacular momento, uno de los más emblemáticos de la hermandad durante su recorrido. Mientras la Virgen salía de su barrio, la cruz de guía enfiló la plaza Niña donde la hermandad de la Esperanza esperaba para su salida. Ambos, el Señor de la Humildad y la Virgen de la Victoria bailaron delante de las Hermanitas de la Cruz y ellas le rezaron.
La segunda en salir de su templo fue Prendimiento, donde la barriada del Carmen vivió su día más esperado. Desde su parroquia, el Señor se recreó por sus calles llegando al centro por el paseo de la Independencia, acompañado por un exorno floral formado por iris, rosas, claveles y helechos. El misterio, el más grande de Huelva formado por doce trabajaderas, caminaba por la calle San José antes de entrar en Carrera Oficial. En su salida, una gran expectación le esperaba para seguirle a su barrio. A su vuelta, la Virgen de la Estrella ya lo esperaba en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y el Señor, regresó soñando con un nuevo Miércoles Santo.
La siguiente fue la hermandad de la Santa Cruz, que abrió sus puertas por primera vez esta semana para no volverlas a cerrar hasta el Viernes Santo. Jesús ya ha bajado de la cruz y Nicodemo, María Cleofá, María Salomé y José de Arimatea lo amortajan para llevarlo a su sepulcro. Una cofradía que avanzó en silencio, amenizada por la música de capilla con instrumentos de viento y cuerda, donde el martillo se escuchó con fuerza en cada levantá. Una de sus curiosidades son los enseres del cortejo procesional, que se encuentran cargados de una simbología inspirada en emblemas artísticos de la ciudad. La cruz de guía representa la cruz de los Ángeles del mirador de la Cinta y los ciriales están basado en la fuente de los Tritones de los jardines de la Casa Colón. Una hermandad pequeña donde numerosas promesas cargaban con el peso de la cruz sobre sus hombros y las cadenas rompían el silencio de las calle. Santa Cruz derrochó elegancia por las calles estrechas como Vázquez López, Alcalde Mora Claros, Gobernador Alonso y Cardenal Albornoz.
La hermandad de la Esperanza fue la última en salir a la calle. Cuando la Victoria se encontraba en la plaza Niña se podía ver una estampa típica del Miércoles Santo, los nazarenos y costaleros de la Esperanza veían a la Virgen mientras aguardaban la salida de su cruz de guía. El tiempo pasó lento, pero por fin se abrieron las puertas del templo. El Cristo de la Expiración crucificado fue el primero en asomarse y la calle abarrotada se hizo silencio. En el rostro de los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Expiración, vestidos de blanco para la ocasión, se pudo ver retratada la emoción de acompañar a su Señor en su caminar. Muchos derramaron lágrimas a la vez que interpretaban la marcha que los ángeles del cielo bajaron a escuchar.
Su calle recibió a la Virgen de la Esperanza con una petalá y el danzar de sus bambalinas se grabó en la retina de los presentes. El palio estaba exornado con bouquets de claveles y rosas blancas, que lucían espectaculares mientras el sol se ponía y sobre su pecho llevaba un puñal de plata. La devoción se palpaba en el ambiente y toda la ciudad se encontraba en la calle.
Cuando la Carrera Oficial finalizó, la hermandades pusieron rumbo de nuevo a sus templos. Prendimiento, hacia la barriada del Carmen y Santa Cruz se recogió en silencio en la Concepción. La Victoria y la Esperanza recibieron sus grandes petaladas durante su recorrido, un día en la Virgen es la protagonista en Huelva, que engrandece la Semana Mayor y deja un buen sabor de boca para abrir el Jueves Santo.
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