Ignacio de Jesús Romero da un emotivo pregón a Jesús Caído

En la mañana de ayer, en la Parroquia de El Salvador se celebró el pregón extraordinario de la Hermandad Sacramental de Penitencia de la Oración en el Huerto, Jesús Caído y María Santísima de la Amargura, con motivo del tercer centenario de la Sacramental, del primer centenario de la refundación y del 75º aniversario de la imagen, realizada por el escultor ayamontino Pepe Vázquez, de la Virgen de la Amargura, que coincide con el nacimiento de la persona que iba a realizar el pregón. Tres efemérides perfectamente hilvanadas por el pregonero y miembro de esta hermandad Ignacio de Jesús Romero Martín.

Con el templo abarrotado de público comenzó el acto bajo la presidencia del director espiritual padre Patricio; del primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, José María Mayo; de la delegada provincial de Turismo, Natalia Santos; del comandante de la Ayudantía Militar de Marina, Pedro Leiva; de la presidenta de la Agrupación de Cofradías, Pilar Carro; de la hermana mayor, Marián Barroso; del recién nombrado hermano mayor honorario, Juan Concepción y de la secretaria de la hermandad, Silvia Romero.

Comenzó el pregonero con un diálogo magnífico entre su padre, Manuel Romero (qepd) con su hijo cuando aún no tenía ni cinco años, explicándole cada momento importante vivido por él durante muchos años. La influencia también de su madre en todo ese engranaje. Fue pasando, como cuentas del rosario, una por una las novedades de su hermandad, como por ejemplo la nueva reestructuración de la junta de gobierno y la posterior construcción de la casa de hermandad.

El diálogo terminó haciendo referencia al Santísimo Sacramento, santo y seña de la vida cristiana y amor sublime del pregonero y sus padres.

Por otro lado, la Agrupación de Cofradías y Hermandades de Penitencia celebró en la tarde del sábado su vía crucis que partió de la residencia de ancianos.

Salió el Cristo del Amor en una parihuela exornada, a hombros de 16 jóvenes pertenecientes a la Hermandad del Lunes Santo cuyos titulares, además del Cristo del Amor, son el Señor Triunfante en su Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora de la Salud.

La primera estación fue rezada en las mismas puertas de la residencia. Seguidamente comenzó su andadura por las calles altas de la ciudad, hasta desembocar en el centro y recorriendo las calles principales. Cada estación fue leída por representantes de hermandades, tanto de penitencia como de gloria, terminando al filo de las 21:00.