Semana Santa

Los barrios de Huelva derrochan devoción por la Virgen el Viernes de Dolores

Procesión de la Virgen del Prado.

Procesión de la Virgen del Prado. / Alberto Domínguez (Huelva)

Ahora sí, ahora llegan el mecido de palio, un penitente que oculta su rostro nervioso bajo la túnica una banda que entona las primeras notas de una marcha o un aplauso que brota en cualquier esquina después de una revirá que se graba en el alma. Esta tarde Huelva ya se ha hecho Semana Santa y es que sus vísperas llevan ya años pisando fuerte, donde la Madre del Señor se convierte en la protagonista del Viernes Santo. En dos de sus barrios el sueño se hizo realidad, la Virgen del Prado, en el Higueral, desató la emoción de unos vecinos que trabajan por su joven hermandad y la Virgen de Los Dolores hizo de Las Colonias un año más, un lugar de fe por su madre. 

Procesión de la Virgen de Los Dolores por Las Colonias. Procesión de la Virgen de Los Dolores por Las Colonias.

Procesión de la Virgen de Los Dolores por Las Colonias. / Alberto Domínguez (Huelva)

Las vírgenes se hacían dueñas de sus barrios, mientras el cielo encapotado aguantaba la tarde. El gentío ya se escuchaba, el platillo de la banda anunciaba el comienzo de una marcha, la primera chicotá y sus devotos prendados por su madre. Un amor por una madre no se pierde y cada Viernes de Dolores queda retratado en Huelva cuando cada año hace de este día uno muy especial. 

La primera en salir fue la Virgen del Prado en su Dolor, desde una carpa que con mucho esmero sus hermanos preparan para que su titular tenga refugio en la Plaza de Fuentepiña. Una Hermandad que crece cada año y este 2024 no ha dejado indiferente a nadie viendo como paso a paso se forma una cofradía de los pies a la cabeza. Después de rezar un Dios de Salve María y un Padre Nuestro, el capataz, Fernando Melgar, llamó a su cuadrilla para poner a la Virgen en la calle. Tres golpes de martillo, "ya estamos aquí otra vez, otro año más, otro pasito con la parihuela más grande, la que la madre de Dios de merece" y con un tos por iguá valientes tuvo lugar la primera levantá. "No hace falta tener dinero para tener arte" dijo su capataz y qué verdad, porque con el trabajo de una cofradía diario, la Virgen estrena este año la parihuela del palio, la fase de carpintería de los respiraderos y 32 nuevos candeleros que completan las 92 piezas de candelería. 

La primera saeta se cantó en la plaza, un joven saetero le dedicó una bella letra a la Virgen y la levantá fue dedicada a la pequeña Ari Zamora, con un recuerdo especial al cielo. La imagen continuó su recorrido que estaba inundado de amor y esperanza. Cuando iba cayendo la noche, otro de los momentos más especiales se vivieron en la calle Sanlúcar de Guadiana, cuando el paso de la Virgen se puso de frente al azulejo de la Esperanza. Ataviada con claveles blancos y acompañada por la Banda de Música Virgen de las Mercedes de Bollullos Par del Condado continuó su recorrido por las calles. 

En la otra punta de Huelva, en Las Colonias, media hora después la Virgen de Los Dolores salía de su templo para llegar a la Plaza de Los Dolores, uno de los puntos más especiales de su recorrido, donde se encuentra un azulejo dedicado a ella. Un palio que se recrea por las calles, estrenando la toca de sobremanto que se presentó en septiembre y un juego de varas, exornada con gladiolos y claveles blancos, donados por sus vecinos. 

En la plaza de los Dolores no cabía ni un alfiler y cuando la Virgen entró la afluencia era aún mayor. El paso de palio se posó frente a su azulejo, mirándose frente a frente. Por segunda vez en la historia, en esta ocasión de noche, la imagen recorre este lugar bajo los sones de la Banda Municipal de Aznalcóllar que interpreta las marchas para que el palio de la Virgen baile cada una de ella. 

Dos barrios, dos emociones, pero todas enmarcadas dentro de la misma fe y devoción. Así se hacen las cosas en Huelva, así se vuelcan los onubenses en cada salida, en cada ensayo y en cada recogida. Cuando las puertas del templo se cierren la Virgen de los Dolores no dice adiós, espera con entusiasmo el Martes Santo donde Las Colonias la seguirá hasta las calles del centro. En cambio, el Prado ya sueña con el próximo Viernes de Dolores en el que Fuentepiña la vuelva a recibir con los brazos abiertos. 

Ya los niños pedían cera y Huelva olía a incienso, nada más se le puede pedir a una víspera como esta que es la antesala perfecta para vivir una Semana Santa de recogimiento y devoción en la que los cofrades de Huelva van a tener que estar muy pendientes al cielo. 

El tiempo parece que va a respetar y los onubenses ya están preparándose para el Sábado de Pasión, donde la Legión será la encargada de portar al Cristo de la Vera+Cruz por las calles del centro. Las puertas de la Concepción se abrirán a las 18:30 y la expectación no defraudará. Además, el Cristo de la Bendición, saldrá de la parroquia de San Rafael Arcángel donde el barrio de Fuentepiña volverá a vivir su Semana Santa. Esto solo ha hecho empezar, ¡y cómo ha empezado!

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