Semana Santa

Un Domingo de Ramos de palmas en Ayamonte

La Borriquita en Ayamonte.

La Borriquita en Ayamonte. / Tapi

A las 10:30, la Hermandad del Señor Triunfante en su entrada en Jerusalén, salía, desde la Parroquia de las Angustias, para realizar su recorrido por las calles céntricas de Ayamonte, ante un bullicio que se agolpaba alrededor y en los aledaños del templo.

Con anterioridad, se oficiaba la Eucaristía de Palmas, con el templo repleto de fieles, devotos y nazarenos que esperaban la hora de salida.

A los sones de la Agrupación musical Cristo de la Buena Muerte, comenzaba su peregrinar hasta llegar a la Tribuna Oficial, que estaba prevista para las 12:00, que cumplió con exactitud matemática, sin olvidar el paso por el convento de las Hermanas de la Cruz, que como siempre tuvo un sentimiento de gratitud a esas hermanas que se sacrifican cada día por ayudar a los más necesitados.

La Borriquita en Ayamonte. La Borriquita en Ayamonte.

La Borriquita en Ayamonte. / Tapi

Durante esa mitad de recorrido, la comitiva fue desfilando con extraordinaria rectitud, y eso que la mayoría de los nazarenos eran de corta de edad, pero que fueron conscientes de que había que hacerlo bien como les pedía los encargados de tramos.

La mañana, que parecía más veraniega que primaveral, hacía lucir las mejores galas a una juventud amante de su Semana Mayor.

La cofradía cruzó el tramo que constituía la Tribuna Oficial ubicada en el Paseo de la Ribera, ante miles de personas, que se agrupaban apara presenciar el trabajo que hacían los costaleros debajo de sus trabajaderas.

El misterio del Señor Triunfante lo compone, además de Cristo a lomos de un asno, a cuya trasera iba su cría, la Virgen y San Juan. La figura del Señor data del año 1943 que fue realizado por, Salvador Castillejos, aunque su fundación, según consta en el obispado, es de 1918.

Es de reseñar que la mayoría de los nazarenos eran niños y jóvenes portadores de una palmera, siendo alguno de ellos, por su corta edad, ayudados por sus progenitores.

A la voz del capataz, Joaquín Rodríguez Romero, la comitiva seguía su curso ante la atenta mirada de los ayamontinos y foráneos que no querían perderse esos momentos majestuosos.

Sobre las 14:00 y, con los aledaños de la parroquia de las Angustias repleta de público, y al son de la marcha ya adaptada a ese paso, Mi Madrugá, de Manuel Alejandro González Cruz, el Señor de la Mulita, recorría los últimos metros que les separaba del templo, y al cual no se le cayó ni un solo clavel rosa que adornaba el paso.

A los sones e la marcha real, el Señor Triunfante en su entrada en Jerusalén traspasaba el umbral del Templo poniendo punto y final a una mañana cargada de alegría, religiosidad y bullicio por todos los lugares de recorrido.

Salida del Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Salud

A las 20:00, se abrían las puertas de las Angustias para dar comienzo a lo que iba a ser el recorrido del Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Salud, que pertenecen a la misma cofradía que el Señor Triunfante que salió por la mañana.

Si durante el recorrido del Señor Triunfante, no se cabía de gente, por la noche era imposible dar un paso. Esta cofradía ,muy querida en la ciudad, agolpa a cientos de hermanos que dan custodia a las dos imágenes que la componen. El primero de ellos, Nuestro Señor del Amor es de autor desconocido, aunque se cree que data del siglo XVIII, que iba adornado con iris morado y cuyo capataz era, Jesús Nazareno Martín Carnacea.

Detrás del Crucificado, que le acompañaba la Agrupación Musical Cristo de la Buena Muerte, venía Su Madre de nombre Salud de cara pequeña, pero grande de veneración y amor. De hecho, eran más de un centenar de promesas, de ambos sexos y que agradecían o pedían favores realizados o pedidos en ese momento.

Con todas las velas encendidas en su recorrido, la comitiva transcurría con lentitud pero sin pausa, tan solo para recuperar aliento los hermanos costaleros.

La imagen de la Madre de Dios en la advocación de la Salud data del año 1943 y también es como el Señor Triunfante de Salvador Castillejos. Iba adornada con flores blancas e iba acompañada por la Banda de Música de Bonares. A las 22:30 hacía entrada en Plaza El Rosario, lugar muy emblemático de la localidad e la Puerta de España.

Poco a poco se fue acercando la comitiva al Paseo de la Ribera donde miles de personas esperaban su paso por la Tribuna Oficial, cuya entrada fue a las 23:00.

A partir de ese momento, ciento de devotos se agrupaban en pos de ambos pasos, para animar, aplaudir y dar gritos de felicidad a los hermanos costaleros que llevaban sobre su cerviz el peso del paso. Ya se acabó el protocolo, ya era el pueblo el que llevaba en corazones a ambas imágenes, que difícilmente podían dar un paso.

Sobre las 12 de la noche, cruzaba el dintel de las puertas de la Parroquia de las Angustias la Cruz de Guía, aunque aún faltaba bastante tiempo para que lo hicieran, tanto el Cristo del Amor como la Virgen de la Salud, ya que era imposible dar un paso hacia adelante, debido a la gran multitud de personas que habían en el último recorrido. 

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