Clasicismo y sencillez en el caminar de La Redención

Redención

El paso alegórico recorre las calles de la ciudad con el sol por acompañante y con el sonido de la Banda de la Expiración

Espléndida imagen del paso
Espléndida imagen del paso / A. Domínguez
J.m. Lugardo

09 de abril 2017 - 22:35

Con la carga de su cruz, el Santísimo Cristo de la Redención avanzaba de forma clásica y sencilla. Con los vecinos como reguero devocional y con los balcones de par en par para poder rezarle. El sol llenaba de luz las calles que conducían la cofradía de La Redención en su transitar hasta el centro de la capital.

De forma sencilla, el único misterio alegórico de Huelva, que representa el lagar místico de Cristo, recorrió calles distintas con respecto a su itinerario del pasado año en su transitar de ida como su paso por Villa Mundaca, Vasco Núñez de Balboa, Baleares o Gallardete.

El fervor se recogió durante gran parte del recorrido con especial atención en su salida en el Asilo de Ancianos, por el Paseo Santa Fe, y en su epílogo de calles a la vuelta. Con los sones debutantes de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Experiencia, el ambiente que rodeaba el incienso de la cofradía era distinto. Diferente. Como cada Semana Santa.

En la salida, uno de los auges cofrades del Domingo de Ramos, sonó Avemaría, que acompañó a un gran repertorio de la banda que puso en valor sobre la entrada de Carrera Oficial con Sangre de Redención, Señor acuérdate de mí, ¡A esta es!, Abrazado a Triana y Tres Caídas de Esperanza, entre otras.

En el transcurrir por las soleadas calles, en las que el sol acompañó en todo momento al Señor, se vieron las primeras bolas de cera que sujetaban los niños, así como algunas ya empezadas de años anteriores.

La Redención es una cofradía para disfrutar de los detalles que marcan su cortejo. Como esa rosa roja que germinaba a los pies del Señor, o el ángel que recogía en un cáliz la sangre de Cristo que caía desde su dedo meñique.

Marcaban las 18:28 en el reloj cuando el paso reviraba a Fray Juan Pérez y buscaba las calles del centro que aguardaban con numerosas personas. A su hora establecida, las 20:10, entró por la Carrera Oficial, momento en el que comenzó a caer la tarde, y que ya la noche terminó de acompañar a La Redención hasta su regreso a casa, donde sus vecinos cercanos estuvieron hasta el momento.

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