Día Mundial de la Lucha contra el Sida

''La discriminación contra las personas marginadas está perjudicando gravemente la respuesta al VIH''

''La discriminación contra las personas marginadas está perjudicando gravemente la respuesta al VIH''

''La discriminación contra las personas marginadas está perjudicando gravemente la respuesta al VIH''

Cada 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida, una enfermedad considerada epidemia con la que conviven casi 40 millones de personas en el mundo. La misma cifra de muertes que han supuesto enfermedades relacionadas con el SIDA desde sus inicios, según datos de ONUSIDA. Desde su pico, alcanzado en los años 90, la investigación no ha cesado en su intento por encontrar una cura efectiva que erradique esta enfermedad en todo el mundo. Sin embargo, ese hito continúa aún sin llegar.  En este sentido, ONUSIDA advirtió a principios de este año que la respuesta al sida está en riesgo a medida que aumentan las nuevas infecciones y las muertes en muchas partes del mundo. Ahora, un nuevo informe  destaca la razón: la desigualdad global.

Según indica el informe, Desigualdades peligrosas, poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030, es un objetivo que está lejos y en mal camino para ser alcanzado. Un problema que se ha acentuado en los últimos dos años y medio, con el choque de las pandemias del sida y COVID-19, junto con las crisis económicas y humanitarias que sitúan la enfermedad en un escenario cada vez más amenazante.

Los peligros de la desigualdad

Según el mensaje lanzado por Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, para lograr erradicar el Sida se debe lograr ''la igualdad de las personas marginadas''. En el mensaje lanzado con motivo de la celebración de este día, expone que ''en todo el mundo, los gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres tienen 28 veces más probabilidades de vivir con el VIH que la población general.'' Asimismo, las personas que se inyectan drogas corren 35 veces más riesgos; los trabajadores sexuales, 30 veces más, y las mujeres transgénero, 14 veces más.

La consecuencia más inmediata se traduce, según explica en una criminalización que también mata. ''Solo al descriminalizar, la gente se acercará a los servicios. La descriminalización salva vidas.'', expone. Para lograr esto, Byanyima recuerda también la importancia de combinar los servicios para la salud sexual y reproductiva y los servicios para ''prevenir y responder tanto a la violencia sexual y de género como al VIH''. 

En este sentido, hace referencia a las desigualdades de género que existen en el mundo, sobre todo en el caso de África subsahariana. Según destaca el informe el 54% de todas las personas que vivían con el VIH eran mujeres y niñas. ''Tenemos que plantar cara a todas esas desigualdades de las que las mujeres son víctimas. En áreas con una elevada carga del VIH, las mujeres sometidas a violencia dentro de la pareja se enfrentan a un 50 % más de posibilidades de contraer el VIH.'', manifiesta.

Atendiendo a esta razón, en 33 países entre 2015 y 2021, solo el 41 % de las mujeres casadas de entre 15 y 24 años podían tomar sus propias decisiones sobre salud sexual. En el caso de Sudáfrica, ejemplifica, donde las relaciones sexuales entre personas del mismo género son legales, los gais tienen un 60 % más de probabilidades de vivir con el VIH, pero en Uganda, donde los gais sí son criminalizados, tienen un 240 % más de probabilidades.

Desde el pico alcanzado en 1996, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 54%. En 2021, se produjeron 1,5 millones  de nuevas infecciones por el VIH, en comparación con los 3,2 millones de 1996. Las mujeres y las niñas representaron el 49% de todas las nuevas infecciones en 2021. Por ello, declara que ''la única hoja de ruta eficaz para poner fin al sida, alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y garantizar la salud, los derechos y la prosperidad compartida es una hoja de ruta feminista''.

Tratamientos esperanzadores pero sin la cura definitiva 

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un virus que ataca el sistema inmunitario del cuerpo y, si no se trata, puede provocar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). El SIDA es la etapa final de la infección del virus VIH que no se trató con medicamentos y ha logrado adaptarse y desarrollar una infección aún más grave que debilita por completo el sistema inmune. Actualmente, no existe un tratamiento eficaz que pueda prevenir por completo la enfermedad.

La terapia más efectiva a día de hoy consiste en los antirretrovirales (TAR), que permite a las personas con VIH mantener el virus controlado y evitar que este se desarrolle.  Al cierre de diciembre de 2021, 28,7 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral en comparación con los 7,8 millones de 2010. Sin embargo, en cifras generales, el 75% de todas las personas que vivían con el VIH tenían acceso al tratamiento.

Como indicamos en un artículo anterior, nuevas terapias están resultando esperanzadoras en torno a la investigación. La terapia con células madre fue la primera en ofrecer un caso real de remisión del virus en un paciente de Berlín. El trasplante de células madre originalmente era para curar su leucemia y en consecuencia curara también el SIDA el cual le fue también diagnosticado, lo cual resultó de manera positiva y esta curado de ambas enfermedades desde el año 2008.
También lo hizo en una mujer estadounidense con leucemia se convirtió en la primera mujer en curarse del VIH tras recibir un trasplante de células madre. Este caso se trata también del primero en el que se utiliza la sangre del cordón umbilical.  
De la misma forma, y con el mismo método, consiguió curarse un hombre en California este pasado mes de agosto. En todos los casos, los donantes tenían una mutación naturalmente resistente al virus que causa el sida. En un caso, además, que resultó diferente a estos, una paciente consiguió la curación funcional en nuestro país, en Barcelona. Lo hizo con un tratamiento antirretroviral y diversas intervenciones con un inmunosupresor, la ciclosporina A. Todos ellos consiguen bloquear y reducir el virus a un nivel indetectable.

 PrEP, clave frente el contagio

Debido a la falta de una cura eficaz, desarrollar una medicina basada en métodos de tratamiento y prevención resulta vital. En este camino, nació el tratamiento conocido como PrEP (profilaxis prexposición). Se trata de  medicamentos que reducen sus probabilidades de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales (en un 99%) o el consumo de drogas inyectables (hasta un 74%). Cuando se toman según las indicaciones, los medicamentos de la PrEP son altamente eficaces para prevenir la infección por el VIH. Se usa como método complementario a los preservativos y sirve como medida de doble protección.

Según indican desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, existen dos pastillas aprobadas para usarse como PrEP: Truvada® y Descovy®.

  • Truvada® es para todas las personas en riesgo de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales o el consumo de drogas inyectables. 
  • Descovy® es para las personas en riesgo contraer el VIH a través de las relaciones sexuales. Descovy no es para personas cuyo sexo asignado al nacer es femenino y que están en riesgo de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales vaginales receptivas.

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