En los últimos años, ha habido un aumento significativo en el consumo de marihuana en muchas partes del mundo. A medida que la percepción pública y la legislación en torno a esta sustancia han ido evolucionando, más personas están optando por utilizarla con fines recreativos o medicinales, aunque su consumo creciente sin ningún tipo de finalidad o control médico, conlleva una serie de riesgos para la salud que van mucho más allá de sus beneficios. Esta advertencia resulta conveniente tras la inminente regulación de su uso terapéutico en nuestro país. Sin embargo, sin políticas públicas y responsables basadas en la evidencia científica, este consumo se convierte en una conducta más de riesgo dentro de las dependencias que puede generar severos daños físicos y mentales. Siguiendo esa línea, un reciente estudio presentado en las Sesiones Científicas anuales de la Sociedad para la Angiografía Cardiovascular e Intervenciones, y reportado por el portal de noticias médicas Medscape, ha revelado que las personas que consumen marihuana tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad arterial periférica.
Cabe destacar que la población analizada en el estudio era joven y que los datos recopilados preceden en muchos casos a la legalización del consumo recreativo en los lugares de origen. Por lo tanto, existe la posibilidad de que estos riesgos se incrementen en otros grupos de edad. Especialmente preocupante es el hecho de que la enfermedad arterial periférica en la juventud se relaciona con peores pronósticos a largo plazo en la vida.
¿Qué es la enfermedad arterial periférica?
La enfermedad arterial periférica (EAP), también conocida como enfermedad arterial oclusiva periférica, es una afección en la cual se producen obstrucciones o estrechamientos en las arterias que suministran sangre a las extremidades, especialmente a las piernas. Esto ocurre debido a la acumulación de placa, compuesta por depósitos de grasa, colesterol y otras sustancias (arterioesclerosis), en las paredes arteriales, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo hacia los tejidos periféricos. Si la obstrucción del flujo sanguíneo es lo suficientemente grave, puede provocar la muerte de los tejidos y, en algunos casos, la amputación del pie o la pierna.
La EAP suele manifestarse con síntomas como dolor, calambres o fatiga en las piernas durante la actividad física, conocido como claudicación intermitente. Además, puede causar problemas de cicatrización de heridas en las extremidades y aumentar el riesgo de desarrollar úlceras o infecciones.
Esta enfermedad está estrechamente relacionada con factores de riesgo como el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la obesidad y el sedentarismo. Aunque el principal siempre suele ser el fumar. Se ha observado que el consumo de cannabis puede provocar efectos negativos en el sistema cardiovascular, como aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la resistencia vascular periférica.
En estos casos concretos, según explica a Medscape Chip Lavie, director médico de rehabilitación cardíaca y prevención del Instituto Cardíaco y Vascular John Ochsner, "Ya se sabía que el uso de cannabis se relaciona con más vasoconstricción, efectos simpatomiméticos, disfunciones endoteliales y un aumento en la agregación plaquetar, así como que aumenta el riesgo de infarto de miocardio en la hora inmediatamente posterior al uso". Y continúa, "también sabemos que es una causa de la tromboangitis obliterante, una enfermedad de la familia de la PAD".
No obstante, y a pesar de ello, los autores destacan que en esta población no había mayor mortalidad por infarto de miocardio ni otras causas cardiovasculares ni una mayor necesidad de revascularización.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios