Trofeo Colombino: el Zamora vence al Recre y se lleva la Carabela de Plata

A un paso estaba de levantar la Carabela de Plata. El último encuentro de la noche lo disputaron el Recreativo de Huelva y el Zamora, pero iban a ser los visitantes los protagonistas de la LVI edición del Trofeo Colombino. Los albiazules, que hicieron un gran partido ante el Cacereño, se quedaron con la miel en los labios.

Pedro Morilla hizo cambios en el once respecto al duelo con los verdiblancos. David Gil, Camará, Mena, Juancho, Vedma, Roni y Da Costa saltaron al terrero de juego. Se notó sobre el terreno de juego.

El Recre bajó una marcha y el Zamora salió con fuerzas. Carbonell estuvo a punto de abrir la lata, pero fue David Gil el encargado de mandarla fuera, pero el jugador zamorano no iba a quedar satisfecho y puso el 0-1 en el marcador. Córner que aprovechó para rematar y firmar el primero.

No tardó el Decano en reaccionar y Mario da Costa, recién incorporado al partido, hizo el empate tras un pase filtrado de Alejandro Viedma, que continúa trabajando por hacerse un hueco en el equipo de Pedro Morilla. Respondió el Zamora. Ahora fue Kike Márquez, exalbiazul, que volvería a adelantar a los suyos en Huelva. Otra vez a través de un saque de esquina.

Pudo aumentar distancias de nuevo el equipo de Juan Sabas, pero la salvó David Gil, quien en esta ocasión defendía la portería del Recreativo. El guardameta sacó el pie para evitar un nuevo tanto de Carbonell.

Hizo Pedro Morilla un triple cambio para pelear por la victoria y que la LVI edición del Trofeo Colombino se la quedase el Decano. Tenían mucho que remar los albiazules que, ni por asomo, se parecía al del encuentro con el Cacereño, pero que plantó cara. Fue de nuevo Mario Da Costa quien anotó la siguiente diana del Recreativo tras un saque de esquina, que el extremo aprovechó para meter el pie.

Mazazo final para los albiazules. Tenían la Carabela de Plata en sus manos y un polémico gol del Zamora empañó una noche de lujo. Kike Márquez volvió a aparecer e hizo el tercero que iba a hacer que el cuadro de Juan Sabas viajara a casa de vuelta con su primer Trofeo Colombino cuando el Decano ya la acariciaba.