El fútbol premia a la valentía
Ernesto le da un punto al Decano con el tiempo cumplido ante un Mérida que aplica la ley del mínimo esfuerzo para sumar en el Nuevo Colombino

Huelva/Rubén h iván Robles H
Ernesto 69' HH
Javi Cantero HH
De Vicente HH
Ubay HH
José Alonso HH
Núñez HH
Miguelito H
I. Aguilar 46' H
Fran Machado HH
Waldo 77' H
Jesús Vázquez HH
Domínguez HH
Mandaluniz H
Díez H
Migue Marín H
Ayoze H
Paco Aguza H
Javi Chino H
Cascón H
Yacine 70' H
Bernal H
Hugo Díaz H
Borja 83' s.c.
Rodríguez HH
Rico 64' H
David Álvarez H
La justicia entiende poco de fútbol, tanto que en más de una ocasión le da la espalda a quien más la merece. Así parecía que sucedería en el Nuevo Colombino, donde el que tiene fútbol se lo guardó de forma descarada y el que carece de recursos se volcó en un ejercicio de fe impresionante. Durante 90 minutos el valor albiazul no le sirvió para puntuar ante un oponente que demostró tener más de lo mostrado. Pero no terminan de aprender los equipos que a este Decano no vale con tumbarlo. Hay que rematarlo ya en el suelo porque si le dejas un hilo de vida siempre se levanta. El Mérida se conformó muy pronto con un cabezazo y pensó que le valdría. El Recre buscó durante 45 minutos el gol y lo encontró con el tiempo cumplido. Ernesto puso fin al asedio para premiar la valentía recreativista.
Cuando un equipo llega a falta de seis jornadas peleando por la permanencia y otro por meter la cabeza en la pelea por el ascenso las diferencias son evidentes. En el césped del Nuevo Colombino hubo muchas fases del encuentro en las que el Recre las minimizó a base de intensidad, un posicionamiento inteligente y el plus del local, pero siempre quedó la sensación de estar ante un Mérida que se guardó algo, que no lo dio todo y que se conformó muy pronto con el cabezazo de Aguza. En cuanto se vio por delante pensó que sería suficiente con controlar y sestear. Craso error. En Huelva eso no vale. Fue un rival cicatero que escatimó el fútbol.
Durante los primeros 45 minutos el Decano se empeñó en equilibrar el choque con sus armas. Para ello Pavón fue claro en el planteamiento. Dejó el ataque para sus cuatro hombres ofensivos y el resto del bloque se centró en la contención. No llegó a partir el equipo, pero marcó una clara línea en las funciones de los que debían centrarse en cada tarea. El enlace fue Rafa de Vicente. Con Núñez en punta y por detrás posiblemente el tridente con más calidad de la plantilla quiso descolocar al ordenado Mérida. La movilidad del madrileño debía habilitar las incorporaciones en segunda línea de Miguelito, Machado y Domínguez. Impidió la comodidad de la zaga visitante sin llegar a generar grandes complicaciones. Le faltó la chispa de Miguelito para hacerlo rompiendo líneas.
Mientras el Recre quería un partido rápido y con dinamismo que compensara su inferioridad con el cuero para que su oponente no pensara, su rival buscó tener la pelota para tranquilizar y controlar el choque. Cada cual a su manera trató de marcar el paso del oponente sin que ninguno de los dos se impusiera durante una primera media hora de choque que pareció por momentos propia de dos iguales. No había apenas diferentes entre el aspirante al ascenso y el que buscaba la permanencia. Un atractivo duelo táctico que nadie fue capaz de romper con juego.
Sin tirar a puerta llegó el tanto del Mérida. Los romanos apenas habían causado apuros a la zaga albiazul. En su primera aparición real provocaron un córner que Hugo Rodríguez convirtió en asistencia a Paco Aguza. El central extremeño cabeceó con comodidad entre varios defensores albiazules. Saque de esquina, buen lanzador y talla para el remate. Al más puro estilo de la Segunda B. Cuando uno es superior en recursos aparenta hacer mucho daño con poco. Bernal tuvo la sentencia muy poco después en un golpeo que salvó bien Rubén Gálvez.
El marcador no valía. Era muy malo en una jornada en la que todos los rivales estaban sumando. Había que ser valiente y asumir riesgos. Para volcarse al ataque necesitaba un nueve puro en el campo el Decano. Pavón dejó a Miguelito en el vestuario. El onubense no está al mismo nivel de hace unas semanas y quedó claro en esos primeros 45 minutos. Necesita recuperar sensaciones.
Con Iván Aguilar en el campo y por detrás en el marcador regresó el Recre intenso y voluntarioso que busca el gol con fútbol cuando lo tiene o con pundonor, como fue el caso. A fe no le gana nadie en la categoría. Desde el banquillo el mensaje fue muy claro. Pavón movió con inteligencia sus piezas y mejoró su equipo con los cambios que hizo. Ernesto entró por Iván Robles y el Decano se descubrió para buscar el empate con media hora por delante. Una apuesta valiente. El Mérida se cerró bien y se preparó para el contragolpe. Se acomodó y se conformó con lo tenía. No sentía la necesidad de exponer más.
El Decano se volcó ante un Mérida sorprendido entonces y que lo pasó muy mal para contener la mejor fase de juego albiazul. El acoso constante recreativista encerró a los extremeños a base de furia e intensidad. El partido se disputó en el campo rival. Echó en falta más fútbol en sus botas el Recre, al que sus recursos le alcanzan para lo que le alcanzan, pero en fortaleza mental no le gana nadie. Pasaron los minutos sin grandes ocasiones claras hasta el 90. Con defensa de tres y muriendo por cada balón se ganó el gol con cada gota de su sudor el Recre. Hasta que Ernesto rebañó un balón de oro en el área.
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