Los caminos a la inversa de Recre y Cacereño

Ambos equipos intercambian categorías apenas dos años después de su enfrentamiento en la final del playoff

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Un jugador del Cacereño presiona a Iago Díaz.
Un jugador del Cacereño presiona a Iago Díaz. / Alberto Domínguez

No hace ni dos años que Dopi, ayudado por los 21.000 recreativistas que copaban las gradas del Nuevo Colombino, empujaba a la red ese balón que a la postre le daba el ascenso al Recreativo a Primera Federación. La alegría desbordante en Huelva contrastaba con las caras de desolación de los aficionados del Cacereño, conscientes de la oportunidad perdida al ponerse por delante en el partido de vuelta de la final del playoff.

Aquella eliminatoria fue un antes y un después. Para el Recre, significaba su segundo ascenso consecutivo tras hacerlo como campeón de grupo un año antes desde Tercera Federación. Para el Cacereño, su segunda promoción de ascenso fallida seguida. En aquella ocasión fue el Teruel su verdugo, que le endosó un contundente 0-4 en el Príncipe Felipe para dejar a los extremeños sin opciones.

La igualdad fue la tónica predominante de la eliminatoria final. El decano del fútbol español se había deshecho no sin dificultades de la Gimnástica Segoviana, rival del Cacereño en el Grupo V, mientras que el decano de Extremadura dejó en el camino al filial del Valencia.

El choque de ida siguió el plan ideado por Abel Gómez. Portería a cero y todo se decidiría en Huelva. Los locales, superiores, no fueron capaces de perforar el marco de Rubén Gálvez. Y el resto es historia. El Recreativo completó una gran temporada en Primera Federación, manteniéndose durante buena parte del año en la promoción de ascenso. Una mala segunda vuelta, sumada a la incerditumbre institucional provocada por la sentencia que le devolvía las acciones a Pablo Comas, dejaba al equipo a las puertas del playoff.

Por su parte, el Cacereño calcaba la sexta posición del Recre. Por primera vez desde la reestructuración, se quedaba sin disputar las eliminatorias de ascenso. Esta vez, motivado por un pésimo arranque que le tuvo en descenso durante varias semanas y que le impidió engancharse a las posiciones de cabeza.

No obstante, el equipo tiene desde 2019 un denominador común: Julio Cobos. Ni los malos resultados de la pasada temporada hicieron tambalearse el proyecto del técnico emeritense, que ha acabado obteniendo su recompensa en forma del ansiado ascenso a la categoría de bronce.

Lo ha hecho de forma brillante. Con solo cuatro derrotas en 34 partidos, solo la irrupción de un Guadalajara estelar evitó que el Cacereño lograra el billete a Primera Federación de forma directa. Sin embargo, logró su mejor clasificación en años en liga regular para llegar con ventaja a las eliminatorias.

Allí se encontró con el Real Ávila de Víctor Valdés, fichado para el playoff, y que sorprendió al cuadro extremeño con un 2-0 en la ida que hacía revivir fantasmas del pasado. El partido de vuelta se puso pronto de cara con un gol y una expulsión a los abulenses que permitió la remontada con un gol sobre la bocina.

Y, ahora sí, el ascenso no se iba a escapar. Otra derrota en el partido de ida, esta en Estepona, obligaba a la proeza en la vuelta. Un contundente 5-2 permite al Cacereño llegar al sitio que tanto ha buscado.

Mientras tanto, el Recreativo de Huelva ha tomado el camino a la inversa. Una nefasta temporada, con múltiples contratiempos desde el principio, le ha hecho volver al punto de partida y regresar a Segunda Federación. Esa categoría de la que sí ha sabido salir el Cacereño. Porque dos años después, las situaciones de ambos equipos se han invertido. Los que antes lloraban, hoy sonríen; y viceversa. Por delante, un verano para empezar a sentar las bases de un proyecto que no puede ser otro que devolver al Decano donde, como mínimo, le corresponde.

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