El cambio en el banquillo no funciona: Iñigo Vélez no mejora los números de Abel Gómez

El técnico vasco, tras 15 partidos en el cargo, presenta una media de puntos calcada a la del sevillano en el momento de su destitución

Recre y Alcoyano, entre los tres peores equipos de las últimas cinco jornadas

Iñigo Vélez en el banquillo del Nuevo Colombino.
Iñigo Vélez en el banquillo del Nuevo Colombino. / Josué Correa

33 jornadas después del comienzo de la liga, el Recreativo de Huelva ha alcanzado una situación límite: está a más de un partido de la permanencia quedando cinco por disputarse. Una mala confección de la plantilla en verano, la inestabilidad institucional a la que se ha visto sometida el club a lo largo de la temporada, poca fortuna con las lesiones o malas decisiones desde la parcela deportiva. La realidad es que han sido muchos los motivos que han llevado al Recre a un panorama poco esperanzador para mantener la categoría en el mes de mayo.

Abel Gómez inició en agosto su tercera campaña al frente del Decano. Un proyecto continuista por primera vez en mucho tiempo que no terminó llegando a buen puerto por el cese del sevillano en diciembre. Al contrario que suele pasar normalmente, su destino estaba escrito pasara lo que pasara. El Marbella se llevó los tres puntos del Nuevo Colombino y también se llevó por delante a Abel Gómez, destituido minutos después del término del encuentro.

Era la jornada 18. El equipo se encontraba exactamente en la misma posición en la que se encuentra actualmente, con la diferencia de que la distancia con la permanencia era de un punto y no de tres más golaveraje. Abel Gómez contó cuatro victorias, siete empates y siete derrotas en los 18 choques que estuvo en el cargo. Una media de 1,05 puntos por partido.

Su revulsivo, Iñigo Vélez, apenas ha sido capaz de igualar sus números. El vitoriano, el elegido por la nueva propiedad para la segunda vuelta de competición, tuvo un inicio ilusionante, empatando su primer duelo en Ibiza -donde pudo incluso ganar en la segunda parte- y cosechó una victoria y un empate en sus dos siguientes compromisos en el Nuevo Colombino, cuajando ante el Ceuta una de las primeras partes más completas de la temporada.

Pero fue un espejismo. El efecto gaseosa propio del cambio en el banquillo no duró más de tres partidos y el equipo se fue cayendo, con tímidas reacciones muy a cuenta gotas. Únicamente ha podido ganar con dos destellos de Raúl Navas, cayendo goleando en más de una ocasión, lo que contrasta con la defensa férrea que pretendía imponer desde un principio con el sistema de cinco defensas.

Así, en los 15 partidos que lleva en el cargo, ha cosechado tres triunfos, siete empates y cinco derrotas. 1,06 puntos de media en total. Mismos guarismos que Abel Gómez, pero con mucho menos margen de maniobra. Además, ha bajado notablemente la producción ofensiva respecto a la primera vuelta.

Con contrato en vigor en caso de permanencia, Iñigo Vélez tiene la difícil tarea de ganar al menos tres de los cinco partidos que restan para evitar el descenso a Segunda Federación, una posibilidad que ha ido ganando peso con el paso de las semanas y que a día de hoy parece más cercana que nunca.

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