El ataque del Decano, con la portería entre ceja y ceja

La pretemporada del Recreativo de Huelva está dejando, de momento, muchas más noticias positivas que negativas. Bien es cierto que es muy pronto para entrar a hacer valoraciones reales de cara a lo verdaderamente importante, la competición liguera, pero se empiezan a ver brotes verdes en un equipo cuya única aspiración pasa por retornar lo antes posible a la Primera Federación.

Las buenas sensaciones que está dejando la plantilla con Pedro Morilla a los mandos se refleja, entre otras cosas, por la eficacia que está teniendo de cara a portería. Siete goles en dos partidos ponen de manifiesto que los jugadores han llegado a la pretemporada con la mirilla bien afinada. Después del choque en Lamiya había que esperar a medirse al Betis Deportivo para calibrar el nivel de una forma más realista. Y lejos de desentonar, le endosó otros tres goles. Casi los mismos que a un rival cinco categorías por debajo.

El trabajo que se viene realizando es muy bueno. A la vista está. Y este verano, el ataque está cobrando un protagonismo que hacía tiempo que no tenía. El equipo se está fajando en todas las facetas. Hasta el momento no ha encajado goles y ve portería con relativa facilidad, ya sea porque es capaz de fabricarse las ocasiones o porque simplemente se las inventa, caso de Antonio Domínguez, con un golpeo de falta directa desde Punta Umbría que entró por la escuadra.

Además, de las siete dianas anotadas, seis corresponden a jugadores de corte ofensivo. Solo Álex Carrasco se coló en la fiesta con un centro chut en el primer encuentro. El resto se lo reparten en el ataque. Juan Almeida fue el primero en estrenarse. El de Isla Cristina recogió un balón suelto en el área, acomodó el cuerpo y la colocó muy lejos del alcance del guardameta de Lamiya. 13 goles en Tercera Federación sin ser delantero centro no son casualidad. Y lo está demostrando.

Pero la segunda línea también está aportando. Pablo Évora, actuando de lateral izquierdo pese a ser extremo, ya cuenta en su haber con un gol y una asistencia. Viedma, en plena prueba de fuego para quedarse en el primer equipo del Recreativo de Huelva, está con más hambre que nunca de demostrar porqué ha jugado en el fútbol profesional.

Paolo, uno de los nombres propios de la pasada temporada y casi que la única noticia positiva de un año de infausto recuerdo, se reencontró con el gol en Cartaya. Estaba peleado. Lo había intentado una y otra vez sin suerte, bien porque se encontraba con el portero o porque no encontraba los tres palos por centímetros. Este tiene que ser su año. Y un gol siempre ayuda.

Aunque si alguien vive del gol, ese es el delantero. Caye, tras perderse el primer envite de pretemporada por unas molestias, dispuso de sus primeros 45 minutos, mientras que Roni tardó cinco minutos desde que ingresó al campo en dejar sentado a su par y batir al cancerbero rival. Solo Pineau sigue sin vestirse de corto por un golpe recibido en uno de los entrenamientos. El resto está enchufado, a la espera de seguir con la puesta a punto el próximo jueves ante el Sevilla Atlético.