El Mallorca, veinte años después, regresa a una final de la Copa del Rey. Lo hace como equipo revelación, algo que no le es desconocido, después de superar en los penaltis a la Real Sociedad, tras empatar a uno al final de los 90 minutos y de la prórroga. Tener la posibilidad de alzar nuevamente el trofeo devuelve al conjunto bermellón a aquel junio de 2003, cuando se impuso al Recreativo de Huelva con un contundente 0-3. Al igual que el Mallorca puede fijarse en aquella noche, el Decano también puede mirarse en el espejo de un equipo con el que compartió final y que, 21 años después, vuelve a otra. 

Una marea albiazul recorrió España el 28 de junio para seguir la estela del Decano y llegar a Elche. Allí se disputó la final de la Copa del Rey entre el Recreativo de Huelva y el Real Mallorca. Nunca nadie habría imaginado vivir ese mágico día pese a que tuviese un final amargo. 

El conjunto entrenado por Lucas Alcaraz inició el torno del KO enfrentándose a partido único al Villanueva, al que superó por 1-2 con goles de David Gallego y Mario Bermejo; a continuación, también a un partido y a domicilio, se deshizo del Almería (0-1), repitiendo Gallego como goleador.

En los octavos de final, ya a doble partido, el rival fue el Betis; la ida se saldó con un empate sin goles en el Benito Villamarín, y en la vuelta decidió un solitario gol de Raúl Molina (1-0).

La dificultad se incrementó en los cuartos de final con el Atlético de Madrid como oponente; en Huelva el conjunto albiazul sacó un buen resultado (1-0) gracias al tanto de Viqueira; y en la vuelta supo sufrir y la gran defensa del equipo le dio el pase tras acabar el choque con un empate sin goles.

En semifinales, el Recreativo dejó media eliminatoria resuelta ante el Osasuna con el 2-0 logrado en Huelva (Benítez y Raúl Molina). En la vuelta la eliminatoria se complicó, ya que el conjunto navarro logró empatar gracias a los tantos de Aloisi (minuto 22) y Moha (43); pero el Decano tuvo gran capacidad de reacción y con una motivación enorme consumó la sorpresa y los goles de Xisco (47) y Benítez (50) le permitieron vivir un cómodo final de partido, resistiendo los intentos del Osasuna.

En la final el Mallorca se impuso por 3-0 con Pandiani (de penalti en el minuto 21) y Etoo (72 y 84) como protagonistas. El Decano alineó a Luque, Javi García, Loren, Álex Pereira, Merino (Arpón, 69), Pernía, Benítez (Joaozinho, 77), Diego Camacho, Viqueira, Raúl Molina y Mario Bermejo (Xisco, 41). Arbitró Iturralde González, que anuló un polémico gol al conjunto onubense al filo del descanso; marcó Raúl Molina, pero pitó una más que dudosa falta previa en la jugada.

Victorias como la conseguida este martes por el Mallorca tienen que servir para confiar en que el Recre puede volver a dejar atrás el barro y ser partícipe de noches mágicas como la que tuvo en el Martínez Valero que, pese a dejar una derrota amarga, hizo soñar a una afición que llevó en volandas a su equipo.