En el fútbol el tiempo no perdona, pero hay una virtud que nunca desaparece, el talento. Muchas han sido las historias de José Carlos y el Recreativo. El canterano ya subió al primer equipo siendo juvenil, pero entonces sus caminos se separaron y el de la Cuenca Minera terminó emigrando a la carretera de Utrera.

Sevilla, Cartagena, Rayo Vallecano, Córdoba, Llagostera, Nàstic de Tarragona y Castellón visten la carrera del de Minas de Riotinto, que encontró en las lesiones un freno en plena madurez futbolística. A comienzos de la campaña regresó a Huelva para ponerse a las órdenes de Alberto Monteagudo, siendo uno más para casi todo porque lo único que no podía hacer era lo más importante, jugar.

La ocupación de las 16 licencias reglamentarias para mayores de 23 años una vez cerrado el mercado estival dejó a José Carlos sin opción de participar en los partidos hasta el mercado invernal. En la ventana de fichajes de enero el onubense y el Recreativo volvieron a unirse contractualmente a principios de año, convirtiéndose en una de las mejores noticias de un año aciago en lo deportivo.

El onubense debutó aún con Alberto Monteagudo en el banquillo en La Condomina ante el UCAM Murcia (1-0), pero le bastaron 45 minutos ante el Mérida para justificar su incorporación a la plantilla. La llegada de Claudio Barragán trajo consigo la primera titularidad de José Carlos ante el Don Benito (2-0), pero molestias le llevaron al banquillo ante el Atlético Sanluqueño y luego ante la Balona. Antes de que la competición se parase, el Decano igualó (0-0) ante el Marbella, que llegó como líder al Nuevo Colombino con José Carlos como titular y disputando, por vez primera, los noventa minutos. En total el mediapunta ha participado en seis encuentros, dos de ellos como titular, sumando 291 minutos y viendo una cartulina amarilla.

El atacante concluye contrato el próximo 30 de junio, aunque al comprometerse con el Recreativo pactaron una cláusula de renovación automática en función del número de partidos que disputase el onubense hasta el final de Liga. Teniendo en cuenta la importancia de José Carlos en el desarrollo del juego albiazul todo apuntaba a que, si las lesiones se lo permitían, iba a alcanzar la cantidad necesaria para alargar su etapa como albiazul una temporada más, pero el parón y la más que probable suspensión de la temporada obligan al Decano y al minero a sentarse de nuevo para firmar un nuevo compromiso.

José Carlos ha demostrado en apenas un mes y medio que tiene cualidades de sobra para seguir aportando. Su visión de juego, su buena toma de decisiones, su capacidad para conservar el balón y dar continuidad a la fase ofensiva o su rapidez mental le han convertido en el último rayo de luz para el Decano dentro de una temporada gris con grandes dosis de decepción.