Un 5 de marzo de 2003 el Recreativo de Huelva tocó el cielo en El Sadar. El club alcanzaba su primera final de Copa del Rey tras eliminar a Osasuna en un duelo que se puso 2-0 en contra. Xisco y Benítez escribieron con letras de oro una de las páginas más recordadas en la historia del Decano.

El Recre llegaba a ese partido con un cómodo resultado de ida y con la confianza de haber encadenado dos victorias consecutivas en liga. La última, cuatro días antes del choque en San Mamés por 2-3 con tres goles en los primeros 20 minutos de partido.

Un mes antes del 'Decanazo', nombre con el que se le conoce a la gesta que hizo aquella plantilla en Pamplona, el Recre se había impuesto en el encuentro de ida por 2-0 con goles de Benítez y Raúl Molina. Un joven Nuevo Colombino vibró con la victoria de su equipo a sabiendas de que la final que se disputaría en el Martínez Valero estaba más cerca que nunca. Pero faltaba el partido de vuelta. Y Osasuna no lo puso nada fácil.

El cuadro que entrenaba por aquel entonces el actual entrenador del Mallorca, Javier Aguirre, igualó la eliminatoria antes del descanso. Aloisi y Moha hicieron temblar los cimientos de unas semifinales que el Recre se encargaría de resolver tras la reanudación. Xisco Muñoz y Benítez en un lapso de apenas tres minutos lograron empatar el partido y, por ende, dejar muy encaminado el pase a la final.

Así fue. 40 agónicos minutos más tarde, el Recreativo de Huelva se clasificaba para la primera final de Copa del Rey de su historia. Los aficionados allí presentes junto a las miles de personas que siguieron el partido desde Huelva estallaron de júbilo. 

21 años después, ambos clubes viven realidades casi paralelas. Osasuna está asentado en Primera División e incluso llegó a otra final de Copa del Rey el pasado año, perdiendo contra el Real Madrid. El Recreativo de Huelva continúa en su escalada por volver poco a poco al lugar que por historia y masa social le corresponde. Las aguas van volviendo poco a poco a su cauce y a buen seguro los onubenses podrán disfrutar más pronto que tarde de su equipo de nuevo en el fútbol profesional.