PRÁCTICA ILEGAL EN ESPAÑA

Vientres de alquiler, opción en alza

La maternidad subrogada, comúnmente conocida como vientre de alquiler, es una tendencia en alza. Es una práctica prohibida en España, donde la madre es siempre la que da a luz, pero no en otros países como Estados Unidos, que reciben anualmente a cientos de personas en busca de su sueño. La técnica consiste en la estimulación ovárica de la mujer y, como consecuencia a ésta, la extracción de los óvulos que son fertilizados con los espertamotozoides del padre, lo que da paso a la formación de embriones. Éstos son implantados en el vientre de alquiler. En este caso se procede a la fecundación in vitro con los óvulos de la madre biológica y con los espermatozoides del padre elegido o donantes en su defecto. Cuando los óvulos de la madre biológica no son óptimos, se procede directamente a la inseminación artificial del vientre subrogado con el esperma del padre o donante. Tener un hijo con un vientre alquilado cuesta como mínimo 100.000 euros, ya que hay que pagar a la madre, los abogados y la agencia especializada que se encarga de todo el proceso. Ésta es una de las posibilidades que ofrece la ciencia, la más minoritaria, que se suma a la fertilización asistida, la donación de óvulos, que permite aplazar la maternidad más allá de los 60 años, o uso de embriones congelados, un avance para las mujeres con cáncer. En España, tras la aprobación en la Ley de Reproducción Asistida española de la gestación de la mujer de forma individual, hay un vacío sobre la paternidad en solitario, cuya única opción es la adopción.

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