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El asesino usó zapatos que le quedaban grandes para perpetrar las muertes

  • Las huellas localizadas en el número 3 de la avenida de los Reyes son "atípicas": nunca se marca el tacón, ni siquiera en los momentos de "lucha" o al arrastrar el cadáver de Miguel Ángel

A escasos días de que se cumplan dos años de la fatídica noche del 27 de abril de 2013, en la que Miguel Ángel Domínguez y su hija María fueron brutalmente asesinados en su piso de la avenida de los Reyes de Almonte, trasciende un informe pericial que obra en poder del Juzgado de Instrucción 1 de La Palma del Condado desde noviembre y del que se desprende que el asesino de padre e hija perpetró el crimen calzando unas zapatillas deportivas notablemente más grandes que su pie.

En el informe técnico, realizado a instancias de la familia de las víctimas por el prestigioso criminalista Juan José Hellín y al que ha tenido acceso este periódico, se reitera que las pisadas impresas en sangre por distintas estancias de la vivienda son "atípicas". Tanto es así que el propio experto explica a Huelva Información que en sus más de 30 años de experiencia es "la primera vez que veo huellas así, atípicas en su totalidad". Hasta ahora se había topado en otros crímenes con huellas atípicas "parciales; es decir, que el asesino tuviera un problema en un tobillo, por ejemplo, y las impresiones fueran distintas a las del otro pie".

En este caso, sin embargo, la singularidad es clara: nunca aparece la huella completa del tacón, sólo la puntera y, tímidamente, el lateral exterior, por lo que "no se trata de una huella humana normal".

Esta característica se observa en todas las pisadas atribuidas al autor de los hechos, fotografiadas por la Guardia Civil en el escenario del crimen. No sólo en aquellas en las que el individuo en cuestión permanecía en pie y estático, sino también "cuando estaba andando, en plena lucha con la víctima o cuando caminaba hacia atrás", señala el especialista.

De hecho, las marcas de sangre halladas sobre la solería del pasillo que da acceso a la habitación de matrimonio del domicilio de Miguel Ángel constatan que su asesino arrastró su cuerpo desde la entrada al interior de la habitación (donde fue encontrado el cadáver). Los "surcos de los dedos" de la víctima en el pavimento constatan que el asesino la agarró por los pies estando Domínguez boca abajo. Por ende, el autor de las puñaladas mortales tuvo que caminar hacia atrás y ejercer toda la fuerza de las pisadas sobre el talón de las zapatillas deportivas que calzaba. Pero ni siquiera en estas circunstancias el tacón quedó impreso en las losetas.

Tampoco se detecta en un trío de huellas en abanico localizado frente al lavabo de uno de los cuartos de baño del domicilio y que el informe pericial remarca como "las más reveladoras". De ellas se deduce que el asesino permaneció de pie ante el lavabo (probablemente porque lo estaba utilizando), donde realizó movimientos pendulares de la puntera al tacón. El talón debió quedar impreso, teniendo en cuenta además que había gotas de sangre de gran calibre en el suelo. Pero no fue así.

Por contra, las punteras sí aparecen muy remarcadas en las pisadas. En el minucioso informe de Hellín se detalla que "la lucha entre el atacante y Miguel Ángel debió ser muy feroz, por lo que, sin duda, el agresor utilizó toda la planta del pie no sólo para andar, sino para guardar el equilibrio precisamente en esos momentos de la pelea".

Descarta en consecuencia que el asesino se moviera de puntillas y se queda con la hipótesis de que "el portador de esas zapatillas tenía algunos números de tallas de pie inferior al del calzado". Es más, la pericial sentencia que "tampoco tenemos dudas de que el relleno de la diferencia numeral se hizo por la zona del tacón, quedando cubierta por los dedos del pie la puntera".

Los especialistas del Departamento de Balística y Trazas Instrumentales de la Guardia Civil concluyen que las huellas se corresponden a las de unas zapatillas Nike -en sus modelos Air Downshifter I y II, Air Xcceleration y Xccelerate- "compatibles con una talla comprendida entre los números 44 y 45". No estaban desgastadas.

Los zapatos de deporte tienen similitud con los requisados por los investigadores del Instituto Armado en la vivienda de los padres del único detenido por estos hechos, F.J.M.R. (pareja de Marianela Olmedo, esposa y madre de las víctimas), aunque no coinciden en el modelo. Aquellos se correspondían con un 44,5, zapatos que la defensa atribuye al hermano del imputado.

Pese a lo exhaustivo del informe pericial, "no se puede concretar el número de pie que tiene el asesino", remarca Hellín a este diario. F.J.M.R. calza un 42, pero "no tengo argumentos para decir que quien usaba esas zapatillas era él".

El almonteño está encarcelado por el doble crimen desde junio del año pasado, después de que se hallara su ADN en las toallas de los baños del piso de la avenida de los Reyes.

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