El uso de wollastonita liberará de metales las aguas de Alcolea

El mineral, un inosilicato de calcio, se ha mostrado en una investigación de la Universidad de Huelva como un potente neutralizante de suelos y cauces contaminados por ácidos de mina

La zona de Aroche donde se encuentra la wollastonita incluye las explotaciones de mármol.
La zona de Aroche donde se encuentra la wollastonita incluye las explotaciones de mármol.

Aroche guarda en sus entrañas como caído del cielo un yacimiento que ha pasado desapercibido durante casi treinta años, cuando las grandes empresas mineras afincadas en Huelva fijaron sus objetivos en la extracción del cobre de alta graduación y la extracción de oro y plata del gossan alojado en los suelos piríticos. Se trata de la wollastonita, un inosilicato de calcio que conforme han ido pasando los años se ha mostrado en pruebas de laboratorio, muchas de ellas desarrolladas en la Universidad de Huelva por el equipo del profesor Juan Carlos Fernández Caliani, como un potente neutralizante de los suelos contaminados por aguas ácidas de mina. Quienes conocen este bálsamo wollastonítico auguran un futuro muy prometedor al viejo filón arocheno.

El antiquísimo yacimiento de wollastonita (no en vano se formó hace ochocientos millones de años) dormita junto a una cantera de mármoles, fuera de los límites del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, desde que en los años 1982 la Empresa Nacional Adaro llevara a cabo trabajos de investigación para el mármol. Como consecuencia de estos sondeos ya se puso de manifiesto la presencia de wollastonita asociada a los contactos de rocas ígneas con la piedra carbonatada.

La concesión fue otorgada en 1998 a Explotaciones Aroche. La empresa Almagrera, cuando era de propiedad estatal, realizó un estudio detallado del yacimiento minero aún virgen. Hasta llegar a la actualidad.

Pero por qué se pone la lupa de la rentabilidad sobre un yacimiento casi olvidado.

El milagro lo ha obrado la futura presa de Alcolea, un proyecto hidráulico de gran envergadura impulsado originariamente por la Diputación de Huelva de la era Cejudo y por el alcalde de Cartaya, Juan Antonio Millán Jaldón.

La Alcolea se ubica en la cuenca del Odiel y regará miles de hectáreas del Andévalo y la Campiña y Condado onubense, ayudando a aliviar la presión extractiva sobre el acuífero de Doñana.

Sin embargo, a esta obra, la última gran presa prevista para Huelva en los Presupuestos Generales del Estado y que ya ha obtenido consignación aunque no ha sido licitada, le salió un enemigo muy serio.

Un grupo de profesores de la Universidad de Huelva cuestionaron su construcción pues los caudales que iba a recibir portaban ingentes cantidades de aguas ácidas de mina. Resultado: Contaminación de aguas de riego.

Ahora se propone después de años de investigación y para evitar que la presa de Alcolea actúe como un vertedero acumulativo el desarrollo de acciones correctoras externas y previas al embalse que eliminen del cauce permanentemente los elementos contaminantes mediante técnicas de atenuación pasiva. Precisamente ésta sería la función de la wollastonita que acoge el rico yacimiento arocheno, el más importante de Europa por su pureza y cantidad.

Los diseños de ingeniería desarrollados posibilitan la instalación de materiales adecuados para el tratamiento de aguas ácidas mediante lo que se conoce como barreras permeables reactivas, que permitirían filtrar las aguas cerca de los focos principales de contaminación, elevando su pH y reteniendo los metales pesados a través de procesos de coprecipitación, sulfato-reducción y adsorción química.

Los procesos de precipitación y de adsorción se han demostrado como los que más y mejor contribuyen a la inmovilización de metales.

La solución propuesta por los científicos asegura que los carbonatos wollastoníticos, existente abundantemente en Aroche, como mineral fijador por adsorción química de esos metales de forma definitiva resulta ideal para la atenuación pasiva ya que los fija, atrae y retiene aun cuando subsistan condiciones de acidez.

Resultado: Limpieza natural y descontaminación de las aguas ácidas.

Unas aguas que según la tesis de Aguasanta Miguel Sarmiento titulada 'Estudio de contaminación por drenajes ácidos de minas de las aguas superficiales en la cuenca del río Odiel' circulan por 1.149 kilómetros de cursos fluviales de esta cuenca pero que en 427 kilómetros se encuentran afectados e intensamente degradados por drenaje ácido de mina, lo que supone el 37% de su red hidrológica.

Los mayores focos contaminantes en la zona son originados por las minas de Tharsis, Riotinto, Sotiel, La Zarza y San Telmo. Sus vertidos y lixiviados tienen un alto grado de contenido en sulfatos (máximo de 36 gr/l), hierro (máximo de 4,2 gr/l), aluminio, zinc, cobre, cobalto, níquel, arsénico, plomo y cadmio, componentes que serían neutralizados por el uso de wollastonita parando su llegada a la cadena trófica (alimenticia) de los seres vivos.

Por otra parte, las experiencias realizadas con cenizas volantes (residuo procedente de las centrales térmicas de carbón) son también muy positivas pues ayudan a la encapsulación de la pirita formando un revestimiento sobre ella que evita que se siga produciendo la oxidación que provoca los subsiguientes lixiviados.

El desarrollo de esta técnica supondrá un importante avance para la recuperación de numerosos focos de contaminación en las minas de la Faja Pirítica Ibérica.

La minería ha dejado tras de sí actuaciones que han modificado y alterado el medio natural, provocando graves problemas ambientales sobre todo en los entornos naturales de los pueblos con explotaciones mineras.

stats