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El sector vinícola onubense denuncia el "abandono" que sufre y alerta de una situación "insostenible"

  • Las hectáreas cultivadas en la Reserva de la Biosfera de Doñana se han reducido más de un 85% en los últimos 35 años

  • Los agricultores recuerdan que el cultivo tradicional del viñedo actúa como protector del espacio natural

Trabajo de vendimia en una finca del Condado. Imagen de archivo.

Trabajo de vendimia en una finca del Condado. Imagen de archivo. / H. I.

El sector del viñedo de secano en la Reserva de la Biosfera de Doñana agoniza. La rentabilidad es "nula" y la situación para los agricultores, "insostenible". Así se lo ha expresado en un escrito la cooperativa OnuCoop a diversas administraciones, entre las que se encuentran el Gobierno, la Junta de Andalucía o los ayuntamientos de Almonte, Rociana o Bollullos; así como a los empresarios. El mismo, al que ha tenido acceso este diario, le reclama al Ejecutivo andaluz "sensibilidad, proximidad y empatía" con los profesionales que desarrollan su labor en el viñedo de secano de Doñana.

Uno de los problemas sobre los que alerta la cooperativa onubense es la pérdida progresiva de las hectáreas de cultivo. Tanto es así que, en los últimos 35 años, se ha pasado de tener 16.000 hectáreas a las 2.269, un 87% menos, (531 en Almonte, 1.182 en Bollullos y 556 en Rociana), tal y como recoge el sistema de información geográfica de parcelas agrícolas (Sigpac). De hecho, según remarca el gerente de OnuCoop, Luis Bermúdez, la superficie real de cultivo calculada en base a un informe es cerca a las 1.300 hectáreas, "pues la diferencia con esas 2.269 corresponde a cultivos abandonados, sobre todo, en Rociana y Almonte".

El escrito remitido a Moreno está firmado por los gerentes de todas las cooperativas que agrupa OnuCoop, véase Agroalimentaria Virgen del Rocío (Almonte), Vinícola del Condado (Bollullos), Ntra. Sra. De Guía (La Palma), Santa Águeda (Villalba), Nuestra Señora del Socorro (Rociana), Vitivinícola Manzanillera (Manzanilla), Nuestra Señora de la Estrella (Chucena) y SeproCoop (Coop. de 2º de servicios).  En él todos ellos resaltan que la problemática es "estructural" y que la situación "empeora ante la falta de medidas".

Entre las consecuencias de la "nula" rentabilidad de este cultivo de secano, OnuCoop subraya la disminución de la actividad agro-industrial de los municipios, "traducido en una mayor despoblación"; un problema de relevo generacional, el abandono de las tierras o problemas medioambientales para el parque de Doñana.

Es en este último punto donde insiste Luis Bermúdez, pues todas estas hectáreas de cultivo actúan como protectoras del parque. Así, recuerda, los agricultores de estas cooperativas cultivan el 100% de la vida de la Reserva de la Biosfera de Doñana con métodos tradicionales que aportan "regulación climática, control de la erosión, contribución a la formación de suelo y aportación de hábitats para las especies". Es por ello que la "fragilidad" de los ecosistemas de Doñana y "la proximidad de los campos de agricultura a los espacios protegidos" hacen del cultivo tradicional del viñedo "la única alternativa agraria" para preservar este espacio natural. 

Ante este escenario, tildado por los propios agricultores como "en lenta agonía", las cooperativas coinciden en que la acción "más segura y perdurable" en el tiempo para una mejora del sector es la revalorización de las producciones de vino, participando en todas las fases de la cadena de valor, desde el cultivo hasta la comercialización, pasando por la recolección, elaboración y envasado. Es aquí donde, a juicio de Bermúdez, entrarían las administraciones, las cuales "nos deben ayudar a proyectarnos al exterior porque no tenemos ayudas y los recursos son limitados".

Piden así a la Junta de Andalucía la subvención del 50% de los gastos de administración, gestión, marketing y comercialización "durante al menos tres años" para que los agricultores puedan desarrollar sus proyectos. En este sentido, cabe apuntar que, además de esa participación en todas las fases de la cadena, OnuCoop ha impulsado la unificación del 100% de las ventas de mosto y vino a granel, la compra conjunta de productos y materiales entre todas las cooperativas; y el diseño de un plan de abonado orgánico para el viñedo de secano de Doñana que se traduce en "un mayor ahorro sin perjuicio del medio ambiente".

Otra medida que pone OnuCoop sobre la mesa es la ayuda directa al agricultor, aunque Bermúdez reconoce que "este es un proceso lento y lo entendemos como algo más a medio plazo". 

Lo que sí piden con urgencia, reivindica Luis Bermúdez, son medidas que "paralicen el abandono de los cultivos, den al sector el valor de protección medioambiental que tiene y que rentabilicen la actividad", así como generen "riqueza y prosperidad" en las poblaciones de la Reserva, finaliza el gerente de OnuCoop.

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