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Los vecinos de Berrocal señalan el “abandono” que sufren tras el trágico incendio de 2004

  • La plataforma Fuegos Nunca Más transmite que se sienten olvidados por las administraciones quince años después de que las llamas quemasen cerca de 34.291 hectáreas de monte

Imagen tomada tres años después del incendio de Berrocal.

Imagen tomada tres años después del incendio de Berrocal. / Victoria Hidalgo

La plataforma Fuego Nunca Más, creada a raíz del mayor incendio forestal registrado en Andalucía, que se inició el 27 de julio del 2004 en Minas de Riotinto y arrasó casi 35.000 hectáreas, lamentó que “quince años después, el 90 % de la reforestación que se hizo ha sido un auténtico fracaso”.

El portavoz de la plataforma, Juan Romero, recordó que el incendio devastó 34.291 hectáreas de monte, acabó con la vida de dos personas y afectó a trece municipios en total, “pero los trabajos de reforestación no han conseguido sus objetivos, es lo que indigna y frustra a la gente, que se gastaron 78 millones de euros para nada”. Romero sostuvo que “se sembraron varias zonas, pero los trabajos no tuvieron labores de reposición y mantenimiento”, hasta tal punto que “todo ha afectado tanto a pueblos como a Berrocal que ahora mismo tiene la mitad de la población que en 2004”.

Romero recordó que “fue un golpe mortal a la naturaleza y a un medio de vida rural en el que el corcho, la apicultura y la ganadería eran las principales actividades económicas que constituían el sustento de la vida de los pueblos, en especial, de Berrocal”. Tras estos quince años, desde la plataforma “queremos transmitir que los vecinos de Berrocal tenemos la sensación de haber sido olvidados y abandonados por las administraciones, europea, española y autonómica, que sumaron esfuerzos tras el incendio y planificaron una inversión de 78 millones de euros en tres actuaciones a realizar en la zona”.

“La primera, el plan de emergencia, para retirar la madera quemada; la segunda el plan de restauración forestal, para sustituir el cultivo intensivo del eucalipto y diversificar las masas de pino; y por último, las medidas compensatorias”, y recordó que “con el plan de emergencia se obtuvieron 71.958 metros cúbicos de madera, que fue aprovechada por la empresa pública Egmasa, ahora Amaya, y vendida a diferentes fábricas con el objetivo de reinvertir en la zona el montante obtenido”.

Entonces, “se transmitió a la población la idea de que se potenciarían los usos múltiples y las externalidades propias de los ecosistemas forestales mediterráneos, con lo que el pueblo se fue esperanzado con volver a tener una economía sostenible sustentada por el alcornocal que acababa de desaparecer bajo las llamas, que antes del incendio daba una media de 7.000 quintales de corcho anuales (330.000 kilos) a la Cooperativa Corchera San José, constituida por los pequeños propietarios, vecinos de Berrocal, siendo la única de su tipo en toda Andalucía”.

Andalucía produce 35.000 toneladas de corcho al año y posee la mitad de superficie de alcornocal del mundo, generando en torno a 70 millones de euros de beneficio, pero “actualmente, y ante la falta de apoyo por parte de la Administración para impulsar la industria de transformación del corcho, la producción se vende en bruto directamente a otros países”.

Desde la plataforma Fuegos Nunca Más se ha hecho un llamamiento a la Administración andaluza “para tomar conciencia de las necesidades de las zonas rurales como Berrocal, cuyo desarrollo autónomo se vio truncado por un gran incendio forestal hace quince años”. “Solicitamos un apoyo económico similar al que se hace en el sector de la agricultura, y es tan necesario para el alcornocal y la dehesa, con el objetivo de reactivar nuestra cultura y economía del corcho, para revertir así la actual situación de despoblamiento y recuperar de forma sostenible la fuente de recursos económicos”, finalizó.

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