El turismo de naturaleza sufre los estragos de los daños de las llamas

Las empresas turísticas de la zona lamentan el gran descenso de su actividad tras el incendio

El Camping Doñana y la Cuesta Maneli están cerrados temporalmente.
El Camping Doñana y la Cuesta Maneli están cerrados temporalmente. / Canterla
Carlos López

MAZAGÓN, 30 de julio 2017 - 02:06

El fuego que sufrió Doñana no sólo dibujó de carbón parte de su paisaje, generando el lógico y brutal perjuicio patrimonial que implica la pérdida de 8.486 hectáreas de monte. Los daños colaterales van más allá de un primer balance en clave medioambiental.

A las millonarias pérdidas económicas que han sufrido establecimientos como el Camping Doñana se unen otras empresas que desarrollan actividades de naturaleza, que han comprobado cómo las reservas caían a plomo, principalmente por la errónea creencia de que el área calcinada afecta a importantes zonas turísticas.

Muchos turistas creen que el área calcinada ha afectado de lleno a esta zona natural

Juan Bernardo, presidente de la Asociación de Turismo de Naturaleza de Doñana (Atena), explica que desde que se produjo el incendio ha disminuido de forma notable el interés que suscitaba el entorno, principalmente porque en la retina de la personas persisten los grandes titulares de los medios de comunicación en los que se daba cuenta de la tragedia que azotaba a la Reserva de la Biosfera, que comenzaba a ser pasto de unas llamas que parecían correr de forma inexorable hasta el corazón mismo del Parque.

Sin embargo, la tragedia hay que enmarcarla en su contexto. La última ampliación de 14.000 hectáreas en los dominios de Doñana dejó la superficie protegida en 128.385. Por el contrario, la zona quemada sólo representa un 5% de esta área. Bernardo lo ejemplifica de esta manera: "Es como si un importante barrio del extrarradio de Sevilla se quema, no por eso la gente deja de ir a ver sus monumentos o visitar los rincones de la ciudad". Aquí, sin embargo, sí que se está observando un descenso de las reservas, ya que la gente persiste en su error de que el área calcinada es mayor.

El empresario reclama que la Administración "haga un esfuerzo" a la hora de publicitar el espacio, no sólo para trasladar a la opinión pública y los potenciales turistas las bondades de la zona, sino para mostrar que el área dañada por el incendio es meramente testimonial.

El responsable de la empresa Aires Africanos, Miguel Maestre, recuerda que "afortunadamente" la zona más cercana a Matalascañas ha quedado "intacta gracias a que la dirección del viento cambió y el fuego se quedó a siete kilómetros" de la costa almonteña. Aun así y en previsión de que el fuego afectase a sus instalaciones, tuvieron que evacuar a los camellos. Estas imágenes fueron reproducidas en "las televisiones españolas y en el Canal Internacional 24 horas, lo que provocó que personas que tenían sus reservas hechas nos llamaran", interesándose tras la catástrofe por el estado del incendio.

La empresa Arte Andaluz, que realiza sus rutas a caballo por el entorno de Mazagón, sí que se ha visto más afectada. Su gerente y propietario, Alejandro Écija, destaca que actualmente están trabajando en torno a un 30 y 40% con respecto a otros años durante la primera quincena de julio. "Nuestro cliente principal provenía del camping, con quien formábamos una gran familia. Milagrosamente nuestras instalaciones se salvaron y durante el incendio nos llevamos los treinta y siete caballos que poseen a la playa para salvaguardarlos del fuego", recuerda. Por suerte, los hoteles de la zona se "están volcando con nosotros" a fin de mantener la actividad y mostrar la belleza que sigue atesorando el entorno. Su loable iniciativa es mostrar el espacio, si bien "sin esconder" los estragos que las llamas provocaron.

Ahora la ruta tiene un trasfondo educativo que arranca desde la Cuesta Maneli y muestra los descorazonados efectos de la tragedia para, poco a poco, ir adentrándose en la zona que no sucumbió a las llamas y que conserva la riqueza medioambiental y biológica del Espacio Natural. Se trata de zonas de simpar belleza como el poblado forestal, la playa de Rompeculos o el Parador, cuyo cambio es radical entre un paisaje y otro.

La empresa, que lleva 16 años en el sector, ha tenido que reducir de tres a dos las rutas que desarrollaban durante la temporada estival. Ahora tienen la de la mañana y la de la noche, que se desarrolla al atardecer por la playa. Écija destaca que la falta de bañistas en la Cuesta Maneli hace aún más virgen a esta playa.

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