Un trato cercano y humano que marca la diferencia

Comienza la cuenta atrás. El mes de junio se convierte en un periodo en el que muchos jóvenes y adultos confían poder matricularse en un Ciclo Formativo. Y es que, cada vez son más los que optan por este tipo de formación a la hora de incorporarse con garantías de éxito al mercado laboral.

El Colegio Diocesano Sagrado Corazón de Jesús, se ha convertido, con el paso de los años, en uno de los Centros de Formación Profesional de referencia de nuestra ciudad, así como de los pueblos cercanos. Concretamente, ofrece ciclos formativos de Grado Medio en Cuidados Auxiliares de Enfermería, de Técnico en Operaciones de Laboratorio (el único en toda la provincia de Huelva), de Gestión Administrativa y de Actividades Comerciales.

Entre los motivos que hacen del Colegio Diocesano un Centro formativo de referencia podemos destacar la elevada demanda que tiene su oferta entre los estudiantes onubenses. Otra de las claves de su éxito está en su profesorado que no solamente está altamente especializado, sino que, además, goza de una amplia experiencia en el ámbito profesional.

Igualmente, desde hace unos años el Colegio Diocesano está adherido al programa Erasmus +, lo que permite a sus alumnos realizar sus prácticas en el extranjero. De hecho, este curso numerosos alumnos del Diocesano han realizado sus prácticas en diversas regiones italianas. Asimismo, un grupo nutrido de profesores ha realizado cursos de formación en diversos países europeos.

Todo ello, hace que los alumnos del Diocesano finalicen sus estudios con una solvente formación, que posibilita tanto su incorporación al mercado laboral como la prosecución de otros itinerarios formativos.

Ahora bien, el elemento que marca la diferencia de este Centro de Formación es el trato cercano y humano que ofrece a sus alumnos. Fiel al ideario de sus fundadores, San Manuel González y Don Manuel Siurot, el profesorado del Colegio Diocesano vela por cada persona como un don único e irrepetible.

Y, además, desde la plena conciencia de que para convertirse en el mejor de los profesionales no basta con adquirir los conocimientos reglamentarios. Más importante aún es ser una buena persona. Así pues, en estos tiempos en los que tanto se habla de valor añadido, podemos decir que el “Diocesano” ofrece un cuadro de valores que permite a sus alumnos comprender que poniendo al servicio de la sociedad sus dones y talentos es como lograrán desarrollarse plenamente como personas.