El 'trampantojo' marca la nueva decoración de la ermita de San Isidro
Las pinturas murales inauguradas son obra del joven artista onubense José María Carrasco, que ha usado esta técnica barroca
La Hermandad de San Isidro Labrador de Cartaya presentó ayer oficialmente las nuevas pinturas murales con las que se culminan por el momento los trabajos de decoración de la ermita de San Isidro, ubicada en la pradera del mismo nombre, y que ha elaborado a lo largo de los seis últimos meses el joven orfebre y artista onubense José María Carrasco.
En un acto muy sencillo, aunque emotivo, que logró llenar de fieles y romeros dicha ermita, ubicada en pleno pinar cartayero, los responsables de la hermandad del Patrón de los Agricultores, y el propio autor de las pinturas murales, ofrecieron todos los detalles de unos trabajos que según Carrasco, han sido elaborados con la técnica barroca del 'trampantojo', con la que se logra un efecto óptico jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el sombreado, el color y otros efectos de fingimiento para obtener lo que técnicamente se conoce como una realidad intensificada o, lo que es lo mismo, una sustitución de la realidad.
Y es que el objetivo del artista, según sus palabras, se ha basado sobre todo en usar la decoración pictórica de sus murales para intentar dar vida y calor al carácter rectilíneo que marca la arquitectura del edificio, sobre todo a la cubierta del presbiterio, en realidad un techo a cuatro aguas que mediante esta técnica ha transformado en cúpula, y el altar mayor, el cual ha adquirido una mayor personalidad.
Para Carrasco ha sido un trabajo "duro pero muy bonito" y su obra "más ambiciosa", por tratarse, en el caso de la cubierta, de una cubierta de más de 100 metros cuadrados. Es por ello por lo que aseguró sentirse "tremendamente orgulloso" de un trabajo con el que también ha pretendido dar un carácter más romero y personalidad propia al interior del templo. El autor ha usado pinturas acrílicas para sus murales, predominando colores alusivos a la hermandad, como el verde y la gama de los rojos para la cúpula, y un amplio espectro cromático para el altar mayor, con claro predominio de un color a caballo entre el burdeos y el marrón. Todo ello, según explicó, hace de ésta una ermita que en cuanto a su decoración puede sentar un precedente en este tipo de edificios religiosos en la provincia de Huelva.
El acto contó con la presencia de representantes del resto de hermandades del municipio, así como del equipo de gobierno municipal y del resto de la corporación, y se cerró con una misa de acción de gracias oficiada por el párroco local Manuel Domínguez Lepe, que a su vez concluyó con el canto de la plegaria de San Isidro.
El presidente de la Hermandad de san Isidro, Julián Pérez Segura, agradeció "el enorme esfuerzo y dedicación del artista", a lo que añadió que la culminación de las pinturas "ha sido un sueño hecho realidad en las que se han plasmado las ilusiones de la junta directiva y de numerosos cartayeros". En este sentido, agradeció la colaboración de los hermanos mayores, la familia Zamorano-García, de los numerosos ciudadanos que se han volcado en la iniciativa y el apoyo municipal. Asimismo, hizo entrega de placas de agradecimiento a Manuel Sánchez, Manuel Rodríguez, José Palma y Domingo García.
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