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El tesoro prehistórico del castillo de Cumbres Mayores

La ubicación donde aparecieron algunos de los signos analizados en el estudio.

La ubicación donde aparecieron algunos de los signos analizados en el estudio. / Equipo profesor Arnáiz.

Los muros de la fortaleza medieval de Cumbres Mayores esconden un tesoro arqueológioco de valor incalculable. Fueron encontrados inicialmente en 2018, si bien tres de ellos ya habían sido limpiados y levantados a su posición vertical original. No obstante, fue a comienzos de este año cuando se demostró su valor en unos trabajos realizados dentro del perímetro amurallado a cargo del arqueólogo Timoteo Rivera y confirmados los restos de un monumento megalítico tipo crómlech. Los trabajos posteriores demostraron que el castillo de Sancho IV se construyó sobre un monumento anterior, un conjunto de piedras en forma circular de alredededor de 6.000 años de antigüedad. Hasta ahí la historia conocida. Se trata del yacimiento más importante de Andalucía.

Hace unas semanas un estudio dirigido por el catedrático de la Compluetense Antonio Arnáiz y su equipo arrojó una curiosa teoría: en esos menhires hay muestras de escritura lineal megalítica mezclada con signos ibero-tartésicos, tal y como recoge su trabajo publicado en la revista International Journal of Modern Anthropology. Se trataría por lo tanto de una prueba de un sistema escrito con una antigüedad que ronda los 3.000-5.000 años de antigüedad y que ya anteriormente había sido hallado en la provincia en San Bartolomé en 1951 o en espacios tan alejados como el Sahara o las Islas Canarias. No existe constancia de una unidad política o lengua común entre todos esos puntos, si bien se sabe que hubo una migración masiva debido a la desertización del área hacia el sexto milenio antes de Cristo.

No es casual la presencia de estos restos en el norte de la provincia de Huelva. La riqueza arqueológica de la zona es llamativa, con numerosos yacimientos megalíticos con ejemplos en el Museo de Huelva y descubrimientos recientes como la estela diademada de Cañaveral de León. El de Cumbres Mayores estuvo durante siglos enterrado. Los trabajos de restauración emprendidos por Cultura permitieron que aflorasen y su datación posterior. Eldiario.es lo llegó a comparar por su valor arqueológico con la cueva de Altamira, la joya del arte rupestre en la península. El conjunto onubense consiste en 34 menhires de los que 32 contienen grabados de distintos tipos: líneas y formas esquemáticas pero también escenas de pastoreo, de baile e incluso un ídolo calcolítico. Los últimos trabajos a cargo del profesor Arnáiz demuestran que se trata también de rasgos de escritura.

Uno de los menhires del castillo de Cumbres Mayores. Uno de los menhires del castillo de Cumbres Mayores.

Uno de los menhires del castillo de Cumbres Mayores. / Ayuntamiento de Cumbres Mayores.

En la piedra se mezclan signos semisilabaricos ibéricos con escritura lineal megalítica como la existente en yacimientos de Málaga o la propia Huelva, como catalogó Leisner en los años 50. El estudio ha permitido comprobar que el monumento sigue dos formas estructurales. Hay una agrupación circular y otra en línea recta.

La riqueza mineral de la zona siempre atrajo a la población desde la prehistoria. En este sentido, el profesor Antonio Arnáiz equipara el yacimiento de Cumbres Mayores con el conocido de Stonehenge por su valor “para interpretar la prehistoria del círculo ibérico y saharo-canario”. Los trazos más antiguos identificados en el patio del castillo son equiparables a “signos comunes de rocas prehistóricas en cuevas de América, Europa, África, Asia y Oceanía de entre 30.000 y 10.000 años”, lo que para el estudio significa “un amplio contacto humano en todo el mundo mucho antes de lo que se pensaba”.

El trabajo insiste en que los restos arrojan luz para demostrar que el sistema similabario ibérico existía desde antes del primer milenio. Esto le daría una antigüedad anterior a la que se le atribuye habitualmente y por lo tanto “mayor que el alfabeto fenicio”. Arnáiz recuerda que “Estrabón escribió que los íberos conocían la escritura desde 6.000 años antes de Cristo”. Estos signos ibéricos antiguos tienen incluso lazos con el euskera y una pertenencia “directa” con la “íbero-guanche canaria”.

Semisilabario Ibérico-Tartésico Semisilabario Ibérico-Tartésico

Semisilabario Ibérico-Tartésico / Equipo profesor Arnáiz.

El estudio publicado en el International Journal of Modern Anthropology que el complejo de Cumbres Mayores tiene una datación anterior al 3.000 antes de Cristo. En sus trazos hay signos lineales rayados, incisos y figurillas, pero también de escritura íbero-tartésica. Ya anteriormente Leisner y Cerdán los habían identificado en San Bartolomé. Los signos presentan rasgos familiares a los de varios yacimientos saharianos y canarios. Por todo ello, “en una amplia extensión de Africa, el Mediterráneo y Europa se escribió con los mismos signos íbero-tartésicos sobre rocas sin una unidad política ni lingüística conocida”.

Las referencias a una antiquísima cultura desarrollada en la actual provincia de Huelva son numerosas. Ya la Biblia y otras fuentes antiguas, incluidos Estrabón o Heródoto, hablaron de Tartesos. Una civilización sobre la que mucho se ha escrito pero que sigue con muchos secretos por descubrir y que, como demuestran estos últimos estudios, formó parte de una cultura mediterránea y atlántica con sólidos vínculos.

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