El tesoro escondido en las hojas de aloe vera
Una empresa de Rociana del Condado se encarga del cultivo de la planta y su transformación
Las cifras de exportación rondan los 12.000 kilos al mes de jugo y carne
Mucho sol es el requisito principal que requiere el aloe vera para su cultivo. Aunque no es el único. El agua acelera la producción de este vegetal con unas propiedades de gran valor para la salud de las personas y hasta de los animales. De todo ello se dieron cuenta un grupo de socios que decidieron montar una empresa centrada en su producción, transformación y distribución. Coalves nació en Rociana del Condado hace un año y medio con una clara vocación innovadora para acercar un producto de la más alta calidad hasta empresas de diverso tipo y origen.
La idea surgió de un agricultor que cultivaba la planta y un técnico con experiencia en la comercialización de la misma. A partir de ahí, surge la empresa que cuenta con diez agricultores y dos comerciales, todos ellos socios, unidos en torno a la producción y comercialización del aloe vera. En la fábrica transformadora se reciben las gruesas hojas de aloe vera que serán manipuladas para extraer su jugo o su carne, o simplemente se prepara la hoja para ser comercializada directamente, sin ningún tipo de procesamiento. Dicha fábrica se ubica en Rociana, cuyo Ayuntamiento dio facilidades a la joven empresa cediéndole una nave para poder arrancar un proyecto tan innovador y poco conocido en la zona y con un nicho de mercado muy amplio y poco explotado.
El administrador de la empresa, Antonio Gómez, declara que manejan unas cifras de exportación en torno a los 12.000 kilos mensuales, entre el jugo y la carne del vegetal. Así, el administrador y agricultor explica que un cliente de Alemania se lleva casi todos los meses 5.000 litros de jugo, y otro cliente compra semanalmente 96 cubos de filete de aloe vera.
El filete es la loncha que sale al quitar la piel gruesa del vegetal, el primer paso para transformarlo en dados o jugo. Gómez declara que hay dos formas de procesar el producto, con aditivos conservantes o sin ellos, y para este último caso el jugo se lleva a un proceso de pasteurización. Las plantaciones de aloe son de tipo ecológico, ya que en su cultivo no se usa ningún tipo de producto químico. El producto entonces puede seguir con la certificación ecológica hasta el resultado final o no, dependerá de la demanda del cliente.
Cada semana llegan hasta la fábrica de Coalves las hojas de aloe vera que los agricultores previamente han recogido en el campo, en las plantaciones de dos hectáreas, aproximadamente, que cada agricultor y socio posee. Una vez en la fábrica, se echan en una piscina o pileta, donde se lavan con esmero, para luego pasar desde ahí a "la sala blanca", como la llama Gómez, lugar donde se produce el procesamiento del vegetal bajo las más estrictas condiciones asépticas.
Un mínimo de seis operarios -que en temporadas de mucho trabajo llegan a ser el doble porque doblan el turno- son los que manipulan la planta, que es pelada totalmente. Entonces pasará a ser triturada, para producir jugo, y en este punto de la transformación hay dos opciones, jugo con pulpa o sin ella. En el segundo caso, tendrá que pasar por un proceso de filtrado y en el primero no. Todo está adaptado a las demandas del consumidor, incluso la forma de transportar el producto. De esta forma, Gómez explica que se lo llevan en botellas de vidrio, en tetrabrick de 1.000 litros o, en el caso de la carne y los dados, en cubos y tarros de cristal.
Una de las ventajas del aloe vera de Coalves es el lugar de producción, la provincia onubense. Al ser una planta que requiere mucho sol el enclave es ideal. Gómez cuenta que en España hay cuatro empresas solamente que se dediquen a la producción y comercialización del nutritivo vegetal y que la ubicación y características de los terrenos de Huelva marcan la diferencia con las empresas competidoras. Los terrenos donde se siembra están diseminados por la zona del Condado y por otros términos como San Juan del Puerto o Beas. Los campos de aloe vera de estos socios aparecen cubiertos por las llamadas mantas antihierba, un plástico que tapa el suelo y rodea a las plantas para evitar que crezca hierba alrededor. Tal y como explica Gómez, al ser una producción ecológica a la tierra no se le echa herbicidas para evitar que crezca hierba alrededor, y de esta manera se consigue la ausencia de hierbas y la comodidad para trabajar y cortar las hojas es mucho mayor.
Mucho le queda por recorrer a esta joven empresa que cuenta con todos los requisitos para el éxito, con la conjunción perfecta de materia prima y enclave ideal, que les hará llegar a cualquier rincón del mundo.
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