El 22,2% de las temporeras filipinas ha abandonado la campaña agrícola

Almonte

El Ayuntamiento ofreció ayer una recepción a las trabajadoras asiáticas

El alcalde mostró a las filipinas la firma de su presidenta en el libro de honor del Ayuntamiento durante su visita a Almonte. A la derecha, las temporeras, móvil en mano.
El alcalde mostró a las filipinas la firma de su presidenta en el libro de honor del Ayuntamiento durante su visita a Almonte. A la derecha, las temporeras, móvil en mano.
Y. Sánchez / Almonte

30 de abril 2008 - 05:01

Las temporeras filipinas que llegaron a Almonte para trabajar en la campaña agrícola fueron recibidas ayer por el Ayuntamiento en una recepción que incluyó una visita por distintas dependencias municipales. Pero no estaban todas, el 22,2% de las que llegaron a finales del mes de marzo abandonó el trabajo por no adaptarse a la climatología y a estar bajo los invernaderos. Las dos primeras se fueron al día siguiente de estar aquí, después de 50 horas de viaje, argumentaron "añoranza", según afirma la concejal almonteña, María José Pérez. El resto fue más por las altas temperaturas y la escasa humedad en comparación con el clima que hace en país, más de una llegó a desmayarse. La cuestión es que de las 270 que fueron contratadas en el país asiático, 60 ya han regresado.

El alcalde Francisco Bella dejó ayer en el aire la posibilidad de repetir este proyecto piloto que surgió desde la Embajada de Filipinas en España y que se ha llevado a cabo como un proyecto de cooperación del Ayuntamiento de Almonte en Filipinas que correrá con parte de los gastos de billete de vuelta de las trabajadoras. Bella dijo ayer que una vez que termine la campaña agrícola "habrá que hacer una valoración con los empresarios y la Embajada" para determinar si se repite la experiencia.

No obstante, comentó que las temporeras que siguen aquí, trabajando en el campo, en su mayoría, y en los almacenes, algunas, han logrado adaptarse "bien". Valoró que el porcentaje que ha abandonado "es bajo" y que "hay que tener en cuenta que a lo que estaban acostumbradas es más a labores relacionadas con el arroz y los cereales".

Aunque el presupuesto de este proyecto de cooperación todavía no está cerrado, el alcalde estimó que se destinarán unos 20.000 euros y explicó que se optó por un proyecto laboral porque "era muy complicado realizar allí un proyecto y controlar su desarrollo, por la distancia que nos separa".

Cuatro empresas locales se embarcaron con el Ayuntamiento en esta experiencia piloto: Frutas Borja, que pidió 200 trabajadoras, Bionest y Atlantic Blue, con 30 cada una de ellas, y Flor de Doñana que dio trabajo a 10. Uno de los propietarios de Bionest, José Antonio Soltero, reconoce que los resultados de estas trabajadoras no son óptimos, sin embargo apunta que "ponen toda la voluntad que tienen para trabajar y para adaptarse; son muy puntuales, muy respetuosas y nunca ponen una mala cara aunque lo estén pasando mal". Con esta descripción de lo que hasta ahora ha sido la relación laboral no se atreve a decir que no repetirá la experiencia porque "todas las cosas llevan su tiempo".

Las más de 200 filipinas que ayer asistieron al programa de ocio que ofreció el Ayuntamiento regresarán a su país, en su mayoría, a principios del mes de julio y un grupo más pequeño se quedará hasta finales porque así lo han solicitado los empresarios.

Bella destacó ayer que con el dinero que van a ganar aquí "en su país pueden hacer muchas cosas".

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