La culpa de que la arena no llegue a Matalascañas en estos años la tiene el Espigón Juan Carlos I. Al menos, así lo entiende el alcalde de Almonte, José Antonio Domínguez, quien apunta a esta infraestructura como "el origen"de que la regeneración de arena no llegue a Matalascañas. Por eso, no dudó en avanzar su voluntad de "solicitar su eliminación" para favorecer "el aporte natural de sedimentos que se daba con anterioridad". Lo hizo tras visitar las obras de acondicionamiento necesarias después de que el pasado viernes el Paseo Marítimo engullese, literalmente, un camión de la empresa privada Aqualia cuando ésta realizaba una limpieza "rutinaria" de los pozos de saneamiento.

Domínguez reclamó "una solución que garantice la supervivencia de Matalascañas a largo plazo, dotándola de un muro de contención o un espigón" en peine que impida que en plazo de diez o quince años el agua suba hasta la primera línea de playa. "Es vital conocer exactamente cuál es la dinámica actual de la zona costera y traer arena de manera natural o artificial", como se realizó en el año 1996 o en 1999, puntualizó.

El Ayuntamiento de Almonte mantuvo ayer un encuentro con los colectivos sociales y vecinales de Matalascañas para informales de las gestiones emprendidas para reclamar la reconstrucción del paseo marítimo. El encuentro, celebrado en el Restaurante Los Pepes, se produjo después de que esa misma mañana se realizasen prospecciones para conocer la densidad del firme a lo largo de toda la lengua de hormigón que flanquea la primera línea del litoral, que abarca una extensión superior a los cuatro kilómetros longitudinales.

Los trabajos de cata son imprescindibles a la hora detectar nuevos socavones, evitando con ello que se produzcan nuevos incidentes que puedan poner en peligro la integridad física de los transeúntes o de los profesionales que conducen los vehículos de servicios que frecuentan el paseo.

A través de una nota de prensa, el regidor municipal destacó que tras 31 años de vida la "solución constructiva" no puede seguir soportando las embestidas de las olas, agravadas por una pleamar que cada año gana más terreno al litoral y, en consecuencia, golpea con mayor virulencia un paseo que sufre en sus carnes los achaques de los años. En paralelo, la acción de reflujo (movimiento de descenso de la marea) ha favorecido la pérdida de arena, permitiendo que debajo del Paseo Marítimo se produzca la fricción que genera el golpeteo de las olas y cuyos efectos se ve multiplicando durante los temporales invernales. El alcalde aseguró que desde el accidente del viernes se han mantenido conversaciones con los representantes del Gobierno central y la Junta para buscar colaboración técnica y económica a la hora de resolver "las deficiencias" que presenta la infraestructura.

Sin embargo, el accidente también ha sacado a la luz filtraciones en el colector que discurre por debajo del paseo y que podrían haber contribuido a la aparición del socavón y el posterior hundimiento. No obstante, Domínguez afirmó que se está "abordando" su solución, aunque, en todo caso, entiende que ello tendría un "carácter secundario" como detonante del accidente.

En una lectura más partidista, el mandatario almonteño también aprovechó para cuestionar las razones por las que "en los años de bonanza económica" los gobiernos socialistas en las tres administraciones no ejecutaron obra alguna. Más concretamente, durante el último gran temporal acaecido en la provincia de Huelva, cuando Matalascañas sufrió con mayor virulencia la acción del mar y, ni aun así, se adoptaron medidas de calado que evitasen situaciones como las acaecidas.

Por último, Domínguez aseguró que "vamos a hacer de este tema causa común y en esta tarea trataremos de implicar a todos los niveles de la administración. De parte del Ayuntamiento pondremos todo el esfuerzo en el ámbito de nuestras competencias, con el fin de asegurar la temporada en Matalascañas".