Si el toreo tuviera...

Temporada Taurina 2025

Miranda lleno de honor, valor y triunfo deja una tarde para el recuerdo en Málaga

Puerta Grande en solitario para el triguereño

David de Miranda a hombros en Málaga
David de Miranda a hombros en Málaga / Salvador López
Paco Guerrero

Huelva, 20 de agosto 2025 - 08:00

Si el toreo tuviera o tuviese dignidad hoy debería sentir vergüenza ante esa Puerta Grande De David de Miranda en Málaga. No digo admiración, digo vergüenza.

Porque si el toreo sintiese hoy vergüenza ante el ejemplar esfuerzo y verdad de Miranda en Málaga es porque al menos le quedaría dentro algo de dignidad.

Si el toreo tuviera o tuviese dentro una pizca de justicia, después de esa Puerta del Príncipe en Sevilla, las dos tardes inmensas de Huelva este año, la temporadas brutales del 23 y el 24 y las ininterrumpidas salidas a hombros de David de Miranda, el triguereño no debía haber estado en el banquillo sustituyendo a lo que fuese quedando libre esta temporada.

Y no es solo el toreo sino quienes sin ser siquiera de ese mundillo jamás respetaron a un triunfador de Sevilla porque Miranda no pertenece al gremio de las caras que venden; de los nombres que enmarcan la fama. No da pena y no inspira romances. Y encima no protesta porque calla por dignidad y nobleza ante la poca vergüenza.

La vergüenza que provoca esa Puerta Grande grande de David se la pueden repartir también algunos de esos agudos revisteros para los que el escalafón desaparece a partir del quinto de la fila. O el sexto. O simplemente después de Morante.

No. A Miranda cuesta reconocerle lo inmensamente torero que está siendo su paso por el toreo porque las caras y los caras que representan al toreo andan ignorando cada tarde de un torero donde el triunfo sabe a triunfo aunque pudiera oler a otra cosa menos agradable dado los milímetros peligrosos donde se mueven sin pudor los muslos vestidos de seda y oro.

Lo ignoran en la comodidad de sus componendas. Lo ignoran en las exigencias de algunas 'figuras' que solo van a la escuela con los compañeros de siempre porque ninguno se come el bocadillo del otro en el recreo. Lo ignoran, se ignora y no pasa nada. El verano está lleno de carteles pero no de respeto.

El sexto toro de ayer lo puso encima de la mesa. La visceral encomienda de no pensar en lo que había pasado en su primero. Ese brutal pensamiento de no ser complaciente en el triunfo. El tributo pagado para que nadie se le ocurra decir eso del conformismo. La honorabilidad del discreto y grandísimo torero que es Miranda se escapó intacta por la Puerta Grande como se podía haber ido seriamente mancillada por los astifinos pitones del mulo que cerró la corrida.

Las dos orejas de David de Miranda han siso televisadas. Como la Guerra del Golfo, televisada en su horror. Lo de ayer tarde ha sido esa televisada verguenza que debieran sentir hoy todos esos empresarios, empresas y personajes a los que David de Miranda ‘no les sonaba’ para sus plazas. Pues ya les suena. No solo suena sino que retumba dentro de la tarde malagueña que posiblemente ha cortado por medio como una sandía abierta una feria también de llenos en las taquillas.

El verano está lleno de carteles pero no de respeto

No escribo esto porque David haya cortado tres orejas, sea candidato a triunfador, otra vez, de una plaza de primera, se haya ido a hombros reconocido por una plaza llena o haya dado una nueva lección de inteligencia, valor y honor ante un lote de toros casi imposibles.

Llegan estas líneas, que no crónica, no por lo de ayer en Málaga, que también, sino porque llevo intentando adivinar sobre la cartelera de la temporada, a cada feria que se anuncia, a cada cartel que habla de renovación en dónde carajo está apuntado su nombre. Donde leches está apuntado y reconocido la única Puerta Grande hasta el momento de la temporada sevillana. Aunque solo fuese por respetar la vitola de una plaza seria como la del Baratillo. Y no está.

¿Dónde leches está apuntado y reconocido la única Puerta Grande hasta el momento de la temporada sevillana?

No está y eso me produce auténtica vergüenza y deshonor como aficionado al toro. Vergüenza y dudas de si es este mundo al que defendemos porque es de las pocas cosas a las que le quedaba autenticidad y verdad, merece la pena. Muchas dudas, créanme.

La reivindicación de Miranda ante un toro serio y difícil y un infumable manso peligroso ha sorprendido porque lo poco intuida de la tauromaquia del torero triguereño provoca bocas abiertas; signos de estupor por lo diferente que se hace a ojos del espectador un torero que asume diferentes tauromaquias de prestigio y época en su toreo.

Gratitud como aficionado para la brillantez con la que Paco Félix a caballo le sirvió el preciso castigo a la violencia dejando intacta la nobleza de ese tercero de la tarde.

La brutal tarde de la Malagueta nos mete en ese laberinto de pasiones, a veces acobardadas de paisanaje por pensar en no hacer sonar hueco el elogio. Por no parecerlo provinciano. Por no tener la valentía de contar que ese torero que mantiene la calma, la verticalidad, de Manolete o ese torero que se juega el valor en la cercanía inmovil de aquel José Tomás de pasiones encendidas que hace nueve temporadas le diese la alternativa, es un tipo tranquilo y honesto que siempre le sonríe a la angosta abertura que el toreo le deja cada día para mirar donde va a ser la próxima.

Si el toreo tuviera….

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