"Fue todo una serie de desgraciados hechos concatenados"

El letrado defensor de Moya aseguró que su cliente no tiene el perfil de una persona violenta

José Ramón Cantalejo.
José Ramón Cantalejo.

Como no podía ser de otra forma, el abogado defensor de Jonathan Moya mantuvo que su patrocinado era inocente. "Mi clietne no es el asesino de la niña, no asesino a nadie. No es un asesino, no lo ha sido ni lo será cliente no tiene el perfil, no es una persona violenta. Él no organizó nada, ni tuvo la voluntad ni nunca quiso matar esa niña; fue todo una serie de desgraciados hechos concatenados".

Así se expresó José Ramón Cantalejo ante el jurado, al que acusó de tener un "sentimiento general" de que Moya había matado a la bebé Miriam. Aunque dijo que no iba a acusar a la madre de ésta, Gema María Cuerda, el letrado mantuvo que "si no la hubiese traído a Almería desde Palma del Condado, seguiría viva".

Unas palabras que posteriormente reiteraría cuando sembró la duda entre los miembros del jurado apuntando que la madre trabajaba en un club de alterne, que le había sido retirada la custodia de varios de sus hijos, o incluso que tenía un hermano "heroinómano". Sin embargo, el abogado incidió en que "Moya hizo cosas que reconoce y no va a intentar demonizar a la madre".

En su exposición, también señaló a Raúl Ríos indicando que "yo no fui el que lo acusó, fue la Guardia Civil, que vio pruebas más que suficientes, pero éste señor tenía una excusa, que su novia dice que estuvo con él, pero hay pruebas indiciarias de que pudo participar en los hechos".

Cantalejo dijo que Moya admitía que hubo un accidente y que la niña se golpeó en la cabeza, pero que "no fue él quién decidió envolver y deshacerse del cadáver, y ni siquiera fue él quien la arrojó a la balsa; vamos a demostrar que era materialmente imposible que él solo hiciera eso y que todo responde a unos hechos que se concatenaron desde aquel maldito día en el que la madre decidió traer la niña a Almería, no se sabe por qué, ni para qué".

A esto añadió que su cliente "jamás ha estado acusado de ningún delito violento, aunque siempre ha sido fantasioso; en el colegio lo llamaban el trolas y es un trapisonda que se ha buscado la vida de cortijo en cortijo, siendo condenado por estafillas".

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