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La sequía afecta a la popular fiesta de Los Jarritos en Galaroza

La fiesta de Los Jarritos, que se celebra cada año el 6 de septiembre en Galaroza, es un homenaje a las aguas que preñan este término municipal. La localidad cachonera es rica en manantiales y fuentes desde siempre, acumulando alrededor de 40 surgencias en su territorio. Por ello, es el lugar idóneo para celebrar la fiesta más cultural entre las que se dedican al agua en toda España. Los Jarritos es una manifestación de agradecimiento por parte de los cachoneros a las aguas por todo lo que han aportado al pueblo y a sus vidas.

Por ello, cuando llegan momentos de sequía, el acto se ve condicionado y deslucido. Los participantes son los primeros en cuestionar si en años secos se celebrará la fiesta. Aunque las aguas y fuentes utilizadas no están destinadas al consumo domiciliario, siempre se plantea la cuestión del uso del líquido elemento. El abastecimiento a los hogares se produce desde manantiales potentes y su estado nunca se ha puesto en duda de forma preocupante. El material líquido utilizado en Los Jarritos, además, está dirigido habitualmente a desaguar a riberas o barrancos, por lo que no sería reutilizable. La propia Fuente de Doce Caños, la más emblemática, antigua y monumental de la zona, tiene una función más estética y turística, identitaria incluso, que como surtidora de agua utilizable.

En consecuencia, este año el Consistorio se ha visto obligado a limitar la ‘mojada’. Ya el año pasado, por la misma causa de falta de precipitaciones, se acotó el espacio tan sólo a la Fuente de Doce Caños. Para este 6 de septiembre, se ha dictado un bando en el que se indica la operativa; el agua para celebrar la fiesta será extraída de la piscina municipal, una vez que ya ha terminado su temporada de baños. Además, “la cantidad estará limitada a dos cubas pequeñas y otra cuba de 9.000 litros de capacidad”. Por último, se comenzará a las 11.00 horas, y la fiesta terminará a nivel público cuando se consuma el agua disponible en las cubas. En el escrito, el equipo de gobierno ruega a todos su colaboración y comprensión, lamentando “no poder ofrecer una fiesta con todo el esplendor que nuestros/as paisanos/as se merecen”. El bando finaliza agradeciendo la participación de todos y deseando “que disfruten todo lo que puedan en un ambiente de amistad y cordialidad”.

En palabras del alcalde, Antonio Moreno, “este año tenemos previsto hacer algo mas de tipo testimonial, y evidentemente no será haciendo ningún gasto añadido de agua, sino que será agua reutilizada”. Para Moreno, “sera una fiesta mucho menos lucida pero mantendremos la tradición adaptándonos a las circunstancias”. Esta decisión ha sido comprendida por la población, que no obstante mantendrá el espíritu de agradecimiento a las aguas a través de la fiesta.

Para entender la pasión cachonera por Los Jarritos hay que saber que se trata de una fiesta más que centenaria, iniciada en la costumbre inveterada de los alfareros de Salvatierra de los Barros, que hacían noche en Galaroza camino de la Romería del día 8 en la Peña de Arias Montano.

Con los años, la fiesta ha atesorado vertientes que la convierten en una manifestación patrimonial de primer orden. A la gratitud cachonera se sumaban el aspecto artesanal por los piporros utilizados, las variables etnográficas manifestadas por ejemplo en las diversas formas de mojar, el matiz del erotismo por las formas que dibuja el agua en los cuerpos mojados o la exaltación de la naturaleza y los campos serranos.

El paso del tiempo ha ‘modernizado’ la fiesta, de la que se han apropiado los cubos de plástico y otros recipientes. Las asociaciones y grupos de amigos han tomado un papel preponderante, vistiendo camisetas conmemorativas que contribuyen a aumentar el colorido, destacando desde hace años el Helvetia Galaroza F.S. La Hermandad de la Divina Pastora ofrece la gastronomía tradicional, como migas y sardinas, los Amigos de Los Jarritos aportan un matiz creativo de gran nivel, y la Asociación Lieva abre nuevos horizontes a la fiesta, como la colaboración con el Museo del Botijo Español de la localidad leonesa de Toral de los Guzmanes, considerado como el más grande del mundo, de la que se esperan avances en próximos años. El Ayuntamiento refuerza la tradición organizando una Semana del Agua previa que incluye talleres de decoración de piporros y de construcciones de barcos; la regata ‘Fernández de Landa’, que discurre por la encantadora ‘regaera’, en homenaje al primer ingeniero naval español, que nació en esta localidad; y en general actividades de sensibilización sobre la magia y singularidad que aporta la fiesta al pueblo y que lo prestigia en todo el país.

Todo ello han configurado un acontecimiento que se aleja de cualquier mojada moderna de las aparecidas en los últimos años para aliviar el calor. La seriedad y la emoción con las que los cachoneros viven Los Jarritos merecen todo el respeto y reconocimiento a una identidad colectiva que se manifiesta cada 6 de septiembre de una forma original y única.

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